Marzo tuvo un comienzo difícil para el Gobierno y lo que se suponía que fuera una jugada maestra terminó siendo un ‘auto-golazo’. La promulgación en el Palacio de La Moneda de la “Ley Gabriela”, iniciativa que amplía la tipificación del femicidio e incorpora a este delito cualquier asesinato de una mujer por parte de su pareja o ex pareja sin convivencia, pretendía ser el espaldarazo del Ejecutivo a las mujeres del país de cara al venidero 8 de marzo.
Pero el acto para estrenar la legislación inspirada en el caso de la joven Gabriela Alcaíno y su madre -quienes fueron apuñaladas por el ex pololo de la primera en un crimen que no fue calificado como femicidio-, terminó siendo un momento incómodo para todos, a excepción de su protagonista.
La noticia la marcaron los dichos del presidente Sebastián Piñera, quien desató una oleada de críticas producto de una reprochable frase en la que relativizó la violencia estructural de la que son víctimas miles de mujeres.
“No es solamente la voluntad de los hombres de abusar, sino que también la posición de las mujeres de ser abusadas”, dijo el jefe de Estado.
Ante las críticas que suscitó el reprochable comentario del Presidente, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Isabel Plá -quien este martes será interpelada por el Congreso Nacional-, tuvo que salir al paso e intentó aclarar lo dicho por Piñera.
“El Presidente lo que ha querido decir no tuvo que ver nunca con salir a responsabilizar a las mujeres. El Presidente lo que ha dicho, sepan las mujeres de nuestro país, que cuando ustedes denuncian van a contar con el apoyo de la sociedad, de las instituciones, de todos los Poderes del Estado”, intentó aclarar la secretaria de Estado.
Pero en un hecho inédito desde el 18 de octubre, el mandatario intentó aclarar sus dichos a la prensa, con una breve declaración a su salida del Comité Político. “Quiero ser muy claro: la posición de nuestro Gobierno es tolerancia cero contra todo tipo de violencia o abuso contra las mujeres y por eso llamo a todas las mujeres de Chile a denunciar de inmediato cualquier riesgo o cualquier amenaza contra su integridad para que puedan recibir, en forma oportuna y eficaz, la protección del Estado”, rectificó Piñera.
Luego, fue el turno de la ministra vocera de Gobierno, Karla Rubilar, quien también debió referirse a la polémica que generó el Presidente con sus dichos. “Para el gobierno hay una sola posición: no hay tolerancia en la violencia a las mujeres, no puede haber espacio para la impunidad. Y lo que pedimos y lo que le pide el presidente a las mujeres es que se atrevan a denunciar”, indicó la vocera.
Las explicaciones; sin embargo, sólo terminaron acrecentando una polémica al confirmarse por parte de fuentes de Gobierno la “salida de libreto” del mandatario y evidenciando así una enorme distancia entre las demandas ciudadanas y la administración de Sebastián Piñera.
Un “abono” para la desconfianza ciudadana
Para la cientista política y académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, María Cristina Escudero, los dichos del mandatario dan cuenta de un Ejecutivo “ausente y distante de la dirección que tiene que entregarle a la ciudadanía”, cuestión que ve con preocupación de cara a un momento en que el país enfrenta importantes definiciones.
En ese sentido, la analista aseguró que las palabras del Presidente son contraproducentes para el discurso que ha intentado comunicar el gobierno y complican el momento que está viviendo el país por dos grandes razones.
“No está entendiendo una parte sustancial de las demandas que hay en el país y no sintoniza con el tema de la inequidad en sus distintas dimensiones -una de las cuales es ésta, la violencia de género-“, argumentó la politóloga. “Agita las aguas, porque no sé de qué otra manera se tendrían que decir las cosas para que las autoridades comprendan cuál es el fenómeno que estamos viviendo, tanto en términos de violencia de género como en otro tipo de inequidades”, reflexionó la académica de la Universidad de Chile.
“La otra dimensión es que si él relativiza este tipo de violencia también se podría relativizar otros tipos de violencia“, sostuvo la analista política.
Esto tiene que ver con la que ha sido la línea que ha mantenido el Gobierno desde el inicio de la crisis: la importancia del orden público y de condenar la violencia “venga de donde venga”. Y es que horas antes de la polémica frase el mandatario, consultado por las acciones que tomaría de continuar los hechos violentos, había asegurado en TVN que no descartaba volver a declarar un Estado de Excepción si es que se hacía necesario, lo que fue considerado como una amenaza por diversos sectores.
“Más que tratar de explicar por qué lo dice, yo lo veo con profunda preocupación por un Ejecutivo que está ausente y distante de la dirección que tiene que entregarle a la ciudadanía y al país de cara a un año que no se ve fácil”, agregó Escudero.
En la misma línea, la cientista política y también académica del INAP de la Universidad de Chile, Claudia Heiss, agregó que la actitud del jefe de Estado dificulta la comprensión del mensaje que pretende entregar el Ejecutivo.
“Creo que esto abona la desconfianza ciudadana respecto de la capacidad que tiene el gobierno y las autoridades de entender a la ciudadanía“, afirmó Heiss.
“Muestra que el gobierno tiene mucha dificultad para entender la movilización y para entender las demandas de la ciudadanía. Y claro, hace menos creíbles los llamados a la paz y a la no violencia porque además hemos visto una actitud muy violenta desde distintos sectores políticos, incluyendo algunos que son partidarios del Gobierno“, añadió la también jefa de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Chile.
*Foto en portada: Sebastián Beltrán / Agencia UNO.