MAC presenta selección de obras políticas y sociales en el marco de la Bienal de Artes Mediales de Santiago

El Museo de Arte Contemporáneo arranca su programación 2022 con esta sección de la Bienal de Artes Mediales de Santiago que incluye obras de artistas y académicos de la Universidad de Chile y la Universidad Católica. Los trabajos abordan el contexto político, social y medioambiental actual.

El Museo de Arte Contemporáneo arranca su programación 2022 con esta sección de la Bienal de Artes Mediales de Santiago que incluye obras de artistas y académicos de la Universidad de Chile y la Universidad Católica. Los trabajos abordan el contexto político, social y medioambiental actual.

El Museo de Arte Contemporáneo (MAC) presenta en su sede de Parque Forestal, Crisol, una exhibición que se enmarca en la 15 Bienal de Artes Mediales de Santiago: Umbral y que cuenta con una selección de diez artistas y dos agrupaciones de la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile. Las obras están basadas en el contexto político, social y medioambiental, conformadas en un cuerpo narrativo común que da cuenta de un pasado, presente y futuro cercano.

“El Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile es un museo universitario de fronteras, que busca proponer un espacio de encuentro de miradas que provienen de la tradición y la exploración contemporánea. Su compromiso con la práctica artística y la generación de conocimiento se fundamenta en su estrecho vínculo con la academia y las diversas propuestas que oscilan entre la reflexión crítica, el hacer artístico y los saberes. Por lo cual Crisol, de la 15º Bienal de Artes Mediales, constata y evidencia, cómo los y las autoras han desarrollado un vínculo entre la extensión del conocimiento y la práctica del arte contemporáneo, los enigmas del tiempo que vivimos, como también los desafíos que tenemos en la búsqueda de una sociedad más integral”, destaca Daniel Cruz, director del MAC.

“En esta decimoquinta versión de la bienal, titulada “Umbral”, hemos querido dar cabida a aquel tramado cultural que ha comenzado a redefinirse de manera rotunda en la actualidad, donde las fronteras entre los campos del saber son modificados y reformulados por objetos que ahora demandan miradas multidisciplinarias”, explica Enrique Rivera, director de la Bienal de Artes Mediales de Santiago, que cuenta con el apoyo del Ministerio de las Culturas, a través del Programa Otras Organizaciones Colaboradoras.

Por su parte, el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, señaló que “para la Universidad, la mirada que propone esta exposición tiene que ver con la forma en que nos gustaría que se entendiera a la sociedad toda: de forma transdisciplinaria, sin dibujar límites artificiales entre una disciplina y otra. Solo así podemos entender en profundidad los cambios que experimenta el mundo y consecuentemente responder con nuestras herramientas a los desafíos actuales”.

Fotografía Crisol MAC PF (1)

El recorrido

En el primer nivel, en la sala 1 se encuentra el trabajo de Pablo Rivera, La piedra ideal (capucha), video generado a partir de la invitación a cuatro encapuchados, a reunirse en las dependencias del decanato en el Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile. El registro muestra el diálogo producido, mostrando los distintos puntos de vista, a la vez que mientras se desarrolla la conversación, se desarman los prejuicios y estereotipos del encapuchado. Además, se mantiene -de la exhibición El estado de las cosas–  la investigación del grupo Arquitectura Forense que analiza el uso de gas lacrimógeno por parte de la policía en Chile. Por otro lado, en esta versión continúa Jardín Editorial, un espacio participativo que invita a reflexionar en torno al concepto de disenso, comprendido como aquel desacuerdo que moviliza los cambios sociales.

Por otra parte, en la sala 2, se exhibe Cossos Insubordinats de Carla Motto, obra audiovisual que propone la huerta como símbolo de permanencia y resistencia, explorando el espacio de producción alimentaria desde esferas simbólicas y sociopolíticas. Así, en este registro muestra la acción de instalar una barraca de bambú para tomates a un costado de la carretera aledaña a Albuixech-Valenci, un sitio en el que las reformas urbanas han expandido el asfalto, haciendo desaparecer la zona agrícola típicas del lugar. Luego, en la sala 4, Gastón Laval expone Cartografías de la sangre. Atlas y diagrama, una creación pluridisciplinar que propone relaciones tanto científicas como metafóricas y simbólicas, donde imágenes médicas se proyectan como mapas y cartografías reconociendo el cuerpo como territorio, y este como parte del cosmos, de un todo integrado.

En la sala 5 también, Claudia Müller expone Espectra, obra que se configura mediante el acto de dirigir luz y proyectar a través del agua figuras circulares sobre el suelo, explorando el concepto astronómico “límite de confusión”, que se caracteriza por la dificultad para distinguir objetos cuando hay muchas fuentes detectadas. Asimismo, Ricardo Vega presenta Límite de confusión: Exodata, un proyecto que busca producir una experiencia estética y visual a partir de  la exploración en los modos de traducción visual de representaciones gráficas de datos astronómicos. Mientras que, Adolfo Martínez en Yo vi a un hombre andar de cabeza, exhibe una máquina autómata que escribe, dibuja y garabatea, tanto sobre un muro del museo como sobre la superficie de madera perteneciente a los tableros de una antigua casa prefabricada, cuyas paredes funcionales y divisorias, se despliegan a lo largo y ancho del espacio como medio y soporte.

En el segundo nivel, en la sala 7, Valentina Serrati presenta la obra ATANA,  una creación intra-disciplinaria en artes mediales, biología y artes escénicas que explora teorías en torno a la evolución ecológica y biología sintética, junto con nociones del post-humanismo y ciberfeminismo.  Y, por otro lado, Luis Montes Rojas expone La llama de Berg, un proyecto que tiene su origen en el reconocimiento del escultor Lorenzo Berg Salvo, autor del monumento al Presidente Pedro Aguirre Cerda, ubicado en el Parque Almagro de la ciudad de Santiago. Ahora, mediante un video, la monumental escultura en bronce se pone en movimiento rotatorio sobre su eje, tal y como lo imaginara Berg en el proyecto original que quedó inconclusa.

En la sala 9, la Red de Investigación en Humanidades Ambientales (RIHA), exhibe Arte en Riesgo que parte de la premisa que para abordar la crisis medioambiental es necesario establecer un campo crítico de discusión en torno al riesgo ambiental, específicamente respecto de la huella humana que imprimen los desechos de la misma investigación y la creación artística.  En la sala 10, Andrés Núñez y Roberto Farriol presentan El último paisaje, paisaje de la memoria, un video-ensayo que busca representar la memoria de los primeros habitantes del Valle Exploradores ubicado en la Patagonia chilena durante la primera mitad del siglo XX.

La exhibición es con entrada liberada y se encontrará abierta hasta el 9 de abril.





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