Una y otra vez desde el Gobierno han señalado que el estado de excepción constitucional en la Araucanía y en las provincias de Arauco y Biobío se debe acotar en el tiempo, pero, al mismo tiempo, las autoridades señalan que su implementación ha tenido importantes resultados en disminuir la violencia en esos territorios.
La visión fue nuevamente planteada, esta vez por la ministra del Interior Carolina Tohá, quien visitó la Región de la Araucanía la semana recién pasada, insistiendo -tal como su antecesora en el cargo, Izkia Siches-, que se debe avanzar con el plan “Buen Vivir” para sacar adelante a los habitantes de esas comunas y dar luces de una salida al conflicto.
Para el historiador mapuche Fernando Pairican, existen “buenas intenciones”, pero se deja el concepto por delante sin considerar los factores que la deben integrar.
“El ‘Buen Vivir’ es el resultado de unas políticas que deben ser integrales y que no pasan no solamente por el tema de tierras: pasa por el tema de ecología, de la inserción de los derechos colectivos de los pueblos originarios, por el fin de la militarización, por avanzar en el tema de la autonomía y supone que el resultado de distintas políticas, de distintas estructuras del Estado daría como resultado el ‘Buen Vivir’”, indicó.
En conversación con Radio Universidad de Chile, Pairican puntualizó que “acá se pone primero el ‘Buen Vivir’ y que mágicamente todo el resto se va a ir desarrollando”.
Esto lleva a que se “termina desarrollando un mal uso de un concepto del movimiento indígena latinoamericano, especialmente el movimiento más andino, aimara, quechua, lo han venido planteando desde dos o tres décadas y ha tenido desarrollo en algunos estados, Ecuador o Bolivia”.
“Ese es el problema cuando tomas conceptos a diestra y siniestra y lo usas como eslogan, como Twitter y yo creo que ahí es uno de los pecados del Gobierno”, indicó el historiador.
Por eso, a su juicio la visita de Tohá a la zona es “la continuidad de una antigua política incrustada ya en el Estado chileno donde prima la visión de que es el estado de excepción la forma de poder resolver un conflicto que sigue siendo muy político y que se demostró con el proceso constituyente y con la campaña del Rechazo mucho el racismo para generar en la población una animadversión a los derechos indígenas, especialmente políticos”.
“Las propuestas políticas del mundo indígena, la campaña del Rechazo las tomó y las demonizó”
El actual proceso político está marcado para Pairican por las secuelas que dejó la campaña del Rechazo a la nueva Constitución que fue propuesta por la Convención Constituyente y que fue desechada en el plebiscito del 4 de septiembre.
“La (propuesta de nueva) Constitución era una buena hoja de ruta para resolver el conflicto, pero la población se manifestó en contra de ello. Y eso te demuestra que hay una parte de Chile que realmente no quiere resolver este conflicto que no sea con lo que se está haciendo ahora con la militarización del Wallmapu”, estimó el historiador.
A lo anterior agregó que “tal vez hay una parte de la población chilena que no se quiere ver reflejada en ese espejo de la morenidad, pese a que premian a Elicura Chihuailaf. A lo mejor es popular reprimir al pueblo mapuche y eso tiene que dilucidarlo la sociedad chilena si piensa que esa es la forma”.
Además, consideró que al resto de la población chilena “el indígena le gusta en la medida que esté en la Feria Pinto vendiendo sus productos y ojalá vestida de mapuche para el tema del turismo. Pero a la hora de entregar el poder y de resolver esto políticamente, hay toda una crítica constante hacia cualquier actor político mapuche que pueda tomar fuerza”.
Por otro lado están los grupos que no reconocen a los representantes del mundo mapuche y critican cuando son convocados a participar en las mesas de trabajo para buscar soluciones al conflicto. “Los sectores más conservadores de la región persiguen a estos dirigentes y no los dejan crecer y por lo tanto vas perjudicando la democracia porque lo que quieren los agricultores y las agricultoras es que los indígenas sean una persona domesticada desde que se inicia en su vida y su desarrollo histórico tiene que estar domesticado según lo que ellos esperan”.
Pairican estimó que la zona del Wallmapu “es una región que siempre va a estar fragmentada porque su construcción como región se constituyó a partir de una guerra de ocupación y de una conquista militar donde el mundo indígena fue reducido de forma muy violenta y empobrecido a la fuerza en la cual recién hoy se está logrando en parte revertir aquello”.
Además, insistió en que “el plebiscito fue muy crítico hacia los derechos indígenas”, llegando a que “las propuestas políticas del mundo indígena, la campaña del Rechazo las tomó y las demonizó de alguna manera y entre eso el Estado Plurinacional”.
En ese sentido adelantó que “lo más probable es que el sector progresista de Chile va a tratar de zafarse lo más rápido posible de la propuesta de los pueblos originarios de generar un Estado Plurinacional”, cuando se debata el nuevo proceso constituyente que impulsan los partidos políticos representados en el Parlamento.
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