La muerte de su nieto de siete años, producto de una meningitis, motivó al exmandatario a solicitar un permiso especial a la jueza Carolina Lebbos, de la Sala de Ejecución Penal de Curitiba, para que lo liberara provisionalmente sobre la base de lo establecido en la ley de Ejecución Penal, que permite a los condenados salir de prisión para asistir al velatorio de familiares cercanos.
Luego de obtener la autorización de la justicia, Luis Inácio Lula da Silva, abandonó la cárcel de Curitiba en un helicóptero de la policía federal para ser trasladado hasta el aeropuerto de Bacacheri, en donde abordará un avión de la gobernación del estado de Paraná que lo trasladará a Sao Paulo.
Arthur Araujo Lula da Silva, uno de los seis nietos del ex presidente, murió el viernes en un hospital de San Pablo en el que había sido ingresado poco antes para tratar una meningitis. La ceremonia de cremación del cuerpo del niño se llevará a cabo el mediodía de este sábado en el Cementerio Jardín de la Colina, en Sao Bernardo do Campo, mismo lugar en que se realizó el funeral de Marisa Leticia Rocco, la esposa del ex jefe de Estado, que murió en febrero de 2017.
Quien fuera líder del PT fue encarcelado en abril del año pasado tras haber sido condenado por un tribunal de segunda instancia a 12 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero en el marco del caso Petrobras. El mes pasado fue condenado nuevamente a otros 12 años de cárcel, luego de ser encontrado culpable en un nuevo caso de corrupción y lavado de dinero luego que la jueza federal Gabriela Hardt considerara que el exmandatario se benefició de las obras por cerca de US$271.000 que tres empresas (Odebrecht, OAS y Schain) hicieron en una residencia en Atibaia, en el interior de Sao Paulo, perteneciente a su amigo el empresario Fernando Bittar.