Enrique Núñez y críticas a Comisión contra la Desinformación: “Siempre que un gobierno muestre intención de entender un fenómeno como éste va a generar suspicacia”

El periodista y exeditor general de Fact Checking declaró que la preocupación está sobre las acciones posteriores al trabajo de la iniciativa, pues advierte este no es un tema "inocente políticamente".

El periodista y exeditor general de Fact Checking declaró que la preocupación está sobre las acciones posteriores al trabajo de la iniciativa, pues advierte este no es un tema "inocente políticamente".

Analizar el fenómeno de la desinformación desde la ciencia es el objetivo de la Comisión Asesora contra la Desinformación y que ha generado revuelo, incluso, desde la Sociedad Interamericana de Prensa.

En medio de esta conmoción, el exeditor general de Fact Checking y actual estudiante de doctorado en la Universidad Estatal de Michigan, Enrique Núñez Mussa, se refirió a su postura frente a esta iniciativa y señaló que “siempre es más favorable que los gobiernos estén al tanto de lo que está ocurriendo a nivel de investigación para comprender un fenómeno a que no lo estén, eso sí que sería más grave”.

Sin embargo, para Núñez lo que complica respecto a esta decisión es la “ambigüedad en términos” que tiene esta Comisión, donde no están claros, a su juicio, el rol y especialmente los insumos y acciones posteriores que esta instancia pudiese desarrollar.

“¿Esto después se va a derivar al Congreso? ¿Dónde están las intenciones del Gobierno respecto a esto? Porque ahí sí es complejo, si el Gobierno creará una unidad, por ejemplo, a cargo de este tema, eso sería muy complicado”, afirmó el especialista. 

Esto último, ya que para el periodista es importante considerar una mirada más amplia donde la desinformación no sea el fondo del problema, sino la punta del iceberg. La discusión entonces, según el experto, debería centrarse sobre la verdad y construir una sociedad en base a la confianza. 

“Mientras más polarizada esta políticamente una sociedad, más difícil es llegar a ese punto intermedio de acuerdos porque una cosa es la verdad empírica, una cosa es el dato versus la aceptación de esa verdad y el problema en el que se da la desinformación es en de la aceptación, y para que se acepte la verdad por más que yo ponga toda la evidencia sobre la mesa, tiene que haber una sociedad dialogante”, planteó Núñez. 

Entonces, el problema para el especialista es mucho más complejo que aplicar amonestaciones contra la desinformación, sino que esconde un problema social también en cuanto a los ánimos con que las personas reciben la información debido a que “hay una predisposición a no creer lo que me están dando si viene de una mirada contraria a la mía, lo que significa que ya no estamos abiertos al diálogo”. 

Respecto al escenario de la desinformación a nivel local, el experto precisó, en primer lugar, que esta se vuelve relevante en procesos que implican toma de decisiones y que van de la mano con establecer buenas bases informativas, como elecciones y periodos electorales.

Ante esto, Núñez trajo a colación lo ocurrido tras el estallido social en nuestro país, uno de los momentos que posibilitó que esta conversación tuviese un carácter masivo, precisamente, porque había que tomar una postura según el experto.

“El momento en que entra a la agenda, ocurrió lo que ha pasado en todos los países del mundo, el tema también se politiza, se empieza a ocupar la expresión fake news para atacar a los contrincantes y se empieza a ocupar, que ahora está cada vez más politizada, la expresión ‘desinformación’ para calificar las ideas que son contrarias a las mías”, afirmó Núñez.

Por último, sobre las alertas emitidas desde la Sociedad Interamericana de Prensa por la instalación de esta comisión, el experto señaló que lo dicho es relevante porque “efectivamente es muy particular que esta preocupación nazca específicamente desde un gobierno porque hay un montón de temas que preocupan en temas científicos, pero que el tema de la desinformación se le esté dando relevancia es delicado porque no es inocente políticamente, tiene una carga política en su significación, en cómo se interpreta”. 

Núñez precisó que “siempre que un gobierno muestre intención en entender un fenómeno como este, va a generar cierta suspicacia, porque no es solo por conocer la información sino que es para tomar ciertas acciones posteriores y en eso es muy bueno que este tipo de instancias sean con distintas entidades que también participen dentro de este proceso”. 

Por tanto, Núñez consideró que la comisión, al no incluir integrantes más transversales como de oposición, corre el riesgo de verse como una preocupación específica de un sector porque que “un gobierno este preocupado tan puntualmente de este tema, da para poner un signo de exclamación de porqué este tema y no todos los otros que, por ejemplo, generan daño y que son peligrosos dentro del ámbito cívico en el mundo digital”. 





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