En esta jornada representantes de ocho comunidades recibieron un reconocimiento como Patrimonios Inmateriales de Chile de parte del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
En la actividad que se desarrolló hoy en el Patio de Las Camelias del Palacio de La Moneda, la ministra de las Culturas, Carolina Arredondo, distinguió a representantes de comunidades que cultivan distintas expresiones culturales, que han dejado un legado patrimonial que crece constantemente y que pasa de generación en generación. Asimismo, estas comunidades ingresaron al Registro de Patrimonio Cultural Inmaterial presentes en Chile.
En el encuentro también participó la subsecretaria del Patrimonio Cultural, Carolina Pérez y la directora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Nélida Pozo.
En la ceremonia participaron 32 representantes, quienes forman parte de los cerca de 270 cultores y cultoras de las ocho comunidades reconocidas, que pertenecen a 10 regiones del país: Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Metropolitana, Maule, Biobío, Los Lagos y Magallanes y la Antártica Chilena.
La ministra de las Culturas se refirió a la importancia de avanzar en este tipo de reconocimientos. “Me parece fundamental destacar que tenemos que avanzar en que esas prácticas las tengamos que garantizar en conjunto y que no sea un acto heroico que se puedan mantener las tradiciones y las culturas”, señaló la jefa de la cartera.
Asimismo, Arredondo destacó la necesidad respecto a que deje ser una dificultad para las mujeres “seguir manteniendo sus tradiciones”. “Expresiones que, en este caso, comprenden prácticas devocionales, conocimientos ancestrales de la naturaleza y el universo, la tradición del canto campesino y otros oficios de saberes tradicionales de la agricultura y de nuestra tierra”, afirmó.
Comunidades reconocidas
Las comunidades y patrimonios reconocidos pertenecen a 10 regiones, desde Arica y Parinacota hasta Magallanes y la Antártica Chilena, lo cual da cuenta de la diversidad y riqueza patrimonial del territorio chileno.
Dentro de las expresiones galardonadas se encuentran prácticas devocionales, oficios y saberes tradicionales, conocimientos ancestrales de la naturaleza y el universo, la tradición oral del canto campesino y artesanías textiles.
En esta oportunidad fueron destacadas las comunidades de la tradición de las Cruces de Mayo, afrodescendientes en los Valles de Azapa, Lluta y Acha, de la Región de Arica y Parinacota. También las ganaderas y ganaderos alto andinos de camélidos sudamericanos de las provincias de Arica, Parinacota, Tarapacá, El Loa y Copiapó. Se reconoció además a las y los recolectores del oro negro en la playa Changa de la Bahía de Coquimbo, tanto como a las arpilleristas de la Región Metropolitana.
Asimismo, se distinguió el canto campesino de la Región del Maule; la práctica arriera y criancera de la cordillera de Antuco en la Región del Biobío; la tradición del tejer en quelgo en la Isla Grande de Chiloé, de la Región de Los Lagos; y al modo de vida en las estancias de la comuna de Torres del Paine de la Región de Magallanes y la Antártica Chilena.
Rolando Manzano Rada, representante de la ganadería altoandina del Norte Grande manifestó que “hoy son ocho las expresiones que nos reúnen en el Palacio de La Moneda para celebrar un esperado gesto de parte del Estado hacia nosotros, pero también para reflexionar de lo que se viene, discutir cómo vamos a preservar todo el patrimonio que se nos ha sido heredado”.
Por otro lado, destacó que “nuestras comunidades campesinas e indígenas son las herederas de un invaluable y amplio patrimonio cultural inmaterial y material, que ha sido fraguado, no recientemente, sino que hace cientos o miles de años, y nació de una cadena interminable de saberes transmitidos de maestros a aprendices”.
Se cumplen 20 años desde que, en el contexto de la 32ª reunión de la UNESCO, celebrada en París el año 2003, se aprobó la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. Chile lo ratificó en 2008, estableciendo un compromiso del Estado chileno de reconocer y promover la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.