En conversación con Radioanálisis el sociólogo y académico de la Universidad de Chile, Carlos Ruiz Encina, abordó el escenario político actual del Gobierno y la disputa interna que provocan sus llamadas “dos almas”.
De acuerdo al académico, cada vez se hace más evidente que el gobierno del Presidente Gabriel Boric no es una administración constituida por “una coalición que haya definido un programa común, sino que es por una situación que se crea en una segunda vuelta, en la cual hubo una movilización más anti Kast que pro Boric“.
“No hay un acuerdo programático y eso se termina reflejando en que aparece un programa del Ejecutivo que no es sustentado por la bancada de Apruebo Dignidad”, afirmó. Además, sostuvo que aquellos “intentos de cuadratura burocráticos, propios de la política de los 90 de algunos ministros que traen ese tipo de tradiciones, no funcionan en un panorama de fragmentación política muy fuerte como lo hay en Chile hoy”.
En ese sentido, señaló que existe cierta discordancia al interior de las fuerzas de Gobierno que se deben resolver en el marco de una discusión programática. Sin embargo, reconoció que las complejidades en materia de seguridad son difíciles de abordar, tema que por cierto se ha tomado la agenda desde que se instalaron las actuales autoridades.
Ruiz Encina planteó que es fundamental entender que la crisis de seguridad que hay actualmente en la sociedad chilena no es igual “a los viejos patrones delictuales con que estábamos acostumbrados a lidiar”, porque el país se encuentra en “una situación completamente nueva y no solo tiene que ver con la migración, sino con la situación que se generó en pandemia”.
“Las necesidades de economías familiares que tuvieron que generar una especie de economía para-institucional empezó a ser controlada por grupos más vandálicos. Todo eso ha generado una suerte de descontrol que necesita una modernización institucional de fondo para plantearse el problema de la seguridad y no este tipo de leyes torpes“, declaró.
El sociólogo manifestó que dado “el desajuste de la institucionalidad frente al nuevo panorama social y cultural chileno en muchas áreas, no funciona el llamado a la disciplina burocrática desde ciertos ministerios que pretenden ordenar de esa manera la bancada”.
Así, destacó que existen más de 20 partidos que conviven en el Congreso Nacional mientras que hay 12 más inscritos. Por lo que, el actual Parlamento tiene “un nivel de descomposición inédito para la tramitación de leyes” comparado a lo que se conocía en periodos anteriores.
“Creo que el Gobierno tiene que cambiar la táctica en cuanto a cómo se refiere a esto y ahí es donde tiene pendiente una discusión de fondo entre dos grupos que venían incluso de candidaturas distintas (…) que se unen porque tienen que parar un fenómeno de regresión conversadora como era el tema Kast, quien amenazó hasta abolir el voto femenino”, recordó.
De esa manera, el experto opinó que las autoridades de La Moneda deben encontrar soluciones a las discordancias al interior del gabinete respecto al programa de gobierno. “Y la tienen que resolver de cara a la ciudadanía porque esta es una sociedad que es más demandante en términos de transparencia, es menos pasiva que la sociedad chilena de los años 90 y mucho más activa”, expuso.
El también investigador del Laboratorio de Análisis de Coyuntura Social (LACOS), enfatizó que “lo más preocupante de todo esto es que mientras no se resuelvan empieza a crearse espacio para un aventurismo político, de cosas como los retiros que pueden intervenir en variables económicas o de otro tipo”.
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