China mueve sus piezas hacia el Pacífico Sur

La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, advirtió que un posible plan de seguridad entre China e Islas Salomón abre la puerta para que Pekín instale allí una base naval, lo que supondría la "militarización" de esta estratégica región.

La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, advirtió que un posible plan de seguridad entre China e Islas Salomón abre la puerta para que Pekín instale allí una base naval, lo que supondría la "militarización" de esta estratégica región.

Vemos muy pocas razones en términos de seguridad del Pacífico que justifiquen esa necesidad y esa presencia”, dijo Ardern en referencia al borrador filtrado el jueves pasado sobre este posible acuerdo de seguridad entre Pekín y Honiara (capital de Islas Salomón), calificándolo como “gravemente preocupante”. En el citado documento  se propone que la Armada china atraque, se reabastezca y haga escalas en Islas Salomón. A cambio, el Ejecutivo de Honiara podría solicitar a Pekín el envío de policía armada, personal militar y otras fuerzas de seguridad “para ayudar a mantener el orden social y proteger la vida y los bienes de la población” se señala.

La primera ministra neozelandesa se sumó así a similar inquietud expresada por el gobierno de Australia después que el borrador en referencia fuera filtrado por las redes sociales y subrayó que la concreción de un acuerdo entre Pekín e Islas Salomón (situadas a 2.000 y 3.755 kilómetros de Australia y Nueva Zelanda, respectivamente) representaría un riesgo latente para el equilibrio de fuerzas en esa  región del Pacífico.

El viernes, el ministro australiano de Defensa, Peter Dutton, había expresado por su parte la preocupación que le asiste por “el establecimiento de cualquier base militar en la zona”, al tiempo que destacaba los esfuerzos de su país y sus aliados -como Estados Unidos- de evitar “que la presión y el esfuerzo de China sigan desplegándose en esta región”.

Hay que añadir que Australia ha sido un socio histórico de Islas Salomón, cuyo primer ministro, Manasseh Sogavare, cambió su alianza con Taiwán para apoyar a China en 2019. Además, en noviembre pasado, el archipiélago fue sacudido por violentas protestas exigiendo la dimisión de Sogavare, sin olvidar que las Islas Salomón han sido escenario en el pasado reciente de disputas étnicas armadas entre grupos nativos rivales que aterrorizaron a la población, causando más de 200 muertos y miles de desplazados en aquella época. Ello determinó el despliegue, hasta 2013, de la llamada “Misión de Asistencia Regional” liderada por Australia, argumentando que existía la necesidad de “pacificar el archipiélago”.

Por su parte, y en otra faceta del juego de ajedrez del poder, Nueva Zelanda terminó por alinearse con las potencias occidentales al anunciar la entrega de ayuda “no letal” a Ucrania, consistente en el envío a Bélgica y a Gran Bretaña a un grupo de especialistas en inteligencia militar. “Enviaremos a nueve miembros de las Fuerzas de Defensa de Nueva Zelanda a Reino Unido y Bélgica para apoyar a nuestros socios en trabajos de inteligencia y coordinación en los próximos tres meses”, precisó la mandataria neozelandesa en un comunicado, donde también informó de que compartirán la información de inteligencia no clasificada durante el mismo periodo con sus socios europeos.

En el Reino Unido, siete efectivos apoyarán “el trabajo de inteligencia en la guerra de Ucrania” y otras partes del mundo, y uno trabajará dentro del Cuartel General Conjunto Permanente. Mientras, en Bélgica, una persona se unirá a la oficina del Agregado de Defensa neozelandés ante la OTAN, indicó Ardern. La iniciativa es la primera de este tipo por parte del país oceánico en relación al conflicto entre Ucrania y Rusia, lo que se suma a la asistencia humanitaria y un programa de acogida temporal para los familiares de los ucranianos que viven en Nueva Zelanda. Además, el Ejecutivo de Wellington ha aplicado sanciones contra 460 personas y entidades de Rusia, incluyendo al presidente ruso, Vladimir Putin, tras entrar en vigor este mes una nueva ley que permite al país imponer sanciones selectivas.

“Sabemos que las sanciones a nivel mundial han dificultado que el régimen ruso financie su guerra. El valor del rublo ha colapsado y Rusia está dejando de estar entre las 20 principales economías del mundo. Y Nueva Zelanda está desempeñando su papel en esto”, dijo Ardern.

Hasta la reciente aprobación de la denominada Ley para Sancionar a Rusia, la legislación neozelandesa solo permitía implementar sanciones cuando las impone el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde Rusia tiene derecho a veto. El 25 de febrero Nueva Zelanda ya había anunciado la imposición de sanciones contra Rusia, así como la suspensión indefinida de las consultas bilaterales ministeriales.





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