El presidente de Francia, Emmanuel Macron, invitó este domingo por sorpresa al ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Javad Zarif, en medio de la cumbre del G7 en Biarritz.

Así titulaban diversos medios internacionales en medio de este Foro que se desarrolla hasta este lunes en el país galo y que consideró diversos temas: incendios en la Amazonia, los alcances del acuerdo UE-Mercosur, el diálogo con Rusia y sobre la economía mundial.

“Esta discusión sobre Irán nos permitió establecer dos líneas comunes, en primer lugar ningún miembro del G7 quiere que Irán obtenga armas nucleares, y en segundo lugar, todos los miembros están profundamente apegados a la estabilidad y paz en la región, y por lo tanto, no quieren emprender ninguna acción que pueda causar daño”, afirmó el presidente de Francia.

Irán fue uno de los temas que evidenció el primer desacuerdo del G7, el presidente Emmanuel Macron había anunciado por la mañana del domingo que los líderes del grupo de grandes potencias habían encomendado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que “dirigiese un mensaje” a Irán.

Esto, ante la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Teherán durante el año pasado. Este pacto de 2015 tenía un objetivo: para que el país limitara el desarrollo de su industria nuclear a cambio del levantamiento progresivo de las sanciones internacionales.

Poco después desde el Gobierno de Donald Trump desmintieron ese “mandato” anunciado por Macron, anfitrión de este foro de países industrializados que agrupa a Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá. Y luego el titular francés calificó este capítulo como una “confusión” porque no era un mandato “oficial”.

El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, llegó este domingo al país galo, para reunirse con su homólogo francés, en un encuentro al margen de la cumbre del G7.

“En este viaje no se llevarán a cabo conversaciones con la delegación estadounidense”, subrayó el portavoz del Ministerio iraní de Exteriores en un mensaje a través de las redes sociales.

Trump se reúne con el primer ministro Boris Johnson

La reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, fue el primer encuentro en la segunda jornada del G7.

“¿Saben quién es? Será un primer ministro fantástico. Estamos teniendo muy buenas reuniones. ..Vamos a hacer un acuerdo fantástico una vez que despejemos algunos de los obstáculos en nuestro camino”, manifestó Trump en su reunión con el primer ministro británico.

“Sé que habrá negociaciones difíciles”, admitió Johnson en su estreno en estas citas. Pero añadió: “Claramente hay enormes oportunidades para el Reino Unido de penetrar en el mercado americano de una forma que ahora no se nos permite”.

Esto, mientras en bilaterales entre la autoridad británica y Donald Tusk, presidente saliente del Consejo Europeo, se acusan mutuamente por un posible brexit duro.

Donald Tusk con Boris Johnson

Otro de los temas que trataron los líderes del G7 fue reforzar el diálogo y la coordinación con Rusia sobre las crisis actuales, aunque concluyeron que era demasiado pronto para reintegrarla al grupo. Rusia fue excluida del grupo G8 en 2014 luego de la crisis ucraniana.

Finalmente, los líderes se pusieron de acuerdo para ayudar a los países afectados por los incendios que afectan a la Amazonia. “Estamos todos de acuerdo para ayudar lo más rápido posible a los países afectados por estos incendios”, agregó Macron.

El mandatario francés, previo a la cumbre, defendió un bloqueo al acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur en medio de esta emergencia. Sin embargo, según informan agencias, algunos gobiernos europeos, como España, Reino Unido y Alemania, estimaron que esta señal no sería el método apropiado para luchar contra la deforestación de la Amazonía.

Mientras los mandatarios se refieren a la economía global, se observan protestas en las calles y se conoce el informe de OXFAM denominado “Los 7 pecados capitales del G7”.

Robin Guittard, portavoz de Oxfam, explicó a Radio Francia Internacional las razones por las que las siete potencias cargan con la “responsabilidad histórica” de haber construido en los últimos 50 años un mundo con grandes desigualdades.

“No han invertido lo suficiente en servicios públicos, como salud, educación y protección social. Tampoco han cumplido con sus promesas de ayuda al desarrollo de los países más pobres. Falta transparencia de las empresas en cuanto a los salarios de las directivas y los de trabajadores”, aseguró Guittard.