Pactos y subpactos electorales. Una reingeniería que los dos grandes conglomerados de la política nacional, la Nueva Mayoría y Chile Vamos, buscan casi con desesperación. Esto, pensando en las próximas elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales.
Una proyección donde, por ahora, los contenidos programáticos suelen escasear, mientras las diferencias ideológicas pasan a un segundo plano, con tal de alcanzar convenientes resultados electorales. Por otra parte, partidos pequeños y movimientos políticos que buscan un espacio en el escenario local.
¿Pero qué ocurre, mientras tanto, con los esfuerzos que debieran concentrarse en resolver situaciones como los casos Penta, SQM, Corpesca, Caval y las colusiones empresariales?
Para el senador independiente Antonio Horvath se trata de un momento para que la ciudadanía sea capaz de involucrarse y buscar nuevos movimientos emergentes, así como lograr incidir en el que considera un sistema centralista y concentrador en lo económico, estrechamente vinculado con lo político.
Como impulsor de un nuevo partido político, Soy Aysén, su llamado apunta a que la Nueva Mayoría y la Alianza se reinventen y realicen un proceso de limpieza interno. “Así como están los dos grandes bloques, no concitan mayor apoyo. De persistir este escenario, la abstención subirá muchísimo”.
Y agrega: “El centralismo y la concentración económica están agotados, no se sostienen en el tiempo. Y al final, por mucha reingeniería electoral que se haga, las personas, en la medida que se hagan conscientes de que pueden participar, van a influir y mucho para cambiar esto”.
Desde la Nueva Mayoría, sin embargo, el mensaje es claro. La búsqueda de consensos y acercamientos entre los partidos integrantes con el objetivo principal puesto en los resultados de los próximos procesos electorales.
Así lo plantea el secretario general del Partido Socialista, Pablo Veloso. “Creemos súper importante que la Nueva Mayoría tenga un programa municipal de consenso, con un grupo de ideas comunes, porque tenemos que ser consistentes entre lo que estamos haciendo en el gobierno central y lo que queremos ejecutar en los gobiernos comunales”.
En ese sentido, adelanta lo que considera un complejo periodo que le resta a la Presidenta Michelle Bachelet. “Los gobiernos comunales también son garantía de gobernabilidad hacia el gobierno central, en este periodo que queda de dos años y algo más, que va a ser un periodo difícil”.
En respuesta, el senador independiente Alejandro Guillier plantea sus cuestionamientos, cuando asegura que “ya se están repartiendo cargos, pero en materia de ideas y propuestas yo no he escuchado nada”.
Por ello, considera este momento como una buena ocasión para revisar críticamente la calidad del desempeño y la probidad de todos quienes aspiran a ser candidatos. “A mí me parece que como siempre están partiendo al revés, porque no sé qué proponen la Alianza y la Nueva Mayoría en función de lo que quieren hacer con las ciudades en un marco de un país que empieza a entrar al camino de la regionalización”.
El propio parlamentario reconoce que “también me llama la atención que están todos advirtiéndose que si no les atienden sus demandas, podrían formar tiendas aparte, sobre la base de la amenaza sutil, más directa o menos directa. Me parece que eso es bastante extraño”.
De hecho, los mensajes hacia los integrantes de los grandes bloques políticos también llegan desde fuera, tal como lo planteó la senadora de Amplitud Lily Pérez, en el contexto de la creación de un nuevo referente que aglutinará a Amplitud, Ciudadanos y Red Liberal. Su llamado apunta a los descontentos y desencantados de la Democracia Cristiana, en particular, y de la Nueva Mayoría y Chile Vamos, en general.
Y mientras el senador Antonio Horvath ve con un alto grado de alerta que lo que se firmó con la mano se está borrando con el codo, su par Alejandro Guillier propone reflexionar en torno al realismo político, la probidad y la transparencia, particularmente respecto de los partidos políticos.