Nayib Bukele se autoproclamó durante este domingo como presidente reelecto de El Salvador. A través de sus redes sociales, informó sobre su triunfo en las elecciones presidenciales con “más del 85% de los votos y un mínimo de 58 de 60 diputados de la Asamblea”. No obstante, se han levantado voces cuestionando la legitimidad del proceso, ya que en la Constitución de El Salvador no está permitida la reelección de un mandatario.
“Es el principio de una dictadura”, partió señalando el analista político Felipe Vergara al ser consultado por Radio y Diario Universidad de Chile. “Son elecciones que no se llevaron de manera democrática, porque el Presidente de la República no puede ir a la reelección en El Salvador”, agregó sobre el proceso previo a la realización de las elecciones.
El académico de la Universidad Andrés Bello explicó que el proclamado presidente de El Salvador utilizó “una suerte de resquicio legal para poder presentarse, aprovechando que tenía además injerencia sobre el poder legislativo y el poder judicial. “Eso hace que la elección sea inválida desde sus orígenes, más allá del resultado abrumador que tenga y del apoyo que se observa de la ciudadanía. Los principios democráticos fueron omitidos”, expresó Vergara.
Fue en esa misma línea que comparó lo que ocurre con Bukele en El Salvador, con lo vivido en Venezuela con Hugo Chávez en su momento. “Ambos llegaron al poder democráticamente y se hicieron de resquicios para ir a la reelección, ganarla y perpetuarse en el poder. Es muy grave porque pareciera ser la conducta que se está viviendo en el siglo XXI para los modelos dictatoriales. En el siglo XX llegaban a través de la fuerza, golpes de Estado; ahora llegan a través de elecciones democráticas, pero después no sueltan el poder”, indicó con preocupación.
Si bien, el analista político reconoció la bandera de lucha que ha enarbolado Nayib Bukele contra el crimen organizado, vio con alerta la idea instalada de que la ciudadanía está de acuerdo con ceder en materia de Derechos Humanos, con tal de tener mayor seguridad.
“De partida, es un país pequeño, con 8 millones de habitantes. A veces las medidas son más fáciles cuando el territorio es más pequeño y más controlable. Uno dice sí, estoy dispuesto a que haya estado de excepción, que hayan restricciones para movilizarme, pero la realidad es que uno no está dispuesto a que lo detengan por presunción, al estilo dictadura de los ‘80 en Chile por simplemente caminar. Eso es lo que está sucediendo en El Salvador, sin juicio previo. Bukele está también cuestionado porque ha liberado a ciertas cabecillas de las bandas criminales”, mencionó.
Consecuencias para Latinoamérica y respuesta de Chile
Una de las preocupaciones respecto a la reelección de Bukele en El Salvador es la mayor proliferación de populismos en Latinoamérica. Al respecto, Vergara comentó: “Es preocupante, porque estos modelos de caudillismo son replicables. Está el modelo de Bukele, el de Milei, el de Bolsonaro. Y a la gente le genera cierta afinidad. Lo más probable es que en Chile revivan fervores de candidatos que proponen lo mismo que Bukele”.
En el caso particular de Chile, el analista político fue enfático al señalar que el modelo Bukele “no es replicable”. “Producto de su tamaño, de las características geográficas y demográficas, no son replicables en el caso chileno. Y la transacción de nuestras libertades individuales tampoco. Ahí es cuando la línea se hace delgada”, aseguró.
En tanto, el analista internacional también se refirió a una eventual respuesta del Presidente Boric, sobre todo por el discurso en línea con el respeto irrestricto de los derechos humanos del mandatario chileno. “Este Gobierno, como los anteriores, y esto es algo transversal, han sido bastante respetuosos con lo que pasa en la interna de cada uno de los países. Como Gobierno, puede aspirar a decir que espera que las garantías democráticas prevalezcan”, sentenció.
Nayib Bukele se autoproclamó durante este domingo como presidente reelecto de El Salvador. A través de sus redes sociales, informó sobre su triunfo en las elecciones presidenciales con “más del 85% de los votos y un mínimo de 58 de 60 diputados de la Asamblea”. No obstante, se han levantado voces cuestionando la legitimidad del proceso, ya que en la Constitución de El Salvador no está permitida la reelección de un mandatario.
“Es el principio de una dictadura”, partió señalando el analista político Felipe Vergara al ser consultado por Radio y Diario Universidad de Chile. “Son elecciones que no se llevaron de manera democrática, porque el Presidente de la República no puede ir a la reelección en El Salvador”, agregó sobre el proceso previo a la realización de las elecciones.
El académico de la Universidad Andrés Bello explicó que el proclamado presidente de El Salvador utilizó “una suerte de resquicio legal para poder presentarse, aprovechando que tenía además injerencia sobre el poder legislativo y el poder judicial. “Eso hace que la elección sea inválida desde sus orígenes, más allá del resultado abrumador que tenga y del apoyo que se observa de la ciudadanía. Los principios democráticos fueron omitidos”, expresó Vergara.
Fue en esa misma línea que comparó lo que ocurre con Bukele en El Salvador, con lo vivido en Venezuela con Hugo Chávez en su momento. “Ambos llegaron al poder democráticamente y se hicieron de resquicios para ir a la reelección, ganarla y perpetuarse en el poder. Es muy grave porque pareciera ser la conducta que se está viviendo en el siglo XXI para los modelos dictatoriales. En el siglo XX llegaban a través de la fuerza, golpes de Estado; ahora llegan a través de elecciones democráticas, pero después no sueltan el poder”, indicó con preocupación.
Si bien, el analista político reconoció la bandera de lucha que ha enarbolado Nayib Bukele contra el crimen organizado, vio con alerta la idea instalada de que la ciudadanía está de acuerdo con ceder en materia de Derechos Humanos, con tal de tener mayor seguridad.
