El presidente argentino, Alberto Fernández, declaró el sábado en una rueda de prensa conjunta con el canciller alemán, Olaf Scholz, de visita en Buenos Aires, que esperaba “el fin de las hostilidades lo antes posible” tras “la invasión rusa del territorio ucraniano”. “Rusia debe comprender el daño que está causando en el hemisferio sur”, añadió, refiriéndose a las repercusiones de la guerra en “los precios de los alimentos y el hambre”.
Sin embargo, el presidente argentino reiteró que su país no entregaría armas a Ucrania. No quiso comentar la reciente decisión de Alemania de suministrar tanques a Ucrania y subrayó que “Argentina y América Latina no se plantean enviar armas a Ucrania ni a ningún otro lugar en conflicto”.
Según el diario brasileño Folha de S. Paulo, el recién elegido presidente brasileño, Lula da Silva, ha rechazado la petición del gobierno alemán de suministrar munición para el carro de combate Leopard-1 que se enviará a Ucrania.
Mientras que el jefe del ejército brasileño, Julio Cesar Arruda, alabó los intereses económicos de tal entrega, el presidente brasileño se opuso a tal operación, argumentando que “no valía la pena provocar a los rusos”, detalla el diario Folha. Esta decisión del nuevo jefe de Estado brasileño se produjo un día antes de que Julio César Arruda fuera destituido de su puesto de mando.
El diario Folha también informa de que Colombia rechazó recientemente la entrega de viejos helicópteros Mi-9 y Mi-17 de fabricación soviética.
El Pentágono presiona a Latinoamérica para que envíe armas a Ucrania
La jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, pidió días atrás a los países latinoamericanos ceder su equipamiento militar ruso a Ucrania, resaltando la influencia creciente de potencias como Rusia y China en, una región que reviste particular importancia para Washington. A su vez, ofrece reemplazar las armas vendidas por Moscú por equipamiento estadounidense.