Con el apoyo de Fondecyt, diversos estudios liderados por investigadores del CIAE analizaron la magnitud y el impacto del ordenamiento académico interno en los establecimientos. Los resultados: en promedio, ningún tipo de colegio que ordena logra que sus estudiantes obtengan un mejor desempeño académico en las pruebas SIMCE en comparación con colegios que no ordenan.
Existen diversos mecanismos de gestión de la diversidad académica al interior de los establecimientos educativos. Los colegios pueden concentrar a alumnos de similar rendimiento académico en un determinado curso, ya sea desde el primer grado académico que imparten -con antecedentes académicos de los alumnos como promedio de notas o pruebas de ingreso-, o durante el ciclo escolar. También distribuyen alumnos repitentes o de los estudiantes que ingresan. Todas estas metodologías de ordenamiento interno han sido escasamente estudiadas en Chile, pero son un tema de investigación de creciente interés a nivel comparado.
Considerando que en el marco de la implementación de la Ley SEP desde 2008 y la Ley de Inclusión desde 2015 en Chile, es esperable un aumento en el número de colegios que implementan mecanismos de ordenamiento internos, desde 2015 el CIAE y la PUC están realizando un conjunto de estudios sobre este tema financiados por Fondecyt, para comprender la magnitud del ordenamiento académico, sus efectos sobre las oportunidades educativas de los niños, y las razones de su aplicación, entre otros.
Así, analizando bases de datos secundarias, los investigadores determinaron que el ordenar académicamente a los escolares desde 1° Medio, es una práctica frecuente entre colegios que imparten sólo Enseñanza Media: lo realiza el 59,1 por ciento de los colegios que tienen dos o más cursos. También se pudo determinar que es más frecuente entre los establecimientos municipales y entre los de nivel socioeconómico bajo y medio bajo. Por su parte, el reordenamiento académico –redistribuir masivamente a los estudiantes en otros grados- es casi inexistente en colegios que solo tienen educación básica, muy poco frecuente en colegios completos (con educación básica y media), pero más frecuente entre colegios que solo imparten enseñanza media, aunque ello está vinculado especialmente con la conformación de especialidades técnico-profesionales en 3° Medio.
Efectos del ordenamiento
El estudio determinó el impacto que tiene sobre las oportunidades educativas de los escolares en colegios que ordenan. Los resultados indicaron que en ningún tipo de colegio (municipal y particular subvencionado, Científico-Humanista, Técnico-Profesional o Polivalente), los estudiantes obtuvieron un mejor desempeño académico en las pruebas SIMCE de II Medio si asisten a un colegio que ordena académicamente respecto a otro colegio que no lo hace. Por el contrario, el resultado alcanzado en estas pruebas es inferior para hombres y mujeres cuando se trata de colegios Técnico-Profesionales (municipales o particulares subvencionados), o Polivalentes municipales, como también entre los Científico-Humanistas particulares subvencionados, pero solo en la prueba de matemática. Adicionalmente, el efecto negativo es mayor en matemática que en lectura.
También el estudio encontró que hacer ordenamiento académico es una decisión interna de los colegios y en la mayor parte, es liderada por su director y cuenta con respaldo en la comunidad docente, que tiene una visión positiva de la medida: se utiliza para que los estudiantes de mejor desempeño puedan potenciar sus oportunidades y para facilitar el trabajo docente.
También se logró determinar que el aplicar estas estrategias exacerba la inequidad en los resultados educativos entre los cursos de un mismo grado: hay mayores brechas en notas promedio y en puntajes de pruebas SIMCE; y mayor tasa de repitencia. Asimismo, se detectó que los cursos de baja habilidad son estigmatizados, que los estudiantes presentan menos motivación para el aprendizaje y los docentes los eluden, mientras que la cobertura curricular y las formas de evaluación son diferenciadas.
“Estos resultados dan cuenta de que, para el promedio de los colegios, aplicar estas políticas de ordenamiento conlleva no solo que se acreciente la inequidad de las oportunidades de los estudiantes, sino que también genera una mayor ineficiencia en el uso de los recursos educativos”, explican Juan Pablo Valenzuela, investigador del CIAE; y Ernesto Treviño, investigador de la PUC.
Para los investigadores, es urgente y un desafío identificar mejores experiencias y prácticas de gestión de la diversidad académica, especialmente en enseñanza media y en contextos de mayor vulnerabilidad. Asimismo, sostienen que el desarrollo de estas mayores capacidades y transferencia de mejores prácticas debiese ser un objetivo de los nuevos Servicios Locales de Educación.
Vía Uchile.cl