“De partida, es un país pequeño, con 8 millones de habitantes. A veces las medidas son más fáciles cuando el territorio es más pequeño y más controlable. Uno dice sí, estoy dispuesto a que haya estado de excepción, que hayan restricciones para movilizarme, pero la realidad es que uno no está dispuesto a que lo detengan por presunción, al estilo dictadura de los ‘80 en Chile por simplemente caminar. Eso es lo que está sucediendo en El Salvador, sin juicio previo. Bukele está también cuestionado porque ha liberado a ciertas cabecillas de las bandas criminales”, mencionó.
Consecuencias para Latinoamérica y respuesta de Chile
Una de las preocupaciones respecto a la reelección de Bukele en El Salvador es la mayor proliferación de populismos en Latinoamérica. Al respecto, Vergara comentó: “Es preocupante, porque estos modelos de caudillismo son replicables. Está el modelo de Bukele, el de Milei, el de Bolsonaro. Y a la gente le genera cierta afinidad. Lo más probable es que en Chile revivan fervores de candidatos que proponen lo mismo que Bukele”.
En el caso particular de Chile, el analista político fue enfático al señalar que el modelo Bukele “no es replicable”. “Producto de su tamaño, de las características geográficas y demográficas, no son replicables en el caso chileno. Y la transacción de nuestras libertades individuales tampoco. Ahí es cuando la línea se hace delgada”, aseguró.
En tanto, el analista internacional también se refirió a una eventual respuesta del Presidente Boric, sobre todo por el discurso en línea con el respeto irrestricto de los derechos humanos del mandatario chileno. “Este Gobierno, como los anteriores, y esto es algo transversal, han sido bastante respetuosos con lo que pasa en la interna de cada uno de los países. Como Gobierno, puede aspirar a decir que espera que las garantías democráticas prevalezcan”, sentenció.
Nayib Bukele se autoproclamó durante este domingo como presidente reelecto de El Salvador. A través de sus redes sociales, informó sobre su triunfo en las elecciones presidenciales con “más del 85% de los votos y un mínimo de 58 de 60 diputados de la Asamblea”. No obstante, se han levantado voces cuestionando la legitimidad del proceso, ya que en la Constitución de El Salvador no está permitida la reelección de un mandatario.
“Es el principio de una dictadura”, partió señalando el analista político Felipe Vergara al ser consultado por Radio y Diario Universidad de Chile. “Son elecciones que no se llevaron de manera democrática, porque el Presidente de la República no puede ir a la reelección en El Salvador”, agregó sobre el proceso previo a la realización de las elecciones.
El académico de la Universidad Andrés Bello explicó que el proclamado presidente de El Salvador utilizó “una suerte de resquicio legal para poder presentarse, aprovechando que tenía además injerencia sobre el poder legislativo y el poder judicial. “Eso hace que la elección sea inválida desde sus orígenes, más allá del resultado abrumador que tenga y del apoyo que se observa de la ciudadanía. Los principios democráticos fueron omitidos”, expresó Vergara.
Fue en esa misma línea que comparó lo que ocurre con Bukele en El Salvador, con lo vivido en Venezuela con Hugo Chávez en su momento. “Ambos llegaron al poder democráticamente y se hicieron de resquicios para ir a la reelección, ganarla y perpetuarse en el poder. Es muy grave porque pareciera ser la conducta que se está viviendo en el siglo XXI para los modelos dictatoriales. En el siglo XX llegaban a través de la fuerza, golpes de Estado; ahora llegan a través de elecciones democráticas, pero después no sueltan el poder”, indicó con preocupación.
Si bien, el analista político reconoció la bandera de lucha que ha enarbolado Nayib Bukele contra el crimen organizado, vio con alerta la idea instalada de que la ciudadanía está de acuerdo con ceder en materia de Derechos Humanos, con tal de tener mayor seguridad.
“De partida, es un país pequeño, con 8 millones de habitantes. A veces las medidas son más fáciles cuando el territorio es más pequeño y más controlable. Uno dice sí, estoy dispuesto a que haya estado de excepción, que hayan restricciones para movilizarme, pero la realidad es que uno no está dispuesto a que lo detengan por presunción, al estilo dictadura de los ‘80 en Chile por simplemente caminar. Eso es lo que está sucediendo en El Salvador, sin juicio previo. Bukele está también cuestionado porque ha liberado a ciertas cabecillas de las bandas criminales”, mencionó.
Consecuencias para Latinoamérica y respuesta de Chile
Una de las preocupaciones respecto a la reelección de Bukele en El Salvador es la mayor proliferación de populismos en Latinoamérica. Al respecto, Vergara comentó: “Es preocupante, porque estos modelos de caudillismo son replicables. Está el modelo de Bukele, el de Milei, el de Bolsonaro. Y a la gente le genera cierta afinidad. Lo más probable es que en Chile revivan fervores de candidatos que proponen lo mismo que Bukele”.
En el caso particular de Chile, el analista político fue enfático al señalar que el modelo Bukele “no es replicable”. “Producto de su tamaño, de las características geográficas y demográficas, no son replicables en el caso chileno. Y la transacción de nuestras libertades individuales tampoco. Ahí es cuando la línea se hace delgada”, aseguró.
En tanto, el analista internacional también se refirió a una eventual respuesta del Presidente Boric, sobre todo por el discurso en línea con el respeto irrestricto de los derechos humanos del mandatario chileno. “Este Gobierno, como los anteriores, y esto es algo transversal, han sido bastante respetuosos con lo que pasa en la interna de cada uno de los países. Como Gobierno, puede aspirar a decir que espera que las garantías democráticas prevalezcan”, sentenció.
