Varios y diversos son los temas que poco a poco han ido saliendo a la discusión pública de cara al proceso constituyente que está enfrentando nuestro país. Con una proyección en la que el apruebo se vislumbra como la opción ganadora, los temas que deben ser incluidos en una nueva Constitución van tomando fuerza: medioambiente, género, salud, educación y pueblos originarios son parte de los tópicos que muy probablemente estarán en conversación a partir del 26 de octubre.
En ese contexto es que ciertos derechos hoy no consagrados se suman al debate para ser analizados en la redacción de una posible nueva Carta Fundamental. Tal es el caso de los derechos sexuales y reproductivos, hoy ausentes en la Constitución y con ello también en la legislación y la política.
Algunas de las normas nacionales que se han dado en esta materia durante los últimos años son la entrega de la píldora del día después y la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en tres causales. En ambos casos la Constitución, más que ayudar en la discusión, ha sido una base para cuestionar las legislaciones que se quieren generar, por ello consagrar el derecho a la salud sexual y reproductiva en una nueva constitución es parte de los temas de la agenda feminista que se sumarán a la discusión futura.
Incluso durante la pandemia, el acceso a esta área de la salud ha sido foco de cuestionamientos, dado que tal como ocurrió con otros derechos, la contingencia generada por el COVID-19 generó una serie de inconvenientes.
Según un sondeo de Corporación Miles presentado en su segunda versión en julio pasado, el 45% de los encuestados presentó dificultades para acceder a servicios de salud sexual y reproductiva durante los últimos meses, mientras que un 56% de las mujeres no pudo acceder a métodos anticonceptivos.
Bajo este contexto, respecto de la discusión de derechos sexuales y reproductivos, la abogada de Corporación Miles, Laura Dragnic, comentó que su consagración va de la mano con la real garantía de que el derecho a la salud se respete en nuestro país, y no quede sujeto a una elección entre lo público y privado que se ve limitada por la situación socioeconómica.
“Consagrando un derecho a la salud que tenga un contenido propio y que sea verdaderamente garantizado por las herramientas jurídicas que debiesen considerar una nueva Constitución, y también por la noción de que es el Estado quien debe procurar el otorgamiento de un derecho a la salud a todas las personas, desde esa perspectiva, creo que sería relevante integrar también a los derechos sexuales y reproductivos como consideraciones complementarias y que, en el fondo, abordan el concepto de la salud en un sentido más bien amplio”, expresó.
A eso la profesional del derecho añadió que su consagración no es importante solamente porque ello podría generar “todo el entramado jurídico, toda una normativa suficiente para poder incorporarlos efectivamente a la vida de las personas, sino porque hoy día la Constitución se ha consagrado como un tope en la lucha de los derechos sexuales y reproductivos”.
Respecto de cómo se vislumbra esta discusión, Laura Dragnic explicó que, si bien será una disputa política, lo importante es dialogar para lograr consagrarlos en la Carta Fundamental: “Hay que considerar que Chile hoy día está en un pie distinto al que estaba hace algunos años y creo que los movimientos sociales, y el movimiento feminista en particular, han demostrado estas demandas como necesarias y creo que desde ahí hay que hacer incidencia política e incidencia en la discusión constitucional a nivel nacional”, indicó.
La coordinadora de la Mesa de Acción por el Aborto y ex subsecretaria del Sernam, Gloria Maira, concordó con la dificultad que tendrá esta discusión en el futuro: “No va a ser fácil, como no ha sido nunca fácil incorporar la sexualidad y la reproducción como un ámbito de derechos humanos, donde ha tocado siempre confrontarse con sectores conservadores que impiden esa autonomía, principalmente respecto de las mujeres, pero también respecto de las diversidades sexo genéricas”.
Sin embargo, Maira destacó que de todas formas esta es una discusión esencial para dar en nuestro país, dado que es “un indicador de mayor democracia”.
