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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Un “convenio” inexistente entre Matthei y Paulmann  

Columna de opinión por Patricio Herman
Miércoles 2 de mayo 2018 14:30 hrs.


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La prensa que circula en papel ha dicho que la Contraloría aprobó un convenio entre la Municipalidad de Providencia y Cencosud para que las obras de mitigación vial del mall Costanera Center reflejadas en el Estudio de Impacto sobre el Sistema de Transporte Urbano (EISTU) y otras sean ejecutadas por la primera con fondos de la empresa del retail. 

Esa “noticia“ divulgada por algunos diarios es absolutamente falsa y para demostrar dicha desinformación basta leer el dictamen Nº 10138 del 19/04/18 de la Contraloría General de la República, en el cual ante su expresa consulta, se le contesta a la alcaldesa Evelyn Matthei, que es posible que su municipio suscriba más adelante un convenio con Cencosud para que esta empresa financie las obras contenidas en una modificación (sic) del EISTU y que ello no implica que la municipalidad asuma la responsabilidad legal de cumplir con las obligaciones emanadas del EISTU.

El sector en donde se localiza Costanera Center está regido por favorables disposiciones contenidas en la Zona Especial Ex CCU, establecidas por el Minvu de Pinochet en el Plan Regulador Comunal de Providencia y para posibilitar la construcción de las torres era necesario eliminar el cono de protección del helipuerto del Hospital Militar, clausura que se produjo en el primer gobierno de Bachelet y por si fuera poco, con el propósito de ampliar el terreno en donde se emplaza el mall se demolió un colegio municipal con autorización del alcalde Labbé. Es decir, puras granjerías por parte del Estado al inversionista.

Ahora bien, ese EISTU se aprobó en el año 2009, tres años después de que se iniciaran las faenas de la estructura, lo cual ya es ilegal y llama la atención que ese estudio vial se haya modificado, suponemos que para alivianar la carga de las obligaciones monetarias del privado. Asimismo, hay que tener presente que próximamente entra en vigencia el reglamento del Minvu sobre el  Aporte al Espacio Público, que apunta a reemplazar el EISTU por medidas de mitigación más completas que compensen los efectos de los grandes proyectos inmobiliarios.

¿Será que el EISTU modificado, sin conocimiento de la ciudadaníaya está obsoleto y que ahora se están fijando nuevas reglas?  Tenemos la percepción de que este futuro convenio abordará materias no consultadas en el EISTU original y en tal sentido la institucionalidad tendrá que estar muy alerta ya que, por un lado están los intereses alcaldicios de Providencia y por otro lado las responsabilidades pecuniarias del privado. Es posible que esa modificación al EISTU sea consecuencia de la clausura por parte del mall de una cierta cantidad de estacionamientos, cuyos espacios disponibles se han transformado en locales comerciales.    

Analizando el asunto de fondo, hemos llegado a la conclusión que estamos ante un nuevo modelo de negocio que consiste en traspasarle la responsabilidad que tiene el particular al agente público que actuaría como fiscalizador a cambio de dinero para que el municipio sea el ejecutante, garante y supervisor a la vez de todas las obras de mitigación vial. Así Costanera Center, con la habilidad que le conocemos a su accionista controlador, se desentiende de sus deberes y la alcaldesa quedará feliz de la vida con los ingresos monetarios que recibirá su tesorería municipal, pero en la práctica sin el más mínimo derecho a cuestionar nada.  Así Matthei dispondrá de recursos para financiar, entre otros, su anhelado proyecto Providencia Centro Oriente.

 Pero no podemos perder de vista que el famoso EISTU original contempla, entre otras medidas de mitigaciones viales, la ejecución por parte de Costanera Center, de un túnel en el subsuelo de la avenida Andrés Bello que empalma con la avenida Costanera Sur y con la calle Suecia, obra que tiene un costo de US$ 45 millones de cargo exclusivo de Cencosud, cuyas faenas de construcción se han postergado sin mayores explicaciones, aunque sabemos que Paulmann le ha estado pidiendo apoyo, sin éxito, a los últimos gobiernos para compartir los gastos de esa onerosa infraestructura vial.

 ¿Será que dentro de las modificaciones del EISTU ya se eliminó este túnel?  No lo sabemos, pero sí tenemos la convicción plena de que este inédito próximo convenio no resguardará el interés público de la ciudad y en tal sentido recordemos lo que sucedió con la engañosa tramitación del permiso de edificación en la Dirección de Obras Municipales de Providencia, asunto que hemos denunciado desde hace años en distintos medios de prensa.  

 Finalmente, por la carga de ocupación del mall debía enfrentar una determinada vía y como ello no ocurría el servicial Minvu rápidamente, sin consultarle a nadie, modificó la reglamentación de la Ley y, siendo hasta gracioso, para que la torre principal llegara a los 300 metros de altura, la rasante no se calculó desde el eje de la avenida Andrés Bello, como está ordenado, sino que ese punto de origen para fijar el ángulo se desplazó a una cierta distancia hacia el norte hasta llegar a la caja del río Mapocho y con esta astuta acción Costanera Center es la torre más alta de América del Sur. Como un hecho anecdótico, observamos que un poco más al oriente, también enfrente de la avenida Andrés Bello, se erige la torre Titanium que tiene una altura menor porque sus proyectistas no tuvieron la sagacidad interpretativa de sus colegas del mall de Paulmann.   

 Como en Chile la impunidad está a la orden del día, y al respecto es cosa de saber lo que hace el Fiscal Nacional Jorge Abbott, Costanera Center una vez más se ahorrará unos cuantos millones de dólares en las llamadas mitigaciones viales.  

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.