Alejandra Wood renuncia luego de sus meses más difíciles en la dirección del GAM

El Centro Cultural Gabriela Mistral confirmó la dimisión de quien fuera su directora ejecutiva durante sus cinco primeros años de vida. La decisión se produce luego de controversias con el ministro Ernesto Ottone y el sindicato de trabajadores, que pide que su sucesor sea escogido a través de un concurso público.

El Centro Cultural Gabriela Mistral confirmó la dimisión de quien fuera su directora ejecutiva durante sus cinco primeros años de vida. La decisión se produce luego de controversias con el ministro Ernesto Ottone y el sindicato de trabajadores, que pide que su sucesor sea escogido a través de un concurso público.

El directorio del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) aceptó este miércoles la renuncia de Alejandra Wood, quien había ocupado el cargo de secretaria ejecutiva durante los cinco años de vida de la entidad.

De acuerdo a un comunicado emitido por la institución, la ahora ex conductora del espacio consideró que “ya es el momento de que otra persona ejerza mi cargo para llevar a cabo la segunda etapa de GAM, que estará marcada por la construcción de un teatro para dos mil personas” y debería estar terminada en 2017.

“Me voy tranquila porque entregamos una propuesta de modelo de gestión para la gran sala y con la satisfacción de haber cumplido con los objetivos que nos propusimos”, añadió.

“Yo le planteé si podía reconsiderarlo, me parecía que era una lástima, porque su gestión había sido muy productiva, pero ella consideró que estaba cerrando un ciclo y debía dejar un espacio para reconfigurar la estructura”, dijo a Radio Universidad de Chile el presidente del directorio, Ramón López.

La renuncia se produce luego de una etapa compleja para Alejandra Wood, quien llegó al GAM luego de trabajar por más de diez años en la gerencia de Asuntos Externos de la minera BHP Billiton y luego en Asuntos Corporativos y RSE de Scotiabank.

En julio de este año, el sindicato de trabajadores del GAM la responsabilizó por el grave accidente que sufrió una funcionaria y pidió su salida, controversia que se sumó a otras denuncias de precariedad laboral que había divulgado la organización.

Paralelamente, se hizo pública la rebaja de sueldo que debió asumir por decisión del ministro de Cultura, Ernesto Ottone: para equipararla con otros directores de instituciones que reciben aportes estatales, la ex directora ejecutiva pasó de ganar más de nueve millones de pesos a $6.100.000 brutos.

“Consideramos que es una especie de triunfo, pero no lo vamos a celebrar porque en realidad es cambiar algo para que nada cambie”, analizó el presidente del sindicato del GAM, Simón Bousquet.

De acuerdo al dirigente, “el problema estructural del GAM también corresponde a otros nombres que hemos mencionado, como José Miguel Herencia, que es director de Administración y Finanzas y también de Recursos Humanos”.

Asimismo, el presidente del sindicato consideró que “ella renuncia por no poder enfrentar el problema de relaciones laborales que había y también porque le bajaron el sueldo. Seguramente, tenía necesidades más altas de las que podía solventar con el sueldo de ahora”.

¿Quién se hace cargo?

En solo cinco años, el GAM se convirtió en uno de los principales polos culturales del país. El año pasado acogió a un millón 600 mil espectadores y sus actividades son financiadas en casi un 60 por ciento por el Estado. En el último año, ese aporte alcanzó más de 2.500 millones de pesos, solo superado por los recursos que recibe el Teatro Municipal de Santiago.

Su administración depende de una corporación de derecho privado sin fines de lucro y en su directorio participan representantes de la Universidad de Chile, el Centro Cultural Palacio La Moneda, el Centro Cultural Estación Mapocho, la Fundación Teatro a Mil y el Teatro Municipal de Santiago, entre otras instituciones.

La instancia se reunirá el próximo jueves para definir quien asumirá la dirección ejecutiva interina y cuál será el procedimiento para escoger a la persona que liderará la segunda etapa del centro cultural.

“Es súper importante que ese puesto no sea seleccionado a dedo, sino que se abra un concurso público y se pueda postular de acuerdo a las competencias pertinentes. No queremos recambios de amigos”, plantea Simón Bousquet.

Sin embargo, Ramón López se muestra cauto ante esa opción: “Hay que definirlo, pero debería ser de la forma más transparente posible. Obviamente, un concurso público es una posibilidad, pero no es la única. Yo prefiero mantenerme neutral, lo veremos en los próximos días”, concluyó.





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