El Consejo del Banco Central de Chile acordó aumentar la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 50 puntos base, hasta 11,25%. La decisión fue adoptada por la unanimidad de sus miembros durante la Reunión de Política Monetaria.
De acuerdo a lo comunicado por el ente emisor, las perspectivas de crecimiento mundial y las condiciones financieras internacionales persisten en su deterioro. Por lo que, el aumento en la tasa de interés se debe a que “la inflación mundial ha seguido dando señales de mayor persistencia, los bancos centrales han continuado elevando sus tasas de referencia y las expectativas de mercado apuntan a un prolongado ajuste monetario en las economías desarrolladas”.
“El Consejo estima que la TPM ha llegado al nivel máximo del ciclo iniciado en julio de 2021 y que se mantendrá en este valor por el tiempo necesario para asegurar la convergencia de la inflación a la meta en el horizonte de política de dos años. Los riesgos del escenario macroeconómico son elevados y sus implicancias de corto y mediano plazo deben ser evaluadas cuidadosamente”, expresó la entidad presidida por Rossana Costa.
El Consejo del Banco Central de Chile decidió subir la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 50 puntos base, dejándola en 11,25%. Conoce más detalles en: https://t.co/QgtLodhHsM pic.twitter.com/y0fxW0ODQI
— Banco Central de Chile (@bcentralchile) October 12, 2022
El BC explicó que los mercados financieros globales “han mantenido elevados niveles de volatilidad”. Mientras que la moneda estadounidense “ha continuado fortaleciéndose a nivel mundial, los mercados bursátiles han disminuido y las tasas de interés de largo plazo han aumentado. Los precios de las materias primas han mostrado vaivenes. En los días previos a la reunión, el precio del barril de petróleo se ubicó en torno a US$90 y el de la libra de cobre cercano a US$3,5“.
Asimismo, la institución detalló que el mercado financiero del país “se ha acoplado a las tendencias globales recientes. Respecto de la reunión previa, el tipo de cambio se depreció en torno a 5%, las tasas de interés de largo plazo subieron –especialmente las en UF– y el IPSA registró pérdidas. El crédito bancario sigue desacelerándose, en medio de condiciones de oferta que permanecen restrictivas y una demanda que se percibe debilitada para todos los segmentos”.