Ambientalistas exigen aclarar venta de empresa que lidera proyecto Río Cuervo

Desde diversas organizaciones medioambientales criticaron que gracias a la aprobación otorgada por el comité de ministros al proyecto Río Cuervo, posibilitó que la empresa pudiera revender sus derechos con un incremento exponencial en sus valores monetarios, por lo que acusan que los ministros actuaron “como virtuales corredores de bolsa para permitir el avance de la venta”.

Desde diversas organizaciones medioambientales criticaron que gracias a la aprobación otorgada por el comité de ministros al proyecto Río Cuervo, posibilitó que la empresa pudiera revender sus derechos con un incremento exponencial en sus valores monetarios, por lo que acusan que los ministros actuaron “como virtuales corredores de bolsa para permitir el avance de la venta”.

Representantes del Consejo de Defensa de la Patagonia calificaron como una nueva incertidumbre que rodea al proyecto Río Cuervo, la noticia de que Glencore y Origin Energy busquen deshacerse de la sociedad Energía Austral, titular de la central hidroeléctrica.

El anuncio comercial fue informado a poco más de cuatro meses desde que el Comité de Ministros diera el visto bueno definitivo al embalse de 13 mil hectáreas en la Región de Aysén.

Peter Hartmann, coordinador de la Coalición Ciudadana Aysén Reserva de Vida, aseguró que “tanto la empresa como el gobierno sabían que este proyecto no tenía piso para seguir avanzando, pero aun así lo aprobaron y rechazaron las reclamaciones de la ciudadanía”.

En esa línea, calificó como “vergonzosa la actitud de las autoridades, que actuaron en este caso, como virtuales corredores de bolsa para permitir el avance de la venta”.

“El proyecto Río Cuervo que estaba en evaluación de impacto ambiental y que durante años hemos demostrado que tiene alto riesgo geológico, y que hay un tremendo valor ambiental en juego, en estricto rigor debió haber sido rechazado por el comité de ministros y sin embargo lo aprobaron el 18 de enero pasado. Lo único que lograron con eso fue darle un valor comercial mayor al proyecto y a una empresa que en ese momento no había como venderla”.

El dirigente agregó que esta situación da cuenta de que “se ha fomentado la especulación de las trasnacionales poniendo en riesgo la seguridad de sus ciudadanos y los recursos naturales de los que ellos dependen”. Esto porque la represa Río Cuervo proyecta emplazarse sobre un área de alto riesgo sísmico y volcánico como es la falla Liquiñe-Ofqui, que cruzaría el muro del gigantesco embalse que busca desarrollar Energía Austral en la Patagonia.

El hecho cobra aún más relevancia cuando se trata de un proyecto con impactos irreversibles sobre un área de tremenda importancia ambiental para la región y el país.

“Hay una rama de la falla que pasa por el lugar donde quieren poner la represa, la falla cruza por el embalse, hay un portezuelo que hasta hoy no está claro si se puede romper hacia el lado de Puerto Aysén, una ciudad de veinte mil habitantes. Hay cuatro volcanes grandes activos y más de treinta conos menores inclusive uno debajo del lago donde quieren poner el embalse. Entonces los riesgos son realmente superlativos”, aseguró.

Finalmente Hartmann señaló que ahora los ministros de Medio Ambiente Pablo Badenier, de Energía Máximo Pacheco y de Minería Aurora Williams, deberán hacer un gesto de transparencia e informar a la ciudadanía si fueron avisados por los controladores de su intención de vender la sociedad y el proyecto, durante las múltiples reuniones sostenidas, previo a la votación del Comité de Ministros.

Sobre este punto el dirigente recordó que en esa etapa estos secretarios de Estado sólo recibieron a lobbistas y representantes de las empresas, negándose a dar las citas solicitadas por la comunidad potencialmente afectada.





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