Un poco más de un año falta para la próxima elección presidencial. Sin embargo, la situación de crisis política que se vive en las dos coaliciones más importantes y la relativa presencia de un gobierno que da pasos en falso llevando adelante proyectos de reformas, han acelerado el debate sobre quién será el próximo mandatario o mandataria. En estos días, quien regatea con esta posibilidad es nada menos que Ricardo Lagos.

La Nueva Mayoría ha iniciado acciones tendientes a definir sus cartas para 2017. Una coalición que vive el día a día tratando de disciplinar a sus miembros, mientras la figura de la Presidenta, golpeada por los líos judiciales de su familia y los casos de corrupción destapados en su segundo mandato, la alejan de una posición de liderazgo que ordene a su conglomerado. De ahí que el nombre de Ricardo Lagos sea visto con buenos ojos, sobre todo desde el PPD que ya se reunió con el expresidente y cuya militante Helia Molina haya expresado a la prensa que Lagos ve con “cariño” la posibilidad de volver a La Moneda.

Sin embargo, la idea no genera adhesión unánime entre los partidos del Gobierno. Al menos, desde el Partido Comunista han hecho memoria de las acciones de Lagos durante su mandato, sobre todo en lo relativo a las transformaciones sociales y políticas económicas.

En ese sentido, el vocero del PC Juan Andrés Lagos, dijo al diario La Tercera que “el gobierno de Lagos avanzó muy poco desde el punto de vista de las reformas estructurales. Más bien, consolidó la concentración económica, y del punto de vista de la desigualdad, avanzó casi nada”.

El currículum cuestionado

A Lagos se le atribuyen diversas obras que representan un agasajo al empresariado. Durante su período en La Moneda, se consolidaron las políticas en obras públicas mediante concesiones. El fuerte desarrollo en autopistas e infraestructura pública, vino de la mano con la incorporación de varios capitales extranjeros, principalmente españoles, para proyectos viales, mineros y carcelarios, quitando protagonismo al Estado y generando importantes ganancias a las empresas.

Por esta misma razón, el entonces presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y de la Asociación de Bancos, Hernán Somerville, llegó a decir del ex Mandatario que “mis empresarios, todos lo aman”.

Además, durante el gobierno de Ricardo Lagos se creó y desarrolló el Plan Transantiago, una de las políticas públicas con peores resultados de los últimos años, también desarrollada principalmente mediante concesiones. También impulsó el Crédito con Aval del Estado, que permitió el acceso a la educación superior a muchos jóvenes a costa de un prolongado endeudamiento del cual se beneficia la banca.

“Ricardo Lagos ocupó la consigna del Crecer con igualdad de la mano del endeudamiento de miles de familias”, afirma Gabriel Iturra, vocero de la Confech y presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Central, para quien la posibilidad de una nueva candidatura presidencial de Lagos es “lamentable”.

“Su gobierno fue uno de los más privatizadores de la historia de Chile, se aumentó la tasa donde las empresas generaban licitaciones con el Estado sin pagar ningún impuesto. Durante su gobierno, también, se concesionaron las carreteras y un montón de situaciones y de políticas públicas que nos hacen recordar lo que significaría que Ricardo Lagos volviera a gobernar Chile”, señala.

A juicio del economista de la Fundación Sol Marco Kremerman, el Crédito con Aval del Estado es un ejemplo de una serie de políticas públicas que disminuyen el rol del Estado, aumentan la desigualdad social y tienden a consolidar la concentración económica en pocas empresas, una práctica en la que han colaborado todos los gobiernos de la Concertación. “Existe una serie de profundizaciones, por ejemplo con los todos los tratados de libre comercio que sin duda han generado que en Chile se siga manteniendo y profundizando altos niveles de concentración, que explica que muchos sectores productivos dos, tres o cuatro empresas como máximo concentren el noventa por ciento de la participación de mercado”.

El economista agrega que la vía que se está siguiendo es la de una consolidación de un modelo neoliberal instaurado por la dictadura y que no tiene intención de ser cambiado: “El modelo que hoy día tenemos, es un modelo que no se ha cambiado en ningún ápice de su fundamento, que está totalmente sincronizado con la constitución de 1980, que tiene ese ADN. Las políticas diseñadas e implementadas en los distintos gobiernos de la Concertación, en el gobierno de Lagos en particular, son políticas que no generan ningún rasguño a la filosofía del modelo neoliberal que tiene Chile”.

El Crecer con igualdad de Lagos se vuelve hoy el motivo para que los sectores críticos a al expresidente le recuerden su gestión, de la cual no todos se han mostrado conformes incluso dentro de su misma coalición. Algo no menor de considerar a la hora de tomar la posta de una nueva carrera presidencial.