El estudio sobre la eficacia de una cuarta dosis de la vacuna Pfizer contra la Covid-19 se basa en una muestra de 6.000 personas, entre ellas 150 miembros de los equipos médicos del hospital Sheba, situado en un suburbio de Tel Aviv, donde se realiza el experimento.
El objetivo es determinar el efecto de esta nueva dosis de refuerzo sobre el nivel de anticuerpos y sobre la prevención del contagio.
Se avecina una nueva campaña de vacunación
Se estima que, en los próximos días, tras el análisis de los primeros resultados de este estudio, podría iniciarse una nueva campaña de vacunación en Israel. Al parecer, la opción que se elegirá es una cuarta dosis para los mayores de 70 años, las personas inmunodeprimidas y también el personal médico.
Las decisiones de los funcionarios sanitarios israelíes suelen implementarse luego en muchos países. Por ejemplo, el Ministerio de Salud israelí cambió sus recomendaciones sobre el calendario de las vacunas de refuerzo contra el coronavirus y esto se retomó inmediatamente, como en Francia. Esto aun a riesgo de que Israel choque frontalmente con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para los funcionarios israelíes, la idea, por supuesto, es adelantarse a la variante Ómicron.
Israel, un laboratorio para experimentar
Quien marcó la pauta fue el anterior primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que enseguida comprendió que, paradójicamente, la Covid-19 podía servirle como una especie de seguro de vida. Enfrentado a tres cargos, entre ellos el de corrupción, Bibi se embarcó en una loca carrera contra el coronavirus.
Fue el primero en abrir la puerta a la vacunación masiva en Israel a partir de diciembre de 2020. Ofreció al director general de Pfizer, Albert Burla, un trato: las primeras vacunas a cambio de datos sobre los efectos de las inyecciones en los israelíes, gracias a un sistema médico totalmente informatizado y eficaz, capaz de controlar a los pacientes y transmitir los datos en tiempo real.
Al equipo creado por Naftali Bennett le está resultando difícil mantener este impulso. En primer lugar porque Israel ya no es el país mejor vacunado del mundo. Y también porque, al ser el primero en haber vacunado a su población, Israel es también el primer país que ve disminuir la tasa de inmunización frente a las nuevas variantes. En Israel, una vez más, la política y la salud están estrechamente vinculadas.