Por tercer día consecutivo los grupos independentistas más radicales continúan provocando disturbios tras una noche de auténticas batallas campales en el centro de Barcelona, entre barricadas, contenedores incendiados y duras cargas policiales con más de 120 heridos.
El lunes tuvieron lugar los primeros altercados con la policía cuando 10.000 personas bloquearon el aeropuerto de Barcelona, horas después de que el Tribunal Supremo anunciara su condena a nueve separatistas, entre ellos el exvicepresidente regional Oriol Junqueras, a 13 años de prisión.
Este miércoles, independentistas han cortado varias autopistas catalanas además de interrumpir el tren de alta velocidad entre Barcelona y Gerona.
El presidente Pedro Sánchez tiene previsto una reunión este miércoles con los líderes de la oposición para intentar buscar una estrategia y poder encarar el problema con el máximo consenso posible. Sánchez ha advertido que el gobierno central tomará el control de la situación si prosiguen los disturbios.
La derecha propone emplear más mano dura, mientras que la izquierda emergente es partidaria del diálogo para desactivar la escalada de violencia que está siendo también condenada por los principales partidos nacionalistas de Cataluña. Para el próximo viernes hay convocada una huelga general.