Esta semana, el diputado argentino Javier Milei fue acusado de entregar cargos políticos a cambio de favores sexuales.
Las denuncias fueron realizadas por Mila Zurbriggen, presidenta de una agrupación juvenil que apoya a Milei, que además lo acusó de tener un comportamiento autoritario al interior de las estructuras partidarias.
“Todo esto no se ha presentado ante la Justicia, por lo tanto tiene más que ver con denuncias públicas que han hecho militantes que estaban con él y decidieron salir del partido, por considerar que están decepcionados respecto de lo que era la propuesta de Milei. Lo que estos jóvenes denuncian es que se está manejando igual que el resto de la clase política, lo que siempre él siempre ha definido como casta”, señaló Pedro Brieger, periodista y sociólogo argentino.
Brieger explicó que Milei llamó la atención en Argentina por su naturaleza excéntrica, su tono agresivo y su soberbia. “Algunos medios de comunicación aman a estos personajes disruptivos, que venden escándalo”, comentó el periodista.
Eventualmente, Javier Milei fue ganando adeptos y se convirtió en diputado. De acuerdo a Brigier, su pensamiento político se caracteriza, sobre todo, por ser anti establishment.
“Está en contra de las izquierdas argentinas o latinoamericanas, que han pasado a ser parte del establishment. Milei se presenta como alguien que va a romper las reglas del juego, y esto a algunos sectores jóvenes les parece atractivo, por eso hay quienes aseguran que hoy la rebelión es de derecha. Esto no es exactamente así, pero refleja el sentir de algunos sectores descreídos de la política”, aseguró.
Otro rasgo a considerar es la afición de Milei por las políticas económicas liberales (aún más que las de los Chicago Boys en Chile) y su similitud con otras figuras de derecha como Donald Trump, Bolsonaro y José Antonio Kast.
“Tiene un discurso muy despectivo, con frases que son similares a las que se usaron durante la dictadura militar, y además, tiene como su mano derecha a una diputada que no reconoce el terrorismo de Estado llevado adelante durante la dictadura. En ese sentido, es muy similar a José Antonio Kast que reivindica el golpe de Estado de Pinochet”, dijo Brieger.
Respecto al efecto que las denuncias podrían tener en las ambiciones presidenciales de Milei, se mostró prudente: “Todavía es difícil ver de qué manera lo afectará”.
En todo caso, el periodista destacó el hecho de que las acusaciones vengan desde sus propios compañeros. “No es lo mismo que otros políticos o medios de comunicación lo critiquen y que digan que plagia artículos, que dentro de sus filas aparezcan jóvenes y digan que hay favores sexuales, que hay dinero, que él cobra dinero por las conferencias que da. Ahí aparece como una persona similar a las que criticaba”, indicó.