Unasur discutirá la idea de retirar bases militares norteamericanas del continente

Adelantándose a la próxima Cumbre de las Américas, el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Ernesto Samper, hizo la propuesta. Expertos sostienen que EE.UU. ve amenazada su hegemonía en la zona, pero que el organismo regional no está en condiciones de agrupar a los países del continente bajo una sola posición.

Adelantándose a la próxima Cumbre de las Américas, el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Ernesto Samper, hizo la propuesta. Expertos sostienen que EE.UU. ve amenazada su hegemonía en la zona, pero que el organismo regional no está en condiciones de agrupar a los países del continente bajo una sola posición.

Desde hace años organizaciones sociales y civiles de América Latina y el Caribe han pedido a la Unasur que se retiren las bases militares de Estados Unidos del continente, como mecanismo de respeto a la autonomía y soberanía de los países.

Sin embargo, ahora es el secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, el que ratifica la iniciativa para ser discutida en la próxima Cumbre de las Américas, que realizará en Panamá el 10 y 11 de abril.

Actualmente son más de diez las bases militares estadounidenses reconocidas en el territorio latinoamericano, de las que destacan siete instaladas en Colombia.

El argumento por parte del representante de Unasur es el cambio de contexto histórico. El ex presidente colombiano sostuvo que el establecimiento de bases militares norteamericanas en países de la región pertenece a la época de la Guerra Fría.

Por su parte, el diputado comunista Hugo Gutiérrez, quien fue uno de los parlamentarios que en 2012 se opusieron a la instalación de una base militar estadounidense en el Fuerte Aguayo de Concón, coincide en que Unasur está haciendo un reclamo de independencia continental acorde a los tiempos: “Este país ha ejercido un rol imperial sobre nuestro continente y hoy ya no hay consenso para que lo siga teniendo. América Latina busca ser un continente soberano y sus políticas no estén determinadas por lo que Estados Unidos resuelve al interior de su país, sino que por el contrario, somos suficientemente maduros para determinar si queremos o no bases norteamericanas en nuestro continente”, señaló.

Contextualmente, el secretario de Unasur además ha expresado su rechazo a las recientes medidas de Estados Unidos contra Venezuela, que incluyen remoción de visas y bloqueo económico a funcionarios y exfuncionarios del presidente Nicolás Maduro.

“En un mundo globalizado como el actual uno no puede pedir reglas de juego globales para la economía y mantener el unilateralismo para la política”, manifestó.

En ese sentido, el académico del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, indicó que Estados Unidos ha fortalecido su presencia en el área latinoamericana en los últimos meses, luego de estar concentrado en focos extra hemisféricos, lo que explicaría el pronunciamiento de Unasur.

“Está muy interesado Estados Unidos en la competencia con China, porque este último está entrando en países de Sudamérica como un socio comercial privilegiado. Entonces Estados Unidos está pensando para el próximo año cómo responder al desafío comercial chino, potenciando su presencia militar, comercial y política en la región latinoamericana”, afirmó.

Aranda agregó que el afán de aproximación de Estados Unidos se refleja en el reciente anuncio de relaciones diplomáticas con Cuba.

En cambio, el profesor especialista en geopolítica y ciencias militares de la Universidad del Desarrollo, Jorge Sanz, recordó que al cambiar la amenaza, las bases militares estadounidenses comenzaron a encargarse de la lucha contra el narcotráfico en Latinoamérica y hoy Unasur se siente preparada para cumplir esa tarea.

“Unasur debiese empezar a negociar con Estados Unidos, no una salida ignominiosa de las bases, sino que una salida correcta. Es decir, que se convenga que las bases militares que están instaladas sigan cumpliendo determinadas y específicas tareas, ya que el organismo internacional no le puede imponer a los Estados lo que hagan o no, porque éstos son soberanos”, dijo.

En ese sentido, Sanz planteó que los países tendrán que reaccionar de acuerdo a sus propios intereses, más allá de las diferencias políticas e ideológicas. Es más, con la globalización, la política y la economía se deliberan por separado y ejemplo de ello sería Venezuela, que comercialmente le vende petróleo a Estados Unidos aunque es su adversario político, expuso el experto.

Con todo, el 10 y 11 de abril los presidentes deberán dialogar sobre este tema en la Cumbre de las Américas.





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