El periodista y escritor mapuche Pedro Cayuqueo ha sido uno de los invitados más importantes a la XI versión de la Feria Internacional del Libro Zicosur, Filzic que se desarrolla en Antofagasta hasta el 3 de julio próximo. En esta oportunidad y ante una concurrida audiencia, conversó acerca de su saga “Historia Secreta Mapuche”, éxito de ventas a nivel nacional.
Al ser consultado por el trabajo de la Convención Constituyente que, justamente, ha tenido en el centro la discusión acerca de los pueblos originarios, Cayuqueo indica que él se siente parte importante.
P: ¿Qué piensas acerca de las críticas que se alzan en contra del proceso constituyente aludiendo a los derechos que consagra en favor de los pueblos originarios?
R: Podríamos decir que las banderas indígenas resultaron triunfadoras en la Convención, pero no alcanza para hablar de una Constitución indigenista, como algunos han planteado. No alcanza porque, en último caso, los artículos referidos a pueblos originarios en la nueva constitución están acorde al 13% o 14% que somos los pueblos originarios de Chile, es coincidente con el porcentaje demográfico, no es más que eso.
Quizás se sobredimensiona el tema porque los que promueven el rechazo a la nueva constitución han usado las banderas indígenas como el gran argumento, tocando una tecla clásica en Chile, que es la tecla del miedo, de este miedo atávico que tiene la sociedad chilena hacia los pueblos originarios, particularmente al mapuche. No olvidemos que la historia chilena está cruzada desde su día uno, con la llegada de los españoles, por la guerra y el conflicto con el pueblo mapuche. No es menor que el conquistador y fundador de Chile, Pedro de Valdivia, haya sido capturado, enjuiciado y ejecutado por los mapuches. Eso determina un tipo de relación entre la sociedad chilena colonial, criolla y los “indios” (como les llamaba Barros Arana) que ha cruzado toda nuestra vida republicana y este conflicto, en su variante política, está presente en el sur: en el tema de las tierras, en el tema cultural, incluso en un racismo que aún existe en la sociedad chilena y que ha aminorado con las nuevas generaciones que son muy abiertas a estos temas, pero hay un rango etario chileno que fue formateado en una idea de Chile de una identidad, una bandera, una lengua, con temor a los mapuches. Hay sectores que se aprovechan de ello de modo inescrupuloso, quizás por eso se ha sobredimensionado el tema indígena en la Convención.
P: ¿Te parece que la machi Francisca Linconao es una de las grandes figuras de la Convención?
R: Yo voté por la machi Francisca, me parecía que ella es una imprescindible, tanto por su historia de vida, de persecución y por lo que ella representa para el pueblo mapuche: una autoridad espiritual, ancestral. Me parecía un símbolo potente que ella llegara a la convención. Pero no sólo eso, sino que llegaron dirigentes indígenas de todo el país a ocupar los escaños reservados y yo creo que eso marca un hito en la historia republicana de Chile porque es la primera vez que se va a lograr un pacto social que nos considere, de entrada, a las naciones originarias. Eso es histórico.
La Machi Francisca fue sujeto de ataques que fueron, algunos de ellos, demasiado virulentos, la transformaron en un símbolo de aquellos sectores que son reacios a que el tema indígena se instale de la forma que se está instalando. A mí me dolió mucho la falta de respeto hacia ella. Nosotros tenemos un respeto bastante solemne con nuestras autoridades, machi, lonko, todos aquellos que tienen roles relevantes en nuestra cultura y ver el racismo y hasta improperios de parte de otros convencionales en el hemiciclo, muestra que existe un tema no resuelto.
P: ¿Cuál crees que es la principal característica de la nueva constitución?
R: Desde mi perspectiva, las mujeres han sido otro grupo que ha triunfado en garantizar sus derechos. Si pudiésemos hablar de una característica que cruza la nueva constitución es su carácter feminista.
P: ¿La nueva constitución resultará un aporte para resolver el conflicto con el pueblo mapuche?
R: A largo plazo, la Nueva Constitución establece principios que van a tener que ser incorporados en un futuro trabajo legislativo: el reconocimiento a los derechos territoriales, el derecho a la autonomía, el tema de la reparación histórica.
En este sentido puede haber, a futuro, medidas interesantes a explorar: restitución de tierras, parques nacionales a comunidades mapuches, como sucede en muchas partes del mundo.
Todo lo que quedó establecido existe en la experiencia comparada en el sistema de derechos indígenas en Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, por ejemplo. Estamos hablando de democracias con las que la elite nacional gusta compararse. En estos países existe justicia indígena, existe autogobierno, existe policía indígena: hablamos de grados de empoderamiento de las naciones indígenas muy desarrollados.
Acá hay algo que es central: los temas indígenas en la Convención ponen a Chile al nivel de aquellas democracias más avanzadas en el mundo. Este es un avance gigantesco que todos debiéramos aplaudir.