“Realismo sin renuncia”. Con esa frase la Presidenta Michelle Bachelet sintetizó el nuevo rumbo que tomará su gobierno de cara a la nueva etapa, la cual está determinada por el contexto económico que atraviesa el país, de acuerdo a lo manifestado por la Mandataria en el consejo de Gabinete que se lleva a cabo en el Estadio San Jorge, en Las Condes.
“Estamos hablando de un nuevo impulso. Para que ese nuevo impulso sea efectivo, hay que considerar las condiciones y las dificultades del nuevo contexto económico, social, político y de gestión que enfrentamos. Tenemos que ser realistas y sinceros de cara al país. Sin crecimiento no hay reformas sustentables”, señaló Michelle Bachelet, confirmando la postura del Ejecutivo en relación con la necesidad de priorizar y graduar las transformaciones que se implementarán durante su administración.
La Jefa de Estado enumeró los problemas que deberá enfrentar su administración para concretar las reformas estructurales estipuladas en el Programa de Gobierno.
En primer término, indicó que uno de los obstáculos a superar es la baja del apoyo ciudadano a las transformaciones ya que “los cambios que hemos liderado en esta primera etapa han sido complejos, principalmente por su carácter institucional y de largo plazo, y eso muchas veces dificulta que las personas vean los beneficios completos que van a sentir en su vida. Y los costos en términos de apoyo ciudadano a las reformas son evidentes y cualquiera puede mirar lo que dicen las encuestas”, señaló la Mandataria.
Luego, la Presidenta aseguró que la “desaceleración económica se ha mostrado más larga y profunda que lo que esperábamos, los recursos fiscales se han visto limitados, la inversión privada está por debajo de lo esperado, y el contexto externo no nos favorece, en especial respecto de los precios de las materias primas”.
En tercer lugar, Michelle Bachelet reconoció problemas de gestión en las reformas: “Debemos reconocer que la administración estatal no estaba totalmente preparada para procesar cambios estructurales simultáneamente. Es parte de los obstáculos que hemos heredado, y tal vez los subestimamos”.
Finalmente, la Jefa de Estado se refirió a la crisis política que afecta al país, la cual aseguró que todos los sectores la están pagando caro, como otra de las vallas a superar por el Gobierno para realizar el programa de reformas.
“Nuestra ciudadanía se ha distanciado de la actividad política institucional, y su desconfianza se ha acentuado por los casos de irregularidades o ilegalidades que hemos conocido. El malestar social ha ido acompañado de una erosión de la legitimidad de nuestro sistema político en su conjunto, y todos los sectores lo estamos pagando caro”.
Frente a este panorama esbozado por la Presidenta de la República en su alocución inicial en el Consejo de Gabinete, pidió “ser extremadamente rigurosos en la programación y calendarización de nuestros objetivos de política pública”.