Durante muchos años se pensó en cómo solucionar el problema de los vecinos de 53 comunas que no poseen farmacias. Ahora, con la irrupción de la farmacia popular de Recoleta, el Estado decidió abrirse a la venta de medicamentos a este tipo de recintos.
Tal fue la popularidad alcanzada por la medida que impulsó el alcalde Daniel Jadue que desde diversos puntos del país otros jefes comunales quieren reproducir la idea, principalmente por el significante ahorro que genera en las familias.
En esa línea, y en apoyo a la iniciativa, el director de la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast), Pablo Venegas, planteó que las municipalidades pueden acceder a los medicamentos a bajo costo que ellos traspasan.
El directivo reconoció a La Tercera que Cenabast “está abriendo una línea especial para negociar con los municipios y conocer las necesidades de las farmacias comunales, que son diferentes a las que poseen farmacias que actualmente funcionan en establecimientos de atención primaria de salud”.
El subsecretario del ramo, Jaime Burrows, remarcó el diálogo con las comunas. Sin embargo, advirtió que es necesario que no se genere “un estímulo de reemplazo: que una persona vaya al consultorio (medicamentos gratuitos), le digan que no hay remedio y que debe comprarlo”.