La Defensoría de la Niñez en conjunto con la Escuela de Salud Pública y el Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la Universidad de Chile publicó el documento “Estudio de políticas públicas relacionadas con la salud mental de niños, niñas y adolescentes”, el cual reveló que para las y los adolescentes los problemas de salud mental más relevantes son la ansiedad, la depresión y las auto lesiones.
El informe fue presentado por la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz y estuvo acompañada de la ministra de Salud, Ximena Aguilera, y el subsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos.
El estudio fue realizado a través de diferentes fuentes de información: revisión de evidencia internacional sobre salud mental, entrevistas a más de 30 personas que se desempeñan en este ámbito en diversas reparticiones estatales, consulta a panel de expertas y expertos vinculados al área de salud mental, infancia y derechos humanos.
Además, y lo que fue más destacado en la instancia, es que niños, niñas y adolescentes fueron consultados por medio de una encuesta en la que participaron 751 adolescentes de todo el país. También, se realizaron grupos de conversación y análisis con niños, niñas y adolescentes que viven bajo cuidado del Estado.
El objetivo de la investigación es que el Estado tome las recomendaciones propiciadas por la Defensoría de la Niñez para la generación de una “nueva red de salud mental para niños, niñas y adolescentes, que incorpore los desafíos identificados, en línea con los estándares internacionales de derechos humanos y que permita, por sobre todo, asegurarles a ellos y ellas el ejercicio efectivo de su derecho a la salud, a la supervivencia y el desarrollo en su máximo potencial”, según señaló la defensora de la Niñez en el lanzamiento.
La encuesta realizada determinó que el concepto de salud mental es reconocido mayoritariamente como “bienestar o sentirse bien”. Los y las adolescentes participantes identifican como los problemas de salud más importantes para sus pares la ansiedad (92,9% de las menciones), la depresión (92,3%) y las auto lesiones (77,5%).
En tanto, Muñoz señaló que el estudio reveló que la medicación en niñas, niños y adolescentes para atender sus problemas de salud mental no son una última alternativa, sino la primera forma de intervención.
“En las visitas que realizamos a nivel país en los residencias de protección y en los centros de privación de libertad, uno entra y a veces los chicos están en calidad de comatosos, están así como zombies y esa no puede ser la respuesta del Estado”, reprochó y agregó que el sistema educativo también tiene una responsabilidad en esta materia.
En ese sentido, la defensora destacó que el sistema educativo debe integrar la necesidad de acompañar los procesos de adaptación. “En Chile tenemos el más alto nivel de trastorno de déficit atencional del mundo, en circunstancias que es obvio que eso no se sostiene en la evidencia médica. Es la salida para el niño más inquieto, que de alguna manera incomoda en la sala, así como la salida de la incapacidad de profesores y profesoras en términos de sus habilidades para enfrentar los cursos y las necesidades que los niños enfrenten“, destacó Muñoz.
Por otro lado, las y los participantes indicaron un incremento de dificultades vinculadas con la ansiedad y la depresión (86% y 83% de las respuestas, respectivamente), producto de la pandemia.