Con Soledad Alvear abandonando su militancia, y la inminente renuncia de su marido Gutenberg Martínez, se agudizó durante esta semana la crisis que enfrenta, hace ya varias semanas, la Democracia Cristiana.
A la renuncia de diversos militantes históricos, se suman por estos días los problemas que se han generado en el proceso de inscripción de listas para las próximas elecciones internas de la falange, que se realizarán el 27 de mayo.
Durante la tarde de este martes, el senador por La Araucanía, Francisco Huenchumilla, decidió no competir por la presidencia del partido argumentando falta de legitimidad del procedimiento interno de toma de decisiones.
El parlamentario indicó que solo ve más de lo mismo, “una lucha sin cuartel por el poder y no un debate de ideas respecto al futuro de Chile”. Su baja se suma a la de Alberto Undurraga, quien manifestó que bajó su candidatura porque no se pudo unir en un mismo propósito a las dos almas históricas de la DC.
Respecto a esta crisis interna y a los posibles recambios que se vienen para el partido, el diputado Gabriel Silber conversó con Radio Universidad de Chile, indicando que si bien la crisis es innegable, no se debe entender como el fin de la DC, sino por el contrario, debe interpretarse como una oportunidad de reestructuración y cambio generacional.
Por otro lado, destacó que si bien los aportes de los militantes históricos son innegables, sobre todo durante la época de transición en los 90, no se puede seguir haciendo política enfocada en el pasado y “mirando por el retrovisor”. “Lo que fue efectivo en los 90 ya no lo es en el 2018”, sentenció Silber.
Según el diputado, este es el momento para “asumir liderazgos distintos, tener una directiva que interprete ese sello generacional, con gente nueva, gente joven”.
“Podemos tomarlo como una oportunidad, de lo contrario, si no hacemos las cosas bien, con madurez en el sentido cívico que debe cumplir la democracia cristiana, puede terminar muy mal”, señaló.
Además, dijo que es necesario que la falange se enfoque en comprender lo que pasa en el país, para volver a identificar a los ciudadanos que se sienten más de centro, y así poder obtener un espacio en las próximas elecciones si así se quisiera.
Finalmente, comparó a la DC con una familia que vive en un gran caserón, que siempre hablan de lo grandes que son, que utilizan las herencias pero que no tienen dinero para pagar las contribuciones. En ese sentido, indicó que si vendieran lo que tienen tendrían dinero para calefacción y podrían ser felices.
Con esa analogía el parlamentario manifestó que el partido debe funcionar de una forma más flexible, rápida y moderna, y actuar en función de las demandas de los tiempos actuales, pues están enfrentando la gran oportunidad de modernizarse sin abandonar el gran peso histórico que tiene la DC.