“El reconocimiento de esos derechos en la nueva Constitución forman parte de una profundización de la democracia, de la profundización de las titularidades que como personas de distintos sexos e identidades, sexo genéricas, podemos ejercitar durante nuestra vida, tienen que ver con el proyecto personal, la autonomía de cada persona que es absolutamente consustancial a la construcción de una o un sujeto de derechos”, comentó.
La discusión respecto de estos derechos no solo se dará desde lo institucional y lo político, sino que también esperan ser parte de ello gremios de la salud, puesto que es desde ahí donde se busca también preservar los derechos y cumplirlos. Tal es el caso del Colegio de Matronas y Matrones, gremio que decidió participar en todas aquellas organizaciones de la sociedad civil que estén dispuestos a trabajar en una nueva Constitución considerando los derechos sexuales y reproductivos, ejemplo de ello fue su unión al comando de las organizaciones de la sociedad civil conformado el 30 de agosto.
“Si vamos a construir una Carta Fundamental que pretenda establecer, mejorar o recuperar derechos que se perdieron o se sacaron en esta constitución, no puede no quedar lo que a las personas las hace personas, las hace humanas y esos son los derechos sexuales y reproductivos que, por lo demás, siempre han tenido una mirada muy patriarcal, ni siquiera hablaré de lo valórico, es una mirada patriarcal”, indicó Anita Román, presidenta del Colegio de Matronas y Matrones.
A ello la profesional del área de la salud agregó que ante el irrespeto actual de estos derechos, se deben consagrar en la Constitución “porque son un derecho humano que más allá del derecho a la salud. Debieran consagrarse específicamente porque tiene que ver con la identidad de las personas y eso es un derecho”.
Sobre las proyecciones que hay de la discusión, Román señaló que tal como ha ocurrido históricamente, la movilización de las mujeres será clave para lograr cambios: “No hay nada que las mujeres no hayamos conquistado con movilización y lucha, y yo creo que hoy día tenemos que hacer lo mismo. Tenemos que ser escuchadas, instalarnos en una mesa ni siquiera de discusión, sino que de elaboración de todos los derechos que se incumplen para poder consagrarlos en la Carta Fundamental”.
En esa línea, Anita Román manifestó que en los procesos constituyentes que se avecinan se debe garantizar que realmente la sociedad, en todo su conjunto, sea escuchada a fin de que la nueva Constitución contenga lo que chilenos y chilenas quieren, y que no termine siendo la visión de solo unos pocos.
Por otra parte, la abogada y directora de Corporación Humanas, Lorena Fries, expresó que el proceso por una nueva Constitución es una oportunidad muy importante para que los temas de la agenda feminista sean debatidos e incluidos, entre lo que debe estar los derechos sexuales y reproductivos para que no solo haya un reconocimiento, sino también una protección a las mujeres en el ejercicio de ellos.
“Lo único que no opera en este proceso es la autocensura que nos ha acompañado por mucho tiempo en este país. Por lo tanto, va haber que dar ese debate y lo importante para nosotras es que se dé no solo en la convención, sino que se replique como parte de un debate social en el que hacemos parte los ciudadanos y las ciudadanas. Evidentemente las fórmulas concretas van a depender de la fuerza que tengamos en la convención”, comentó.
A esto Lorena Fries agregó que “nosotras seguimos afirmando que tenemos soberanía sobre nuestros cuerpos y, por lo tanto, tenemos la autonomía para decidir cuándo, cómo, con quién, de qué manera queremos tener o no hijos y esa libertad de decidir tiene que estar consagrada”.
Un primer paso para vidas libres de violencia
El posible reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos en una nueva Constitución no solo es esencial por la garantía de aquellos, sino también porque su consagración podría permitir que en el futuro se siga avanzando en otro tipo de derechos que se han puesto en discusión durante los últimos años, dado que no se cumplen o no se consagran.
