Osvaldo Rosales y oposición a reforma tributaria: "La derecha ha retornado a su trinchera y a sus posturas más radicales"

El economista señaló que el rechazo a avanzar en una mayor recaudación fiscal se debe a que la actual oposición retornó a su posturas más extremas y advirtió que "más temprano que tarde tendremos erupciones parecidas a las que tuvimos en 2019".

El economista señaló que el rechazo a avanzar en una mayor recaudación fiscal se debe a que la actual oposición retornó a su posturas más extremas y advirtió que "más temprano que tarde tendremos erupciones parecidas a las que tuvimos en 2019".

Ante el complejo escenario que se vislumbra en esta segunda tentativa -ahora en el Senado- del pacto fiscal impulsado por el Gobierno, se han sumado diversas voces expertas argumentando en torno a la disyuntiva del aumento en la carga impositiva.

El lunes pasado, de hecho, desde el mundo académico se sumó la economista Michelle Labbé planteando que una baja de impuestos generaría una mayor recaudación. Ante este análisis, el economista miembro del Foro Económico por un Desarrollo Justo y Sostenible, Osvaldo Rosales, se mostró lejano a dicha visión y señaló que “forma parte de la campaña conservadora para eliminar cualquier posibilidad de reforma tributaria“.

Esto, pues Labbé aludió a la Curva de Laffer, una representación económica especulada por un académico norteamericano que plantea la posibilidad de aumentar el rendimiento tributario a partir de bajar los impuestos siguiendo la lógica de que la gente al consumir e invertir más, el sector público también recaudaría más.

“En todos los ámbitos, en Europa, en Estados Unidos, donde se han llevado a cabo los estudios académicos esa hipótesis ha sido rechazada por falsa, por lo tanto, no es más que ideología”, afirmó Rosales sobre esa propuesta.

El también ex Director General de Relaciones Económicas Internacionales (DIRECON) basa esta afirmación a raíz de una encuesta realizada a cuarenta economistas de las mejores universidades norteamericanas donde se discutió en torno a la validez de la Curva de Laffer, y donde un 80%  de ellos concluyó que debía ser descartada, dejándola sin apoyo académico.

Rosales también se refirió a las duras negativas desde el gran empresariado a un alza de los impuestos y, específicamente, de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) que aseguró que recaudar por vías de alzas tributarias “no es el camino adecuado pues ello impide que Chile recupere su capacidad de crecer“.

Esto último, al economista le pareció curioso pues señaló que “en los meses inmediatamente posteriores al Estallido Social, había un consenso amplio entre todos los economistas, e incluyo en ese consenso a ex presidentes del Banco Central como Vittorio Corbo o Rodrigo Vergara, quienes decían que era imprescindible un incremento en la carga tributaria de al menos 5 puntos del producto”. 

Esa política se haría de manera gradual, pero según Rosales eran formulados en ese momento como “indispensables para abordar los déficit sociales que la sociedad chilena estaba demandando, léase salud, educación, pensiones, viviendas, así como las inversiones de infraestructura que debe organizar el Estado, la economía en su conjunto, para crecer con mayor productividad”.

“Ese consenso se ha ido desdibujando, y a partir de los resultados adversos que tuvo la Constitución propuesta inicialmente y del triunfo de la ultraderecha en la última elección de consejeros, la derecha ha retornado a su trinchera y a sus posturas más radicales”, agregó Rosales.

Para el economista, una muestra de ello es que aún cuando el gran empresariado sostuvo múltiples conversaciones con el ministro de Hacienda, Mario Marcel, se bajaron de la mesa de acuerdos señalando que Chile no necesitaría más impuestos y que los recursos debían provenir de una mejora en la eficiencia del Estado.

Sin embargo, para Osvaldo Rosales puntos como la modernización del Estado, la mayor eficiencia y transparencia o la precisión con el destino de los nuevos recursos recaudados ya están incluidos dentro del pacto fiscal del Gobierno.

De manera que, para el economista, el punto está en preguntar si: “¿Alguien cree, por ejemplo, que mejorar las pensiones, elevar el monto de la PGU, mejorar la calidad de la educación, reducir las listas de espera, contratar nuevos especialistas justamente para reducir dichas listas de espera, abordar ahora la renovación de la infraestructura dañada por este cuantioso temporal, todo esto se va a hacer con los mismos recursos existentes? La verdad que eso no tiene ningún sentido y solo habla de un planteo que en mi opinión es ideológico y busca defender los intereses de quienes más tienen“.

Consultado por su punto de vista sobre la posibilidad de que la reforma tributaria avance en su segunda insistencia en el Senado, el economista dio a entender que el gran empresariado es el que tiene la última palabra.

Habrá que esperar si en algún momento vuelve la cordura al gran empresariado porque debería considerar, que un factor clave para el crecimiento en el mediano plazo, es contar con una sociedad cohesionada, sin grandes conflictos, que justamente genere certidumbre jurídica para inversiones de largo plazo, que genere instancias de capacitación para los trabajadores, de buena educación para los provenientes de sectores bajos y medios, de manera que todos se sientan integrados a un proyecto de desarrollo”, declaró Rosales.

Por último, el economista advirtió que “si ello no acontece, como lamentablemente ha sido la experiencia durante décadas y décadas en Chile, más temprano que tarde tendremos erupciones parecidas a las que tuvimos en el 2019. No hay que ser ni un mago para adivinar aquello ni tampoco se trata de generar campaña de terror, lisa y llanamente es tener dos dedos de frente”.





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