Durante esta semana un varias organizaciones empresariales a través de un video reclamaron contra la Reforma Laboral, criticándola por tener “una visión ideológica”, por no considerar “la visión de quienes damos trabajo en Chile” y asegurando que “no es el camino” que requiere el país.
Ante esto llaman a un gran acuerdo nacional para replantear las modificaciones que el Gobierno pretende hacer al Plan Laboral impuesto en dictadura.
Para discutir este y otros temas, los ministros del Interior, Rodrigo Peñailillo, y de la Secretaría General de la Presidencia, Ximena Rincón se reunieron con dirigentes de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC).
Luego del encuentro, consultada por los cuestionamientos del empresariado, la ministra Rincón dijo que en el marco del debate parlamentario, siempre se pueden hacer perfeccionamientos de acuerdo a las demandas de los distintos sectores.
“En el Parlamento siempre pueden haber modificaciones a los proyectos de ley. Aquellos que tengan iniciativa exclusiva en el ámbito del Ejecutivo tiene que pasar por la visación de la Presidenta de la República y aquellos que están dentro del ámbito de los parlamentarios siempre pueden ser abordados”.
El presidente de la CPC, Alberto Salas, reiteró las aprehensiones del empresariado y la solicitud de alcanzar un acuerdo.
“Lo que nosotros estamos señalando es nuestra disposición a recoger todas las visiones de cómo afecta a distintos sectores, es un tema complejo y transversal, para poder expresar nuestros puntos de vista para lograr una reforma que en lo posible sea lo mejor para todos, porque afecta la productividad, nuestro crecimiento y queremos todos tener un acuerdo amplio al respecto”.
Ante esto, el secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), José Ortiz, y presidente de la Confederación General de los Trabajadores Públicos y Privados reclamó que las críticas del empresariado son inaceptables por cuanto se hacen contra la normalización y regulación del trabajo en Chile, conforme a la situación en el resto mundo.
“Teníamos derecho a negociar colectivamente, teníamos efectivamente derecho a huelga. Que tengamos los mismos derechos que tienen todos los trabajadores del mundo para el empresariado significa un escándalo. No, el escándalo es que ellos sean tan sinvergüenzas y tan descarados”.
Ortiz enfatizó que la reforma del Gobierno devuelve derechos y si bien requiere perfeccionamientos y hay cosas que no dejan conformes a los sindicatos, no existe viabilidad política ni social para que haya un retroceso en las mejoras que se plantean.