En conversación con la primera edición de Radioanálisis, el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, se refirió a las primeras semanas de su gestión y a las dificultades que ha tenido que enfrentar la nueva institucionalidad regional.

Consultado por el director de Radio Universidad de Chile, Patricio López, respecto de estas dificultades, el jefe regional afirmó que “esta figura es rara porque sigue existiendo este delegado y con un gobierno que cada día demuestra con hechos que no cree en la descentralización. A la improvisación inicial y a las señales equívocas hemos tenido durante este primer mes hostilidad, uno siente como una suerte de boicot implícito a un proceso que parte difícil y que se hace más difícil cuando el gobierno de turno no cree en la importancia del mismo”.

En esa línea, Claudio Orrego reconoció que ha sentido esta suerte de boicot implícito y agregó que “más allá de la relación personal que pueda tener con Felipe Guevara, institucionalmente el delegado es como un chaperón, es decir, más que hacer lo que hacen los delegados es fiscalizar”.

Por lo mismo y respecto de la continuidad de la figura del delegado presidencial, Claudio Orrego sostuvo que “yo siempre pensé que debía haber algún tipo de vínculo entre el Ejecutivo y las regiones, pero un vínculo para coordinarse, para facilitar y apoyar, no para competir, neutralizar o fiscalizar. Yo creo que la figura de los delegados, tal cual existen hoy en día, debe desaparecer”.

El gobernador Metropolitano reflexionó además respecto de las dificultades que representa encabezar dicho cargo y señaló que “el gran problema de una ciudad como Santiago y de una región como la Metropolitana es la fragmentación. La fragmentación de los 52 municipios y también de la fragmentación de los ministerios, o sea, el ministerio de Obras Públicas no conversa con el ministerio de Vivienda y ambos no conversan con el ministerio de Transportes y eso se nota todos los días en la ciudad“.

Respecto de la segregación y las inequidades a nivel territorial, Claudio Orrego sostuvo que “este es uno de los pocos temas donde sí tenemos atribuciones y exclusivas. El principal instrumento de ordenamiento territorial es el plan regulador metropolitano de Santiago y eso depende exclusivamente del Gobierno Regional y lo que nosotros hemos convocado es a repensar este instrumento”.

“¿Queremos que la ciudad siga creciendo en extensión o queremos que la ciudad crezca hacia dentro? Esa una decisión que tiene consecuencias ambientales tremendas, sociales y políticas, porque significa que si estimulas que la ciudad siga creciendo hacia la periferia, el viaje largo que hacen los trabajadores se va a multiplicar por diez y ya no existirá lo que se llama el cinturón verde de la ciudad”, agregó Orrego.

En ese sentido, el gobernador metropolitano afirmó que “una de las soluciones sería que el Estado construya un banco de suelos bien localizado. No queremos seguir encontrando el terreno más barato que está llegando a Paine, hay que buscar terrenos que estén bien localizados y para eso se necesita una política más activa del Estado”.

Orrego recalcó que “cuando hablo con mis colegas gobernadores les digo que el éxito de ellos es el éxito nuestro, es decir, si a las regiones les va bien a Santiago le va bien y esto no lo digo metafóricamente o desde el punto de vista de la equidad territorial, en Santiago no cabe más gente y en ese sentido es interesante lo que ha ocurrido durante la pandemia, donde el teletrabajo ha generado que muchas personas de Santiago se hayan mudado a otras ciudades”.

En esa línea señaló que “en la medida que el proceso de descentralización se consolide, que las regiones tengan un plan de desarrollo desde y para la región y que muchos ciudadanos de Santiago vean que hoy vivir en Concepción, Puerto Varas, Valdivia, tiene un atractivo distinto, te diría que ese proceso se va a dar”.

Finalmente, respecto del problema de la seguridad, Claudio Orrego afirmó que “el que crea que el tema delictual solo se resuelve desde el punto de vista policial, está tan equivocado como el que cree que las policías no son necesarias. Acá se requiere una labor policial, pero también se requiere un trabajo integral en el que se intervengan los entornos”.