Este jueves 2 de mayo se dio inicio al periodo de restricción vehicular permanente para automóviles catalíticos.
La medida de Gobierno está centrada en los automóviles con sello verde inscritos antes del uno de septiembre de 2011. Sobre quienes se le aplicará la prohibición de circular establecidos dos dígitos diarios, estando imposibilitado el conductor de transitar dentro del anillo de Avenida Américo Vespucio.
La restricción regirá de lunes a viernes entre las 07:30 horas y 21:00 horas, exceptuando los festivos, hasta el 31 de agosto de 2019.
Según el seremi de Medio Ambiente de la Región Metropolitana, Diego Riveaux, la iniciativa forma parte del Plan de Prevención y Descontaminación de la Región Metropolitana por Material Particulado (MP 2,5), que, según la autoridad, contempla la paralización de 200 mil automóviles por jornada.
Sin embargo, para otra representante de Gobierno, la ministra de Transportes Gloria Hutt, este tipo de medidas es regresiva ya que genera la compra de un segundo auto, en vez de que las personas renueven el que ya tienen.
“No tenemos una convicción de que sea la mejor alternativa, porque hay bastante evidencia que indica que en el corto plazo produce un efecto, pero en el largo plazo se diluye. El concepto es inducir una renovación del parque, pero está el riego que, en vez de modernizar, se compren un segundo auto, para ajustar los dígitos”, afirmó.
La decisión, según la secretaria de Estado, se tomó luego que Contraloría determinara que el plan debe implementarse en su totalidad.
Esto también incluye a los vehículos sin sello verde, que tendrán restricción de cuatro dígitos, mientras que las motocicletas anteriores a 2010 también tendrán restricción de dos dígitos.
Para el toxicólogo y profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, doctor Andrei Tchernitchin, cualquier medida de este tipo contribuye a disminuir la contaminación ambiental que se impone en Santiago.
“Al disminuir la congestión, y los vehículos al ir a velocidad crucero contaminan mucho menos que aquellos que están en ralentí, por lo tanto, solo ese hecho significa un aporte a la descontaminación, es una excelente medida. Eso sí, yo hubiera decretado restricción en toda la región Metropolitana o por lo menos en el gran Santiago, porque mucho vehículo que contamina circula por fuera de anillo y al final el aire que respiramos es el mismo”, argumentó.
Para el especialista en modelos de pronóstico de contaminación atmosférica y ambiental y académico del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile, doctor Patricio Pérez, la medida implementada por el gobierno tendrá un impacto marginal.
“Es bastante poco lo que se logra descontaminar con la restricción. Si relacionamos ésta a otras medidas, podría funcionar, pero no nos va a cambiar la vida solo con esta iniciativa en particular. Del 5 por ciento que las autoridades del Ejecutivo esperan reducir, yo diría que apenas alcanzará al 2 por ciento. Esto tampoco disminuirá la congestión vehicular, por los porcentajes que representa y porque no se aplicará a toda la ciudad, solo una parte de ella”, subrayó.
En tanto, para el director del Centro de Innovación en Transporte y Logística de la UDP, Franco Basso, la medida dirigida a descongestionar las calles no será aplicable debido a la imposibilidad de fiscalizar el año de inscripción. Además, no están incluidos los automóviles a petróleo diésel.
El experto indica que se debe invertir en tecnología, para establecer una fiscalización moderna. Sin embargo -precisó- la actual administración ve la medida como “un saludo a la bandera”.