Esta semana, la diputada Karol Cariola junto a un grupo de parlamentarios de oposición ingresaron un proyecto de acuerdo en el que se le solicita al Presidente Sebastián Piñera la creación de un impuesto a los “súper ricos”, el que serviría para recaudar recursos para las familias más vulnerables del país que se han visto fuertemente afectadas por la crisis sanitaria causada por el Covid-19.
El proyecto de la parlamentaria del Partido Comunista busca aplicar un impuesto patrimonial de 2,5% a quienes poseen las mayores fortunas del país, con el fin de financiar una Renta Básica de Emergencia que podría beneficiar a millones de personas durante seis meses.
“Con una recaudación cercana a los US$6.000 millones es posible sostener una Renta Básica de Emergencia por sobre la línea de la pobreza ($419.851 para un grupo familiar de 3 personas) por 6 meses, sin distinguir entre trabajadores formales e informales. Esto beneficiaría a cerca de 4.000.000 de personas, sin duda un gran alivio para familias que están hoy angustiadas y que necesitan del socorro de sus compatriotas”, se lee en una misiva de la diputada.
El proyecto ha sumado adherentes de diversos sectores de la oposición, como el diputado Matías Walker (DC), Alexis Sepúlveda (PR), Manuel Monsalve (PS) y Andrea Parra (PPD). Desde el Frente Amplio, la diputada Gael Yeomans (Convergencia Social), también sumó su apoyo a la idea, entendiendo la necesidad que se ha generado producto de la crisis de salud.
“En esta oportunidad, cuando hablamos de una crisis sanitaria en la que faltan recursos para que las familias puedan sustentarse durante toda el tiempo que se prolongue el escenario, requerimos de un compromiso de quienes tienen más recursos en este país. Es por eso que la idea de establecer un impuesto a los ‘súper ricos’ nuevamente se trae a colación, porque es necesario para poder contar con los recursos económicos que hacen falta para algo tan básico como es la alimentación”, declaró.
Desde el oficialismo, en tanto, el diputado UDI y miembro de la Comisión de Hacienda de la Cámara, Patricio Melero, considera que, bajo el contexto en que se ve el país, no es un buen camino.
“No es una buena idea subir los impuestos a una economía en plena recesión, alto déficit y fuerte endeudamiento. En los países que han implementado estos impuestos ha sido muy difícil aplicarlo y lo están retirando por la dificultad que tiene de determinar si la riqueza es en virtud al valor, al patrimonio o al valor libro. Lo que se está haciendo en el mundo es, más bien, buscar crecer con eficiencia, reducir el gasto público, mejorar la productividad y entender que el crecimiento es lo que más reporta. Creo que hay que irse por esa vía, más que por la vía de generar nuevos impuestos”, expresó el parlamentario.
Desde la academia tampoco ven con buenos ojos esta medida. Para el economista y profesor de la Universidad de Chile, Manuel Agosín es una idea poco práctica y que no cuenta con la inmediatez que se hace necesaria para esta crisis.
“No creo que sea el momento adecuado para presentar un proyecto de esta naturaleza, porque además lo están atando a entregar más ayuda a la gente más vulnerable. Pienso que esa ayuda hay que entregarla y pronto, luego discutamos cómo vamos a financiarla. Por el momento, podemos financiarla con más deuda internacional o con el uso de los fondos soberanos. Más adelante pensemos cómo vamos a darle un financiamiento más definitivo, pero no es momento para empezar a discutir un proyecto complejo, que va a tener bastantes opositores y que va a demorar mucho tiempo en salir del Congreso, cuando lo que necesitamos ahora es una ayuda rápida para los hogares más necesitados”, dijo.
Fuera de las complicaciones que pueden encontrarse en el Congreso, Agosín explica que uno de los grandes problemas de implementación de un proyecto así es determinar la riqueza para así establecer diferentes niveles de tributación.
“Primero, hay que determinar a quién se le va a aplicar. Es fácil determinar la renta, pero determinar la riqueza es bastante problemático; muchas personas en sociedades y de múltiples naturalezas. Es difícil determinar exactamente cuál es la riqueza de las personas, hay estimaciones, pero uno no puede imponer sobre estimaciones, tiene que tener datos firmes”, explicó
En cuanto a la ayuda prestada por el Gobierno, el ex decano de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile planteó que ha sido deficiente y que un aporte monetario a aquellas familias que lo necesiten hubiese sido una vía más rápida y eficaz para estos momentos.
“Mucho más fácil es ponerles a las familias 300 mil pesos a una Cuenta Rut y enseñarle, por televisión o internet, a cómo habilitarla y sacar dinero para hacer compras. Eso es mucho más fácil que juntar acopios, cuando tampoco no hay suficientes cajas para todo el mundo y no se sabe cómo se van a repartir”, ejemplificó.