En una declaración pública, integrantes de la ex Concertación acusaron un ambiente de polarización y cancelación de cara al plebiscito de salida del 4 de septiembre, especialmente por parte de sectores de izquierda.

La carta fue firmada por figuras, tales como Fulvio Rossi, Felipe Harboe, Álvaro Briones, Mario Waissbluth, Oscar Garretón, Jorge Tarud, Pedro Ponce, Loreto Becerra, entre otros.

Desde el inicio del denominado estallido social, mencionaron que “la violencia política ha irrumpido en la sociedad chilena. Tempranamente un grupo de socialistas históricos y demócratas progresistas declaramos con firmeza y sin ambigüedades nuestra condena a la destrucción, al vandalismo y al ataque a las instituciones republicanas de Chile, alertando acerca de los peligros que asomaban para la democracia”.

En esa línea, detallaron que “con igual convicción apoyamos el Acuerdo de noviembre 2019 que abrió paso al proceso constituyente cuyo plebiscito de entrada convocó la voluntad del 78% de las y los chilenos para construir una nueva realidad constitucional para nuestro país”.

Sin embargo, cuestionaron que “vemos hoy cómo ese espíritu de unidad y socialmente provechoso ha ido diluyéndose en una confrontación polarizada que divide y no unifica en torno a lo que debiera ser una constitución que acoja toda la diversidad social, cultural y política de la nación chilena”.

“La descalificación, el insulto y la cancelación se apoderan de las redes y las pantallas televisivas. Quien piensa distinto, o siquiera pone en duda la calidad de la propuesta de Constitución, es despojado de su legítimo derecho de disentir y elegir entre las dos alternativas que tendrá frente a sí el próximo 4 de septiembre”, apuntaron.

Además, acusaron a sectores de izquierda de otorgar y quitar “certificados de buena conducta” progresista, “destituyendo” a quienes se muestran contrarios al proyecto de nueva constitución.

“Abiertamente se llama ‘traición’, incluso ‘entrega al pinochetismo’, al derecho a disentir del texto emanado de una Convención Constituyente frustrante. Esa manera de actuar no corresponde a una izquierda moderna y democrática, que acepta y valora el pluralismo como bien insustituible de la democracia y que ha condenado, desde hace muchos años, las prácticas dogmáticas propias de atroces experiencias, como las purgas del estalinismo o la persecución a las ideas y acción de la izquierda socialdemócrata y sus exponentes, tachados históricamente como ‘renegados’”, criticaron.

Es por ello que hicieron un llamado a la libre expresión “sin miedo a presuntuosas excomuniones” y a condenar “la intolerancia y odiosidad política y grupal”.