Un grupo de destacadas personas del mundo político, académico, social y económico proyectó los cuatro escenarios que podrían suceder en Chile de aquí al 2030: Cambio, Promesas, Orden y Rediseño.
Luego de un trabajo de dos meses, donde los participantes se reunieron en múltiples ocasiones para ejecutar un modelo que permitió pensar en diversos escenarios, particularmente en momentos de incertidumbre donde el país está ad portas de plebiscitar el proyecto de nueva Constitución, a tres semanas de la toma de poder de un nuevo Gobierno y aún atravesando la crisis generada por la pandemia del Coronavirus.
Chile al 2030: Escenarios de Futuro siguió la metodología conocida como Planificación Transformadora por Escenarios o TSP, por sus siglas en inglés, diseñada por Reos Partners y Adam Kahane, y que se utilizó en Sudáfrica tras el fin del apartheid durante 1991, en Colombia en medio de la crisis social y de seguridad de 1994, y en México, Tailandia y Haití en la última década.
En detalle, cuando ha sido implementada en algún lugar, un equipo compuesto por diversos líderes, que representan a diferentes sectores de una sociedad, desarrolló un conjunto de historias sobre lo que eventualmente podría suceder, no lo que sucederá (un pronóstico) ni lo que debería suceder (una visión) en esa sociedad en el futuro.
“La metodología transformadora de planificación de escenarios que ha empleado este equipo de proyecto ofrece a los chilenos cuatro narrativas claras de diferentes futuros posibles en los que podrían encontrarse”, explicó Adam Kahane, director de Reos Partners, y aseguró que “permite a los ciudadanos, en medio de la confusión, la complejidad y el conflicto de nuestro tiempo, hablar, pensar y actuar juntos para crear un futuro mejor”.
Los escenarios propuestos para el país fueron pensados de manera colaborativa, entre más de 300 personas de diversos orígenes y posiciones dentro de la sociedad. Y si bien las personas no pudieron expresar lo que anhelan, sí debieron exponer las hipótesis que consideraron para los próximos 10 años en función de diversos factores.
Algunos de los participantes fueron Alberto Abarza, deportista y medallista paralímpico chileno; Doris Aguilera, presidenta de la Asociación Indígena Aymara; Dora Altbir, Premio Nacional de Ciencias Exactas; Julio Barrera, profesor en residencia del SENAME; Carolina Tohá, académica, investigadora, consultora y política chilena; Alessia Injoque, presidenta ejecutiva de la Fundación Iguales; Claudia Heiss, académica y jefa del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile; Melyna Montes, dirigenta y vecina de Bajos de Mena; Sandro Solari, exgerente de Falabella; entre otros.
De los diálogos entre estas personalidades, surgieron siete preocupaciones: crisis climática; economía y desarrollo; democracia, política y Convención Constitucional; educación; tecnología e información; género; y, finalmente, migración. En ese contexto, la subdirectora de Tenemos que Hablar de Chile, Valentina Rosas, aseguró que “el objetivo de estos encuentros fue crear escenarios que resulten relevantes, desafiantes, plausibles y claros y, de esta manera, útiles como herramienta para el diálogo de la sociedad chilena”.
Los cuatro escenarios de futuro para el país
Al finalizar las sesiones de trabajo, surgieron los cuatro posibles escenarios para el futuro del país.
El primero, llamado Cambio, se enfocó en la transformación social, ya que los cambios que han surgido en los últimos años, han creado las bases políticas, sociales e institucionales para un país más cohesionado y resiliente.
Un segundo escenario, conocido como Promesas, se refirió a un Chile donde la fragmentación política facilita liderazgos demagógicos y caudillistas que se aprovechen la caja fiscal, la capacidad de endeudamiento y los ahorros del país, para solucionar problemas a corto plazo y, de esa manera, construir una falsa sensación de bienestar que no se hace cargo de los problemas de raíz lo que, finalmente, llevaría a una mayor crisis institucional.
El tercer escenario, llamado Orden, abordó que, debido al aumento de la violencia y una crisis de inseguridad, los chilenos elegirían una opción política que prioriza el orden y la seguridad a cambio de restringir ciertas libertades civiles.
Finalmente, un cuarto escenario, conocido como Rediseño, describió al país donde la descentralización lo desarticula, y Chile comenzará a avanzar de manera muy fragmentada, dividido territorialmente donde cada región utilizará sus fortalezas para salir adelante y, las que no logren hacerlo, se quedarán rezagadas.
“Estamos muy satisfechos con los resultados obtenidos en estos encuentros que realizamos durante noviembre y diciembre del 2021, en que cientos de ciudadanas y ciudadanos líderes en diferentes espacios públicos y privados pudieron nutrir las reflexiones sobre las proyecciones al 2030 que estaban emergiendo de otros procesos de participación ciudadana que hemos llevado adelante”, destacó Valentina Rosas.