La noche del martes en el Congreso estadounidense, las tradiciones se rompieron dramáticamente. Todo inició cuando el presidente Trump omitió saludar formalmente a la líder de los demócratas, y luego de terminado el discurso del Estado de la Unión, una especie de cuenta pública ante el Congreso de Estados Unidos, Nancy Pelosi rompió su copia del texto en un duro gesto político tras escuchar al mandatario promocionar sus logros en el cargo.
La presidenta de la Cámara de Representantes, que estaba ubicada detrás de Trump y junto al vicepresidente Mike Pence durante la ceremonia en el Capitolio, tomó el documento y lo destrozó de manera muy visible.
Cuando un periodista le pidió que explicara lo que había hecho, Pelosi dijo que “era lo más cortés, considerando la alternativa. Qué discurso tan sucio”.
Varios medios estadounidenses señalaron que el discurso de Trump aparte de teatral fue una defensa de su Gobierno y una exposición de lo que sería un segundo periodo en la Casa Blanca y ninguna mención directa al proceso de impeachment al que está siendo sometido. También indicaron que fue una intervención que mayormente apelaba a la derecha extrema del partido republicano pero al mismo tiempo hubo momentos donde el mensaje cortejaba a los votantes de centro derecha.
La economía fue protagonista en el discurso de Trump. “Los años de decadencia económica han terminado. Los días en los que se aprovechaban de nuestro país, al que incluso otras naciones despreciaban, han quedado atrás”, expresó.
Asimismo, la inmigración fue otro tema clave con la clara intención de dejar claro a sus votantes más conservadores que este tema va a ser prioridad en su posible segundo periodo. “Si forzar a los contribuyentes estadounidenses a brindar atención médica ilimitada y gratuita a extranjeros ilegales le parece justo, entonces apoye a la izquierda radical. Pero si cree que deberíamos defender a los pacientes estadounidenses y a los adultos mayores estadounidenses, apóyeme y apruebe una legislación que prohíba la atención médica gratuita del gobierno para los inmigrantes ilegales”, recalcó Trump.
Con respecto a su política exterior, se refirió a la lucha de Estados Unidos en contra de naciones que el país considera como autoritarias entre las que nombró a Irán, Cuba, Nicaragua y Venezuela “Maduro es un dirigente ilegítimo, un tirano que trata con brutalidad a su pueblo. Pero su mandato de tiranía será aplastado”. Entre los presentes estaba Juan Guaidó al cual Trump se refirió en su discurso y identificó como el único presidente legítimo de Venezuela.
Para este miércoles 5 de febrero se espera que ocurra la votación en el Senado que decidirá el futuro del presidente Trump, quien de acuerdo a los últimos sondeos en el Congreso, probablemente sea absuelto del juicio político.