Uno de ellos es el aborto más allá de las tres causales, para el que el establecimiento, por ejemplo, de la autonomía reproductiva podría ser un esencial primer paso.
“Se tiene que reconocer la autonomía sexual y reproductiva, es absolutamente esencial y eso forma parte de la posibilidad de ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos. No podemos quedarnos en una definición general, en un capítulo de derechos que reconozca muchas cosas pero que finalmente no sea posible concretar (…) Esos principios de autonomía sexual y reproductiva son los que dan la base para efectos de trabajar una legislación que efectivamente permita que las mujeres y los cuerpos gestantes en Chile puedan interrumpir una gestación sin dificultades, sin violencia, sin obstáculos de ningún tipo y de manera segura en los establecimientos de salud”, comentó sobre este punto la coordinadora de la Mesa de Acción por el Aborto, Gloria Maira.
En tanto, Lorena Fries expresó que “el tema de los derechos sexuales y reproductivos, el tema de aborto son peleas que hay que dar, y respecto de los cuales hay que pensarlos no solamente en claves de derechos, sino que también en términos de principios y de participación de las mujeres para que la experiencia de las mujeres esté presente en el Estado chileno”.
Una posición con la que concordó la abogada de Corporación Miles, Laura Dragnic, quien señaló que efectivamente el nivel de avance que tenga el tema aborto se vinculará con la fuerza de la sociedad: “Lo que se necesita para abrir esa discusión es la percepción de las feministas que van a ser parte de este proceso, y yo creo que esta discusión está latente hace mucho tiempo, y ha quedado demostrado con la implementación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en tres causales que las tres causales no bastan”.
Por otra parte, la consagración de derechos sexuales y reproductivos también es fundamental para avanzar en otro tema importante para las mujeres: tener una vida libre de violencia.
El irrespeto de este tipo de derechos también genera violencia en la vida de las mujeres, como lo son por ejemplo la desinformación en materia de aborto en tres causales, no tener acceso a prestaciones de control de la fertilidad o anticonceptivos. Por ello, avanzar en esta consagración permitirá continuar también en la erradicación de un tipo de maltrato del que poco se habla.
“Cuando existe una circunstancia de maltrato en que no se otorga la prestación del aborto que está consagrada como una posibilidad en determinadas causales extremas, se maltrata a la mujer que desea acceder a estas opciones, eso también es violencia que viene de parte del Estado, porque no está garantizando la posibilidad de que las mujeres puedan desarrollarse libremente en función de ello. Los derechos sexuales y reproductivos, en este sentido, son solamente una dimensión de las distintas acciones que como movimiento debemos realizar para poder efectivamente generar condiciones mínimas para que las mujeres podamos vivir una vida libre de violencia”, señaló Laura Dragnic.
Sobre este punto, Glora Maira planteó que existe una clara relación entre los derechos demandados, lo que debe ser parte de la discusión futura. “Muchas de las constituciones de la región en las últimas constituyentes que ha habido en los países han reconocido explícitamente tanto los derechos sexuales y reproductivos como el derecho a una vida libre de violencia, y creo que van de la mano para efectos de una mejor vida para las mujeres y otros cuerpos gestantes aquí en el país”.
A esto se suma la abogada Lorena Fries, quien indicó sobre este punto que “la agenda feminista de cara a la Constitución no va con un solo tema, va con todos los que enfrentamos cotidianamente las mujeres y que tienen que ver con violencia, con derechos sexuales y reproductivos, con nuestras condiciones de vida, con la posibilidad de participar de lleno en todas las instancias donde se tomen decisiones. Solo de esa manera vamos a poder efectivamente ejercer nuestra autonomía en todos los campos de la vida”.
De esta forma, estos temas serán esenciales en las discusiones futuras que tendrá nuestra país, debates en los que como tantos otros grupos sociales, las mujeres feministas están atentas para que una posible nueva Constitución sea una oportunidad real de consagrar realmente nuevos derechos y que estos sean respetados.