Alexis Cortés por triunfo de Lula da Silva: “Uno de los trazos que va a caracterizar la política brasileña probablemente sea la judicialización”

Asimismo, el académico planteó que el resultado de la elección "es una señal importante para toda América Latina y para el gobierno de Chile porque permite reestablecer la normalidad de relaciones de un socio comercial y aliado estratégico”.

Asimismo, el académico planteó que el resultado de la elección "es una señal importante para toda América Latina y para el gobierno de Chile porque permite reestablecer la normalidad de relaciones de un socio comercial y aliado estratégico”.

Como “atípica” calificó el doctor en Sociología y académico de la Universidad Alberto Hurtado, Alexis Cortés, la elección presidencial que dio por ganador a Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, en una de las contiendas más estrechas desde el retorno a la democracia en 1989.

Ya con el 100% escrutado, el Tribunal Supremo Electoral de ese país ratificó el triunfo de da Silva con el 50,90% de las preferencias, equivalente a 60.345.999 votos, mientras que el actual mandatario, Jair Bolsonaro, alcanzó un respaldo del 49,10%, correspondiente a 58.206.354 votos, no consiguiendo ser reelecto desde que se aprobó la opción de un segundo mandato desde 1997.

Según detalló Cortés- quien se encontraba entonces en la ciudad de São Paulo– el ánimo electoral era de alta tensión, “marcado en las jornadas previas por incidentes que, si bien no fueron tan numerosos, tuvieron un alto impacto público”, recordando, por ejemplo, el episodio protagonizado por la diputada Carla Zambelli, aliada de Bolsonaro, quien persiguió a mano armada por la calle a un adherente de Lula.

Durante el día mismo de la elección sostuvo también que hubo “una enorme cantidad de denuncias por intervencionismo e intentos por parte de algunos órganos estatales por obstaculizar el desarrollo libre y normal de la votación, particularmente en el nordeste, que es la región donde el PT (Partido de los Trabajadores) y Lula concentraban la mayor cantidad de apoyos”, responsabilizando por este hecho a la Policía Rodoviaria Federal.

Con todo, el también Premio Iberoamericano de Ciencias Sociales apuntó que una de las emociones principales que se percibieron en la jornada electoral fue de “alivio por parte de quienes apoyaron a Lula y finalmente le dieron la victoria. Alivio por una gestión de Bolsonaro que, aunque logró una votación extraordinaria, está fuertemente asociada a una horrible gestión de la pandemia y una amenaza constante a las instituciones democráticas”.

En cuanto al estrecho resultado que significó este evento, Cortés reconoció que esperaba “un margen más amplio”. “Las encuestas indicaban eso y también el resultado de primera vuelta, pero Bolsonaro efectivamente logró una amplia capacidad para movilizar a su electorado y sumar nuevos electores a su favor. Esta fue una elección también atípica por eso mismo, porque fue una disputa de altos niveles de rechazo, siendo el que estaba en peor pie, que tenía cerca de la mitad del país que decía que jamás votaría por él”, dijo.

En tanto, señaló que “Lula tenía también un nivel alto de rechazo, pero estaba a su favor la experiencia de haber sido presidente, con los logros alcanzados durante su gobierno sobre todo en materia económica, de disminución de la pobreza, del hambre y con la posibilidad de estar siempre haciendo referencia a esas conquistas que hacían más evidente la mala gestión del gobierno de Bolsonaro”.

Por ello mencionó que el desafío que le tocará a da Silva de ahora en adelante será el de lidiar “con un país que sigue polarizado. La mayor parte de los Estados van a estar controlados por gobernadores de la oposición, también hay un Congreso desfavorable”, destacando, por contrapartida, una alta capacidad de articulación del mandatario electo.

En esa línea, comentó que “ayer una de las principales características de quienes se subieron al escenario a acompañarlo en la victoria era la presencia de una gran cantidad de ex adversarios, quienes en esta ocasión hicieron un frente común para derrotar la amenaza que Bolsonaro significaba para el respeto de las instituciones democráticas”.

Presidente electo Lula da Silva. Fotoarena/Aton Chile.

Presidente electo Lula da Silva. Fotoarena/Aton Chile.

De este modo, consideró que “eso es un elemento que va a estar a favor de Lula, a pesar de las restricciones con las que va a contar, no solo por la falta de mayorías en el Congreso, sino también por las restricciones presupuestarias que va a heredar”.

Sobre este último punto, afirmó que “hubo un uso bastante excesivo y discrecional del presupuesto de la federación, mediante transferencias directas de renta, para tratar de generar mayores grados de adhesión política hacia el gobierno de Jair Bolsonaro”.

“Eso aprovecho de decirlo porque me parece que uno de los trazos que van a caracterizar la política brasileña en los próximos meses probablemente sea la judicialización de la política y la hebra de conexión de esto es que Bolsonaro hizo uso de lo que se conoció aquí como un presupuesto secreto al que le entregó un sigilo de 100 años, o sea, de que no se puede abrir ese presupuesto para tener claridad respecto de cómo se emplearon esos fondos. Lo más probable es que una de las medidas iniciales de Lula sea quebrar ese sigilo, y aquí todos los analistas coinciden, de que es bien probable que eso sea una caja de Pandora que termine por afectar y debilitar a Bolsonaro”.

Por otra parte, planteó que, a raíz de la estadía de Lula en la cárcel por corrupción, “la tecla de la nostalgia” puede significarle un arma de doble filo. “Yo diría que eso se puede expresar en dos dimensiones principalmente. Por un lado, las expectativas que puedan tener los sectores de menores ingresos, los sectores populares que concentran una alta esperanza en que la llegada de Lula al poder signifique una mejora en la vida material y, por otro, se espera que haya un proceso de arreglar todo lo que en la perspectiva de ellos pueda ser considerado como parte de la desastrosa gestión de Bolsonaro”.

“Por eso Lula ponía el acento ayer en el discurso en la protección del medioambiente, de la población indígena, habló de la creación del Ministerio de los Pueblos Originarios, de recrear el Ministerio de la Cultura y, en el fondo, que ninguna minoría se sienta amenazada por el Gobierno, como sí ocurrió cuando Bolsonaro llegó al Planalto, sobre todo por parte de las minorías LGTBIQ+ y la población indígena, que se vio muy afectada por la presencia de mineros ilegales y la tala indiscriminadas de la Amazonía”, complementó el académico.

Finalmente, respecto de las proyecciones de las relaciones geopolíticas con el futuro mandatario brasileño, Alexis Cortés afirmó que “creo que la elección de Lula es una señal importante para toda América Latina y particularmente para el gobierno de Chile es positivo que ocurra porque permite reestablecer la normalidad de relaciones de un socio comercial y aliado estratégico”, agregando que “lo mismo pasa con una serie de gobiernos progresistas que comparten cierta base ideológica con el gobierno de Lula y que van a permitir de pasar de un período de bastante aislacionismo brasileño a favorecer el multilateralismo regional y a nivel global. Creo que buena parte de la política internacional va a ser reactivar y fortalecer espacios como el Mercosur, Unasur, la CELAC, donde Brasil está llamado a retomar un liderazgo que puso en la primera plana global como un actor muy relevante en la geopolítica a América Latina, por un lado, y sobre todo el papel de liderazgo de Brasil en ese contexto regional”.





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