Durante esta mañana, el Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, junto a su comitiva se dirigieron al Terminal Puerto Arica a realizar una visita de inspección a las dependencias de la Administración de Servicios Portuarios de Bolivia, ubicadas dentro del recinto. Al llegar, se les impidió el ingreso por parte de la administración del terminal, lo que produjo la indignación del ministro boliviano, quien denunció que la no autorización obedecía a instrucciones de la Cancillería chilena.
La empresa Terminal Puerto Arica expresó que el impedimento al ingreso de Choquehuanca se debió a la tardanza de la solicitud de ingreso de la delegación, la cual habrían realizado formalmente sólo quince minutos antes del arribo al lugar. Sin embargo, Choquehuanca negó esta afirmación y dijo que el aviso lo habían realizado el día viernes. Finalmente, la empresa accedió a autorizar el ingreso de la comitiva pasadas las 15:30 horas de hoy lunes.
De acuerdo al canciller boliviano, las trabas impuestas para su acceso al puerto, se explican por la intención de la administración de “ocultar” los problemas que han denunciado los transportistas bolivianos: “No hay explicación, posiblemente están haciendo trabajos apresurados para ocultar las denuncias que han hecho nuestros transportistas. Tenemos que esperar, a eso hemos venido”, sostuvo.
Este planteamiento fue refrendado, a través de su cuenta de Twitter, por el vicecanciller de Bolivia, Juan Carlos Alurralde.
El puerto de Arica cubre la soya boliviana antes que ingrese el canciller y su comitiva pic.twitter.com/OKQKKXWWKj
— JuanCarlos Alurralde (@osodelosandes) 18 de julio de 2016
El presidente de Bolivia Evo Morales criticó la situación ocurrida en el puerto ariqueño, y emplazó al gobierno de Michelle Bachelet a no tener miedo a quienes denominó “los patriarcas de Chile” y acusó una conspiración económica por parte de Chile: “Ha habido varias clases de conspiraciones. Con el no mantenimiento de caminos. Yo he ido a Chile bastante, como presidente. Caminos bien pavimentados, pero privatizados. Pero donde tienen que exportar los bolivianos, desechos. En las pasadas gestiones nosotros les hemos propuesto ‘nosotros vamos hacer la mantención de los caminos’, no nos dejan. Por eso digo que es una conspiración económica”.
El canciller David Choquehuanca y su delegación antes de arribar este domingo a Arica, pasaron por las inmediaciones del Río Lauca. Desde ahí, dicen haber constatado obras chilenas para desviar el caudal del río de forma unilateral, por lo que el canciller dijo evaluar la posibilidad de demandar a Chile por el uso de las aguas del río.
Más tarde, las acciones se concentraron en la ciudad de Arica, donde en horas de la tarde la comitiva se reunió con residentes y simpatizantes de la demanda boliviana por el acceso al mar en el ex consulado de ese país.
Una provocación política
La visita de la delegación de Bolivia ha sido calificada por el gobierno chileno como una “descortesía flagrante”. En palabras del canciller Heraldo Muñoz, Chile no tendría nada que temer a Bolivia, e insistió en que Bolivia habría incumplido los procedimientos para poder realizar la visita a Chile. Dijo que “Chile es un país respetuoso y merece respeto”.
A juicio de la analista internacional de la Universidad de Chile Paz Milet, la forma en cómo Bolivia planteó la visita “no corresponde” y que atenta contra las buenas relaciones entre naciones hermanas: “Si es una delegación oficial, y él estaba solicitando, por ejemplo, que se le abriera la posibilidad de ver las condiciones que se daban a los bolivianos en estos puertos, lo mínimo es haber dado un aviso oficial para que el gobierno de Chile hiciera una presentación oficial de las condiciones que eso se maneja a través de otras vías. No llegar en las condiciones que, por ejemplo, se hizo hoy día”.
La postura también la comparte el Doctor en Estudios Americanos del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago (Usach) Fernando Estenssoro, quien ha dicho que esto lo único que ha hecho es aumentar una escalada de discursos altamente conflictivos y lo califica como una “provocación política”.
Además, Fernando Estenssoro proyecta los alcances de esta situación: “Todo esto indica que son operaciones destinadas a tratar de mantener una unidad interna política boliviana, usando como chivo expiatorio los sentimientos nacionalistas de Bolivia, exacerbándolos en contradicción a Chile. Entonces yo creo que aquí, lo que vamos a ver, es una escalada creciente de este tipo de temas, porque esto le ha dado dividendos políticos al gobierno de Evo Morales”.
La idea que converge en este caso es a cuidar las formas de trato entre los países a fin de evitar una situación de conflicto que se escape de las manos, y que las autoridades de ambos países mantengan la prudencia en sus discursos.