Quedan pocos días para que se lleve a cabo la elección interna del Partido Socialista en donde su presidente y candidato a la reelección, Álvaro Elizalde correría con ventaja. Sin embargo, la inscripción de la lista opositora liderada por la diputada Maya Fernández vino a remecer a la actual directiva, la cual ha sido objeto de críticas desde distintos sectores del PS.
Es así como la lista encabezada por la nieta de Salvador Allende es apoyada por militantes de trayectorias muy disímiles dentro del socialismo que van desde Fernando Atria hasta José Antonio Viera-Gallo, pasando por el ex subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy.
Una combinación que, si bien llama la atención, tiene un denominador común: los cuestionamientos a la forma de conducción, a la poca influencia del partido y a no haber logrado concretar una articulación de la oposición, tal como se dictaminó en el último congreso de la colectividad.
Para Ernesto Águila, analista e integrante de la lista “Recuperación y Cambio Socialista” liderada por Maya Fernández, “una elección que parecía sencilla ha encontrado una oposición que logró articularse bien” bajo la crítica a la dirección actual “que no ha sido capaz de tener un liderazgo incisivo y fuerte de oposición, donde la percepción de muchos es que es un partido que ha ido perdiendo en opinión pública, en capacidad de posicionarse frente a ciertos temas y en defender los pocos derechos sociales y laborales que en este país existen”.
Desde su perspectiva, “también está en juego una cierta visión en la política de alianzas y lo que va a ir ocurriendo con la DC y el Partido Radical. No es que se descarte una alianza amplia del centro y la izquierda, pero se va haciendo cada vez más difícil. En la lista de Maya Fernández hay más claridad sobre la necesidad de un proyecto anti-neoliberal y de conformar una alianza lo más homogénea posible en torno a ese proyecto” señaló.
En ese escenario, Fernando Atria agrega que esta disputa adquiere particular relevancia ya que “se produce en el contexto de un gobierno de derecha que está llevando adelante una agenda inequívoca de re-legitimación neoliberal. Frente a este gobierno, la oposición ha sido incapaz de articular un proyecto político y para ofrecer un camino alternativo de superación del neoliberalismo”
Por esta razón, el abogado y académico hace hincapié en la necesidad de que el PS recupere su credibilidad para poder articular un proyecto político alternativo. “Todo lo demás debe ser subordinado a este objetivo” señala, poniendo como ejemplo la decisión del congreso del partido de decir “No más AFP”, mientras que en el Parlamento la discusión de la bancada apunta hacia otro lado.
Un apoyo crítico
Si bien el diagnóstico sobre la pérdida de relevancia política del PS es compartido por ambas listas, desde el sector que respalda a Elizalde han apuntado a la necesidad de conseguir una “unidad” al interior del partido. De ahí que varios militantes y parlamentarios socialistas hayan manifestado su “apoyo crítico” al senador por el Maule.
“Nuestro apoyo y él lo sabe es bastante crítico. Nosotros lo apoyamos porque pensamos que el Partido Socialista tiene que tener mayor presencia (…) a mí me gustaría un partido que proponga” expresó el senador PS Rabindranath Quinteros.
Para el sociólogo y analista Axel Callís, este apoyo está dado fundamentalmente debido a que “Álvaro tiene el control de la máquina y de las fichas. Lo más probable es que la lista de él gane porque su gestión es la que inscribió al partido en el Servel por lo tanto él tiene a los militantes ficha. Los que están inscritos, pero no participan, son de él” manifestó.
En ese sentido, Callís puntualiza que “los senadores que han criticado son los que van a la reelección. Yo no voy a pelearme con aquellos que me tienen que inscribir como candidato a senador, entonces es un apoyo absolutamente interesado por la viabilidad de sus reelecciones más que un apoyo político. Si todos sabemos que Álvaro no ha hecho política en los últimos dos años, nada. Es tan irrelevante lo que significa el Partido Socialista hoy en día en la escena que es primera vez en los últimos 80 años que no tiene un candidato presidencial espontáneo. El PS siempre tuvo candidato presidencial, siempre. Y ahora tiene muchos candidatos chicos, pero ninguno reconocido por la opinión pública” enfatizó.
Para Ernesto Águila, el apoyo de la bancada de senadores a Elizalde “fue una conducta oligárquica. Lo que tienen en común todos ellos es que son senadores y una cosa que le haría muy mal al Partido Socialista es que la próxima directiva no esté dirigiendo desde la calle París, sino que desde el comité de senadores”, manifestó.
En ese sentido, el académico de la Universidad de Chile agregó que “ese apoyo fue imprudente, su unanimidad sospechosa y ha sido mal visto por la militancia de base”.
Sin embargo, y pese a la evaluación negativa de su administración, el actual timonel del PS ha insistido en la necesidad de construir un referente de oposición que aglutine a todas las fuerzas políticas de centro-izquierda.
“Todos quienes formamos parte de esta opción para liderar el Partido Socialista compartimos un diagnóstico común y una propuesta para enfrentar los desafíos del futuro. La necesidad de proveer un diálogo constructivo con todos los actores del progresismo para construir una amplia unidad con vocación de mayoría. En esto tenemos una diferencia con la otra opción que compite en la elección interna” sostuvo.
¿Diferencia de proyecto político?
La heterogeneidad de quienes integran la lista de Maya Fernández dificulta los análisis al momento de encasillar a este sector en una postura más “izquierdista” o anti neoliberal.
Tal parece, y así lo han expresado quienes adhieren a la lista de la ex presidenta de la Cámara, que el real factor aglutinador de esta fracción del PS es su rechazo a la actual directiva, cuya gestión ha generado cuestionamientos desde la nominación del senador Alejandro Guillier como candidato presidencial del partido.
Según la mirada de Axel Callis, “ninguna de las dos listas constituye un proyecto político. Están en juego estilos de hacer política y la lista de Maya tiene esencialmente un matiz con respecto de la gestión, forma y potencial político que podría tener. Lo que está tratando de recuperar es la capacidad del Partido Socialista por incidir en la política nacional y la lista oficialista lo que hace es llamar a la unidad sin hacer una autocrítica sobre el estado de la situación de los últimos dos años en donde el PS ha estado oculto, irrelevante con respecto a su participación en la política”.
En esa línea, el analista advirtió que “la lista de Maya incluye posiciones bastante moderadas o conservadoras como la de Schilling o Aleuy. Es una lista más de conveniencia, o sea, lo que une a esa lista no es una opinión sobre la política de alianzas. Gente de la Izquierda Socialista quisiera que la alianza fuera con el Frente Amplio, pero ellos son una parte pequeña dentro de la lista. Hay otros sectores dentro de la misma lista que están por pactar más con la DC. La diferencia entre Schilling e Insulza no es ninguna, y van en distintas listas” recalcó.