Este año, Chile conmemorará los 50 años del golpe de Estado de 1973, un hecho que no solo significó el quiebre rotundo de la democracia, sino también un período de 17 años de dictadura que minó el tejido social mediante una política sistemática de violación a los derechos humanos. Sus ecos siguen estando presente en las memorias y en los cuerpos, así como en la sociedad, en la política, y en las disputas por la reinterpretación del pasado.
En este marco, y en línea con el lema propuesto este año por la Universidad de Chile “A 50 años del golpe de Estado: educación para la democracia”, la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones (VEXCOM), inició un ciclo de conversaciones comprometidas con el valor de los derechos humanos, orientado a impulsar la reflexión en torno a la democracia, la igualdad de género y las migraciones.
Desde una mirada interdisciplinar, la jornada de este lunes 5 de junio buscó abrir una reflexión intergeneracional sobre el duelo migratorio y el exilio político, que se liga a los intensos flujos de ciudadanos y ciudadanas en desplazamiento por la región en los tiempos más recientes.
Moderado por Patricio López, director de Radio Universidad de Chile, el primero de este ciclo de foros lo integraron tres panelistas: la coordinadora académica de la Cátedra Racismos y Migraciones Contemporáneas, profesora Ximena Póo; el vocero del Movimiento de Acción Migrante e integrante del consejo directivo de la misma Cátedra, Eduardo Cardoza; y la decana de la Facultad de Comunicación e Imagen y autora de “Memorias del desarraigo: testimonios de exilio y retorno de hombres y mujeres de Chile”, profesora Loreto Rebolledo.
“Educación, democracia y migración”
La primera parte del foro se centró en los procesos de exilio político y en los procesos migratorios de ciudadanos y ciudadanas. Al respecto, Ximena Póo consideró fundamental destacar la presencia de las vidas transnacionales, “es decir, de aquellos que vivieron el exilio, donde es necesario ver la fractura en su biografía. Esto, relacionado con quiénes migran, en términos de la vida transnacional que se vive, en ocasiones entre dos países, incluso tres o más”.
Sobre el concepto de vidas transnacionales, Póo se refirió a las lejanías producidas por la migración, las que viven las personas y sus roles tradicionales, en donde “muchas veces no se ven a los hijos durante años y pasa en el caso migratorio, sobre todo en las familias en donde la madre, por ejemplo, se convierte en una productora de remesas, versus su oportunidad inicial como madre de generar tejidos de afectos”.
“El duelo migratorio es multidimensional y creo que tener conciencia de ese duelo, entender qué significó en el propio exilio del caso chileno y en el caso del Cono Sur y el duelo migratorio que están viviendo las y los migrantes hoy en Chile o a quienes han migrado a otros países, nos hace como sociedad tener una necesaria conciencia de abrir espacios más profundos y muy políticos a la interculturalidad, a una solidaridad más profunda”, señaló la profesora Póo, quien ponderó que “diálogos como los que estamos haciendo ahora, nos permiten generar ese espacio que permite observarnos y mirarnos de otra forma, desde distintos sentidos y también de cosmovisiones filosóficas”.
La decana Rebolledo, en tanto, destacó las relaciones que generan las comunidades receptoras y recalcó el concepto de solidaridad, “cuestión que, para el exiliado, para el migrante, es tremendamente importante porque es que se reconozca en su humanidad por un lado, pero, por otro lado, también está el tema de cómo se entiende ese concepto. Hay sensaciones que son bastante similares entre el exilio, las migraciones, que es la sensación del desarraigo, la sensación de haber perdido un país, una familia, un núcleo de amistades o, incluso, un paisaje”.
Sin embargo, la académica dice que, a pesar de las circunstancias que obligan a tomar esta decisión, los procesos de exilio ofrecen a la comunidad receptora un espacio de acogida, potenciando un encuentro para la interculturalidad, “entonces, tanto la migración como el exilio tienen pérdidas, pero también tienen ganancias, ganancias para el que llega, como para el que acoge”.
El vocero del Movimiento de Acción Migrante, Eduardo Cardoza, valoró por su parte la importancia de las alianzas generadas entre las comunidades migrantes y receptoras. “Es interesante nutrirse de lo que es la esencia que Chile tiene de humanidad, que ha tenido de solidaridad, de resistencia. Porque cuando está en condiciones como la dictadura, la solidaridad es un lazo que genera vida y que permite desarrollarse”.
Cardoza sostuvo que, en la actualidad, todavía persiste en la institucionalidad un ADN de seguridad nacional en Chile y esta es contraria, en su esencia, a la vigencia de los derechos humanos. Por esto, indicó que es fundamental tener en cuenta que hay tres pilares que permiten que tengamos sociedades sanas: los derechos humanos, la democracia y la participación de las personas. “Con esa base podemos avanzar, pero hay un tema que tiene que ver con la seguridad nacional, que todavía está presente, y lo digo concretamente respecto al tema migratorio. Lo hemos visto en investigaciones que han hecho organismos que reconocen que la migración irregular es una amenaza a la seguridad nacional del país”.
Ciclo de foros radiales intercátedras
Para la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Pilar Barba, resulta fundamental relevar el lema escogido por la Casa de Bello: “A 50 años del golpe de Estado, educación para la democracia”, el cual expresa en sus palabras, un compromiso “por una educación para el futuro y una educación bajo el concepto de justicia transicional, que se hace responsable de la memoria, justicia y reparación, pero también de encontrar los mecanismos de no repetición”.
Asimismo, la vicerrectora Barba remarcó la importancia de estas instancias de vinculación que se abren a la sociedad civil, ya que “más allá de la educación, necesitamos conversar y ver cómo se instala un verdadero compromiso de cuidado por la democracia y respeto por los derechos humanos”, enfatiza.
En tanto, el director de Radio Universidad de Chile, Patricio López, valoró la oportunidad de sumarse a la tarea impulsada por la Universidad, promoviendo la educación para la democracia a través del aporte realizado por el medio de comunicación que representa y que define, en su línea editorial, el respeto por los derechos humanos. El periodista destacó el trabajo conjunto con las Cátedras VEXCOM y agregó que “hacen una gran contribución, no solamente por el tema que tratan, sino también por la vinculación con la comunidad, la sociedad civil organizada”.
El siguiente foro se desarrollará el lunes 3 de julio y estará a cargo de la Cátedra Amanda Labarca. En este espacio, se dialogará sobre feminismos populares y resistencia. Finalmente, el 7 de agosto, la Cátedra de Derechos Humanos presentará un foro que se centrará en la vigencia de los derechos humanos a 50 años de la dictadura en Chile.