Señor director:
Esta semana la Convención Constitucional discutió uno de los temas más álgidos de los últimos meses, la justicia indígena. La propuesta delimitaba qué era y qué no es la justicia indígena proponiendo una aplicación restringida a personas indígenas de una misma etnia, sin posibilidad de conocer de asuntos penales y dejando a cada persona la posibilidad de optar por que la justicia ordinaria conociera de sus causas judiciales.
Sin embargo, observamos con frustración que la cocina constitucional no escucha, y no le importa lo que pidan los indígenas en sus iniciativas populares, ni a la Corte Suprema y menos a la Comisión de Venecia. Los convencionales escucharon sus propios aplausos cuando decidieron rechazar la propuesta y dejar abierta la jurisdicción indígena a fallar en temas donde una persona no indígena haga parte del conflicto, dándoles jurisdicción en cualquier tema sin limitaciones, y obligando a los indígenas a someterse a la justicia no escrita.
El lunes, de nuevo fue la cocina la que ganó en contra de la democracia.
Beatriz E. López
Investigadora IdeaPais
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.