Recriminaciones cruzadas se desataron entre el Partido Republicano y la coalición de Chile Vamos tras los resultados del plebiscito constitucional. El rostro visible del conservadurismo en el Consejo, Luis Silva, responsabilizó de la derrota a la principal carta presidencial de la derecha tradicional, Evelyn Matthei, por entrar “tarde” a la campaña electoral.
En conversación con Radio Universidad de Chile, el analista político y académico de la Universidad Diego Portales, Hugo Herrera, señaló que las declaraciones de Silva se enmarcan en la triple derrota que sufrió Republicanos. Primero, porque perdió su proyecto donde “podrían haber sido los padres del nuevo orden constitucional y no fueron capaces de darse cuenta del instante político”.
Como una segunda derrota definió la “división” de la colectividad con la salida del senador Rojo Edwards, pero, más importante y como un tercer factor, porque Republicanos queda en una posición compleja de cara a las municipales de 2024 donde lo que prima es el despliegue territorial.
Herrera apuntó a que “la UDI y RN van a tener muchas más capacidades de desplegarse en esas elecciones que los republicanos. Los resultados de las elecciones de consejeros no van a reflejarse para nada en las elecciones municipales, porque Republicanos no están desplegados territorialmente”.
Con todo, la presidenta de Evópoli, Gloria Hutt, ya descartó formar un pacto con el Partido Republicano en las municipales pues afirmó en conversación con CNN tener “un proyecto político distinto”.
Para Herrera, “lo más viable que se ve en el horizonte es un pacto de la derecha tradicional hacia el centro, o sea un pacto que incorpore a los Amarillos, a los Demócratas, a algunos renunciados demócrata cristianos más Evópoli, más RN, más la UDI que están en una parada más moderada. Y al otro lado, a los republicanos, pero en el modo de un pacto por omisión, como antes se hacía con el Partido Comunista, es decir, donde van los republicanos y tienen una opción muy clara de ganar las elecciones -que probablemente va a ser en pocas comunas-, bueno, la derecha (tradicional) se omita”.
Ese camino, para el analista, se ve más factible que una alianza política no solo porque dificultaría la relación con Evópoli, sino también porque se cierra “la posibilidad de abrirse al centro” y porque declaró no ver “a los Demócratas y Amarillos sumándose a un pacto con los republicanos”.
En esa línea, el académico explicó que “Republicanos queda en una posición más bien marginal en el sentido preciso de que ellos no definen la agenda política como podrían haber hecho si hubieran logrado una constitución transversal. Ellos hubieran estado hoy día de alguna manera como interlocutores del Gobierno”.
“Y marginados también porque creo que en la municipales van a perder protagonismo, entonces ¿qué capacidad de impulso les va a quedar después? Probablemente se transformen en un partido como de derecha más bien dura, lo que fueron antes de las elecciones de convencionales, un partido alrededor del 10, 15 por ciento que va a tener relevancia para muchas materias, sobre todo porque hay dirigencias que se ven bastantes colaborativas e institucionalizadas como la del propio Kast y la de Arturo Squella, pero lo demás lo veo como un sector que se volvió fuertemente irrelevante”, apuntó.
Consultado por el rol que debe jugar Chile Vamos de ahora en adelante, Herrera reflexionó que “en el mejor tiempo de la Concertación, que coincidió con un realismo político importante, pero además con capacidades de integración de amplios sectores de la población y de generación de mayoría (…), se caracterizó por llevar el impulso político: la centro izquierda, y por tener partidos a su izquierda que eran más radicales, pero en colaboración en los asuntos en que podían colaborar”.
Esa es la receta, según el académico de la UDP, para la derecha. “No sé si convenga integrar al menos en un primer momento y como están las cosas, a los republicanos a la operación habitual de la derecha tradicional. Lo que conviene mucho más es dejarlo fuera con las puertas abiertas para colaborar en los asuntos en que se pueda colaborar con ellos y buscar las alianzas en dirección hacia el centro”, enfatizó.
“En el mundo no se conocen sistemas políticos estables donde lo que domine sean los extremos y no las fuerzas de centro izquierda y de centro derecha, o sea, así como no hay una democracia estable en el mundo sin una centro izquierda fuerte, en términos históricos más fabiana que revolucionaria, así tampoco hay sistemas políticos maduros y estables sin una centro derecha fuerte que prevalezca sobre los sectores radicales”, zanjó.