En el marco de la conmemoración del Día del Trabajador, el Ejecutivo anunció un nuevo paquete de medidas con el objetivo de ir en ayuda de quienes se han visto perjudicados producto de la crisis sanitaria. De esa forma, el Gobierno dio a conocer un nuevo Subsidio al Empleo, iniciativa que busca incentivar la creación de puestos de trabajo. Al mismo tiempo, comunicó el ingreso de un proyecto de ley que permite un bono de 200 mil pesos para los pensionados que no tienen más ahorros en sus fondos previsionales.
Ante ello, la parlamentaria de Convergencia Social e integrante de la comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados, Gael Yeomans, sostuvo que el Gobierno insiste en un camino que ya había sido rechazado previamente, vale decir, la entrega de ayudas mediante bonos. Así, criticó los anuncios, indicando que la discusión debería ser mucho más profunda y radical: la creación de una renta básica universal.
¿Cuál es su opinión respecto de los anuncios realizados por el Ejecutivo para ir en ayuda de las y los trabajadores?
Lamento que quieran insistir, por medio de este bono de 200 mil pesos, en una discusión en la que ya hemos mostrado diferencias. En realidad, tiene que ver con seguir profundizando un sistema de pensiones fracasado, entregando un porcentaje de cotización adicional para que la sigan administrando las AFP. Ahí hay una pequeña trampa y vamos a tratar de dar la discusión por separado. Un tema tiene que ver con tratar de entregar recursos desde el Estado hacia las familias, pero otro muy distinto tiene que ver con tratar de pasar “gato por liebre” y profundizar un sistema que, a todas luces, está cuestionado y deslegitimado. Hay que darle una vuelta a la forma en que se está planteando la entrega de estos 200 mil pesos. No debe haber intermediación por parte de las AFP. Debe ser un apoyo entregado de forma directa hacia las familias. Eso es lo que se requiere con urgencia.
¿Y sobre el monto? ¿Es suficiente?
Lo más urgente es poder entregar esos recursos a las familias de manera directa y, por lo mismo, creo que es necesario discutir sobre la suficiencia del monto. O sea, 200 mil pesos hoy no dan cuenta de las necesidades que se deben cubrir. Hemos insistido, una y otra vez, en la necesidad de una renta básica universal. Por ahí va el camino y esperamos que de una vez por todas el Gobierno se ponga las pilas y presente una propuesta encaminada hacia allá, porque cualquier otra propuesta va a ser insuficiente, cualquier otra propuesta va a ser cuestionada. El llamado a urgencia está hecho. Ya no hay tiempo para seguir dilatando la discusión.
¿Hay voluntades en el oficialismo para avanzar en este tipo de ayudas?
Hasta ahora han mostrado una posición cerrada. Se supone que están más disponibles a evaluarlo luego de la conversación que tuvieron con la presidenta del Senado, pero creo que ya no estamos en tiempo de evaluaciones. La propuesta de renta básica universal se entregó a principios de la pandemia y ya llevamos más de un año con esta situación. No hay más tiempo. El Gobierno debe implementar esas medidas, porque siempre la excusa fue de que no existían recursos económicos por parte del Estado, pero ya se han presentado disantos mecanismos para poder tener y contar con esos recursos financieros. No sólo el impuesto a los súper ricos que debe ser votado a favor. Hay otros mecanismos que se han planteado desde su propio sector. Hay muchas opciones. Entonces, ya no hay más vuelta que darle. Simplemente hay que avanzar en esta materia.
¿Cómo ve el diálogo que se concretó el viernes recién pasado entre el Congreso y La Moneda?
La disposición a poder conversar con el Gobierno se ha mostrado hace más de un año. Creo que ya ha sido suficiente la espera por parte de la población de que el Gobierno haga su pega. Los retiros fueron opciones desesperadas frente a la nula opción de tratar de presentar propuestas con carácter universal para entregar apoyos económicos y, a a esta altura, creo que no hay más tiempo que darle al Gobierno: debe presentar una propuesta de renta básica universal. Es así de simple. La espera tiene límites y si el Gobierno no lo comprende, desde el Congreso hay que avanzar.
¿Cómo lee este “no entendimiento” de parte del Gobierno?
El problema es que la solución está en manos del problema y hoy el problema es el Presidente de la República. A mi juicio tiene que ver con que, por una parte, él ha tratado de defender una forma de actuar por parte del Estado que son las ayudas focalizadas, un gasto reducido, no tocar los pilares del modelo económico. Ha sido gracias a las autoayudas que tiene la gente, mediante el retiro de fondos de pensiones, que se ha logrado poder sortear de alguna manera la situación, pero creo que no ha sido el mecanismo adecuado y eso tiene que ver con el Gobierno y su decisión. También veo que hay un oposición por parte del Presidente de tratar de evitar los temas que le resultan complejos, como es el impuesto a los súper ricos. Se nota que hoy está actuando como un gran empresario multimillonario tratando de resguardar esos intereses y los de sus amigos, de quienes lo rodean, que aumentaron su patrimonio durante la pandemia, en vez de poner en el centro su primer rol que es ser presidente de Chile. Tiene que ver con eso y, lamentablemente, hasta ahora no he visto un cambio de actitud.
Desde gremios como la CUT han levantado una agenda paralela respecto de temas como el incremento del salario mínimo. En su opinión ¿Qué otros temas deberían instalarse en materia laboral?
El incremento del salario mínimo me parece que es un tema que se ha venido desplazando año a año. En este caso se hace depender de una negociación y no se discute de una forma adecuada, que debería ser cuánto alcanzaría para que una familia pueda costear las necesidades básicas. A eso debería responder un salario mínimo, a un criterio objetivo y no un criterio de tú me das más o me das menos. Lo que trataría de ver es si podemos avanzar hacia un salario digno que permita cubrir las necesidades básicas. También hay otros temas que espero avancen con el proceso constituyente: mayor protección del derecho al trabajo y también los derechos colectivos relacionados, lo que tiene que ver con la negociación colectiva y el derecho a huelga que son básicos para poder fortalecer una democracia. Ahí hay mínimos que no tenemos en nuestra democracia, que no se están cumpliendo. Por otro lado, en materia legislativa hay varios proyectos de ley que se han presentado que tienen que ver con la participación de las mujeres, ya que hemos retrocedido 10 años con esta pandemia y es importante ver los motivos que están detrás y que no llevan a esa diferencia salarial, como también a la diferencia en participación laboral como tal.
¿Qué posibilidades concretas hay de avanzar en una reforma previsional más profunda?
El Gobierno está muy cerrado. Vemos la insistencia con este fondo de compensación que quiere incrementar la capitalización individual. Insisten en mantener y profundizar el modelo cuando incluso se ha dicho en todos los tonos que no están los votos en el Congreso para poder aprobar eso. Entonces, es como una táctica de tratar de echar responsabilidades al Congreso cuando está super claro que el Gobierno no ha presentado una reforma al sistema previsional para poder tener asegurado el derecho a la seguridad social. Soy escéptica de que sea a la luz de este gobierno que se logre una reforma sustantiva, porque veo que hay una posición inamovible de defender el modelo de AFP y de capitalización individual. Por eso creo que hay que lograr un acuerdo social político, es decir, que podamos tener una propuesta de modelo de pensiones que se base en la seguridad social, que dé garantías, certezas de mejores pensiones. Esa certeza solo va con un modelo de solidaridad. No hay otra forma.