Ante la iniciativa de un sector de la oposición de reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas por semana, el Gobierno ha manifestado su tajante rechazo a la moción que avanza en el Congreso.
A cambio de esta idea, el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, ha expresado que la mejor opción para aumentar las horas de descanso es legislar a favor del proyecto de flexibilidad laboral. Iniciativa que, en lo medular, consiste en una distribución alternativa de las horas de trabajo, con un límite máximo de 180 horas mensuales (manteniendo las 9 diarias) pactadas individualmente, límites máximos de jornada diaria y horas extraordinarias, que permitan eventual acuerdo entre el trabajador y el empleador.
Para la presidenta de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Diputados, Gael Yeomans, la idea del Ejecutivo no significa trabajar menos horas, más bien es una prenormativa que solo está confeccionada para favorecer a los empresarios.
“Flexibilidad solo para los intereses de grupos empresariales, quienes buscan, por ejemplo, los del sector comercio, tener a disposición a sus empleados cuando les convenga y, perfectamente, acomodar sus contratos. El proyecto del Ejecutivo está hecho para favorecer a los empresarios, lo reafirmo totalmente, es una flexibilidad confeccionada en beneficio de sus propios intereses “, afirmó.
En entrevista con la Radio y el Diario de la Universidad de Chile, la también presidenta de Convergencia Social, Gael Yeomans, agregó que el proyecto de flexibilidad y su mediática defensa por parte de autoridades de Gobierno ha sido en base a mentiras y tratando de engañar a los trabajadores. Sin embargo, la ciudadanía –precisó- se ha dado cuenta de este artificio.
Aseveró que la flexibilidad laboral garantiza solo condiciones de negociación para el empleador, donde él establece unilateralmente las condiciones bajo las cuales quiere contratar a sus trabajadores.
“Es una falacia decir que en Chile se puede negociar. Las empresas siempre argumentan que, si no se está de acuerdo con las condiciones estipuladas, se puede ir, ya que existe una fila de personas detrás que buscan el mismo empleo. Lo otro es que, en los países donde existe flexibilidad, las condiciones fueron negociadas por los sindicatos, a diferencia de Chile donde no existe tal posibilidad”, aseveró.
El ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, volvió a expresar este jueves que la idea de adaptabilidad que se encuentra discutiendo el Senado contempla una reducción de la jornada de trabajo promedio de 41 horas.
A juicio del Gobierno, la discusión debe tener como foco la flexibilidad si es que se quiere evitar posibles impactos negativos en el mercado laboral.