"Es una pésima idea": Especialistas cuestionan propuesta de consejeros republicanos de reducir escaños en el Congreso

En concreto, apuntaron que avanzar en esta fórmula implicaría perjudicar la representación política a nivel nacional y que se estaría volviendo de manera encubierta al sistema binominal.

En concreto, apuntaron que avanzar en esta fórmula implicaría perjudicar la representación política a nivel nacional y que se estaría volviendo de manera encubierta al sistema binominal.

Tras el planteamiento de consejeros del Partido Republicano sobre la posibilidad de reducir el tamaño del Congreso Nacional, especialistas y comisionados analizaron de manera críticas las implicancias que podría conllevar avanzar en esta medida en el texto constitucional.

Y es que desde la colectividad de ultraderecha se ha esgrimido con esto un discurso de austeridad y de cuestionamiento hacia cómo ha operado el sistema proporcional que actualmente existe en Chile, razón por la que esta iniciativa buscaría un redistritraje, disminuyendo en particular el número de escaños de la Cámara de Diputadas y Diputados.

Sobre este tema, la integrante de la Red de Politólogas, Javiera Arce, manifestó tajantemente que se trata de “una pésima idea” y explicó que en Chile “tenemos menos parlamentarios de lo que demográficamente deberíamos tener. Esto tiene que ver con cuánto sale, cuánto le vamos a pagar. De hecho, podríamos plantear bajarles un poco la dieta a los parlamentarios para poder dividirlo entre más gente, pero esto tiene que ver con un tema de representación política”.

En esa línea, comentó que “en términos técnicos, y esto no lo planteo yo, está en un paper súper citado de Rein Taagepera, que plantea que la fórmula para calcular el número de parlamentarios en cualquier democracia es la raíz cúbica del total de la población, ese cociente que sale de la raíz cúbica de la población es lo que correspondería en tener en número de bancas de las cámaras bajas”. Así, añadió que si se aplicara esta fórmula a la realidad nacional “nuestro Congreso, nuestra Cámara de Diputados debería ser aproximadamente de 260 personas, o sea nos faltan 100 parlamentarios”.

“Entonces, con menos parlamentarios de los 155 estaríamos, incluso, transgrediendo las normas de lo ‘optimo’ que podría ser en términos de representación. Toda esta cuestión técnica tiene un planteamiento político. Nosotros lo que hacemos con estas cámaras se supone que es representar a la gente, mientras más pequeño sea el cuerpo de representación, menos capacidad tendremos de representar a la gente”, señaló.

Por lo mismo, consideró que continuar en esa senda provocaría “un profundo daño a la democracia, porque la democracia chilena desde su esencia es una concepción pluralista. Nosotros no podríamos tener dos partidos solamente como lo tiene Estados Unidos o Inglaterra”.

Este diagnóstico también fue compartido por la comisionada Leslie Sánchez (Ind/PPD), quien echó por tierra el argumento de austeridad comentado por republicanos, expresando que “tener más o menos parlamentarios es un gasto marginal para el Estado, o sea, aquel que crea que teniendo 10 o 20 parlamentarios menos esto va a implicar tres, cuatro, cinco hospitales o carreteras o viviendas más, me parece que eso ya es una falacia“.

Además, comentó que “ahora, si lo ves desde una perspectiva netamente de los partidos políticos, también lo que ocurre cuando achicas así (al Congreso), sin justificación, es que va a empezar a regular un binominal encubierto, que es algo que la derecha no lo dice con honestidad. La fórmula del sistema electoral es muy matemática, tiene mucho de ciencia política. Los números que hay actualmente responden a cierta cantidad de población, de regiones. Entonces, el riesgo que corremos de cambiarlo sin argumentos científicamente comprobados, numéricos, podriamos hacer equivalentes regiones que no son equivalentes”.

Es por este motivo que, ante la complejidad que implica este debate y el escaso tiempo con el que cuenta el Consejo para zanjar un nuevo texto constitucional, Sánchez consideró que esta materia quede en manos del legislador. “En derecho constitucional comparado, las constituciones sólo se preocupan de señalar los principios rectores de un sistema electoral, por ejemplo, el pluralismo político, participación igualitaria entre hombres y mujeres, en fin, pero no la fórmula”, complementó.

Por su parte el comisionado Jaime Arancibia (RN) respaldó con matices el sentido de la propuesta: “Habría que ir viendo caso a caso, creo que la idea hay que analizarla en su mérito. Por lo tanto si es una buena idea habrá que ver si produce algún tipo de riesgo. Yo soy partidario de un Congreso simétrico, al menos en cuanto a sus funciones, que es una realidad muy distinta a la que pretendía la Convención”.

“Más que nada soy favorable al redistritaje sobre la base que mantiene un vínculo más cercano de los parlamentarios elegidos con su electorado. Si eso produce algún tipo de riesgo habrá que corregirlo. En relación con el número de escaños es una idea que tendría que revisar, naturalmente todo cambio de ese tipo produce eficiencias o contribuye a la austeridad, pero la verdad es que no tengo una opinión formada en esa materia como para criticarla o apoyarla”, mencionó.

En ese sentido, indicó que “ninguna de estas discusiones es posible asumirla de modo aislado, en el fondo, más o menos escaños depende del tamaño del distrito y a mí me importa que los electores queden bien representados. Entonces, si reducir el número de escaños puede afectar la llegada o acceso que puedan tener los electores con un parlamentario, habría que revisarlo. Por otro lado, si el propósito es la eficiencia, a lo mejor eso se puede abordar de otra modo alternativo a la disminución de escaños, que puede ser revisar bien los presupuestos del Congreso para efectos de evitar un gasto social excesivo”.





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