Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladimir Putin, se reunirán en una conferencia virtual presidida por el rey Salmán de Arabia Saudita, cuyo país está además bajo presión para poner fin a una guerra de precios del petróleo con Moscú que hundió los mercados energéticos.
La reunión de los países más industrializados del planeta tiene lugar en el contexto de una pandemia que ya dejó 21.000 muertos y mantiene confinadas a 3.000 millones de personas en todo el mundo.
“Cuando el mundo se enfrenta a la pandemia del COVID-19 y a los desafíos que supone para los sistema de sanidad y para la economía mundial, convocamos esta cumbre extraordinaria del G20 para unir esfuerzos para una respuesta mundial”, declaró en Twitter el rey Salmán, que asume la presidencia rotativa del G20.
La reunión, que debería empezar a las 12h00 GMT, coincide con los esfuerzos de los países del grupo para atenuar los efectos del virus para la economía.
El miércoles la agencia de calificación financiera Moody’s a advirtió que las economías del G20 entrarán en recesión este año a causa de la pandemia del nuevo coronavirus.
En su conjunto, el Producto Interior Bruto (PIB) de estos países se contraerá este año un 0,5%, según Moody’s. En Estados Uninos la caída será del 2% y en la zona euro del 2,2%.
Los países ricos, como Estados Unidos, ya anunciaron planes de estímulo colosales.
Pero por el momento el G20 no presentó ningún plan de acción colectivo y crece la incertidumbre sobre los países pobres que no tienen acceso a los mercados de capitales y no tienen servicios de salud adecuados.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la OMS, pidió al G20 que dé su apoyo a “los países con ingresos débiles o medios”, en particular a los del África subsahariana.
Esta semana el presidente francés Emmanuel Macron y su homólogo chino Xi Jinping presionaron para que se celebrara una cumbre de urgencia del G20 y limitar así el impacto de la pandemia.
Según fuentes de la presidencia francesa, la reunión abordará la “coordinación en el terreno sanitario” y debería mandar una “señal fuerte” a la comunidad financiera sobre los esfuerzos para estabilizar la economía mundial.
En la reunión también participarán otros países particularmente afectados por la pandemia, como España, Jordania, Singapur y Suiza, así como representantes de Naciones Unidos, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Salud (OMS) y de Comercio (OMC).
Del G20 forman parte también Argentina, que decretó un confinamiento de dos semanas, y México y Brasil, que por el momento adoptaron una política menos drástica frente a la pandemia.
La división actual de los líderes mundiales contrasta con las cumbres del G20 posteriores a la crisis financiera de 2008, cuando el grupo se movilizó para ayudar a los países más vulnerables.
“El G20 está ausente, a diferencia de 2008”, dijo Ian Bremmer, presidente y fundador de la consultora Eurasia.
El miércoles el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo criticó a China por una presunta “campaña intencionada de desinformación” sobre el coronavirus.
La cumbre del G20 también debería abordar la cuestión de los precios del petróleo, lastrados por el impacto de epidemia sobre la demanda de crudo, así como por la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia.