Ad portas de cumplirse el segundo aniversario de la guerra ruso-ucraniana, el analista internacional y académico de la Universidad de Valparaíso, Guillermo Holzmann, evaluó la etapa en la que se encuentra el conflicto, marcada este último tiempo por una posición favorable en el liderazgo del presidente Vladimir Putin.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el docente explicó que “para poder entender qué es lo que ha pasado en estos dos años, la Conferencia de Seguridad de Múnich es relevante”.
Holzmann recordó que “en 2007 en esa misma conferencia el propio Vladimir Putin en su discurso daba cuenta de lo incómodo que estaba por las insistentes declaraciones desde la OTAN y Estados Unidos de querer expandir una parte de la OTAN, daba cuenta de la preocupación por lo que estaba sucediendo en Ucrania y de alguna forma advertía que Rusia estaba llegando a una suerte de límite respecto a la forma en que occidente se había desplegado dentro de Europa y, particularmente, por el tema de la OTAN y todo lo que eso significaba”.
Todo esto, en un contexto de conversaciones respecto al sistema de defensa antimisiles “donde Rusia no aparecía incorporada en negociaciones al respecto”.
“Ahora que se menciona de alguna forma en la Conferencia de Seguridad de Múnich, desde 2007 y 2008 en adelante nos vamos a encontrar con todo lo que es ese proceso que va a estar marcado posteriormente por el proceso electoral, luego 2014 (con la anexión) de Crimea hasta que llegamos a 2022 con la operación militar especial de Rusia en Ucrania”, señaló.
Bajo ese marco es que el académico destacó la prolongación de este conflicto en el tiempo “sin que Rusia se vea particularmente debilitada. Rusia ha recibido la mayor cantidad de sanciones internacionales patrocinadas por occidente y Estados Unidos sin que ello haya significado en la práctica un deterioro de sus condiciones como potencia y como una economía capaz de solventar un esfuerzo de esa naturaleza”.
“El hecho de que la guerra dure ya dos años con una Ucrania que tiene todo el apoyo occidental hace que la conclusión analítica es que el triunfo está a favor de Rusia, no porque lo haga mejor, sino por defecto. Rusia está solo en la práctica y está luchando contra todo un conglomerado de países, que son los más desarrollados, y la ayuda a Ucrania no ha logrado un triunfo significativo”.
En cuanto a la estrategia que habría detrás del Kremlin, Holzmann comentó que “Rusia lo que está haciendo es generar una presión sobre el sistema de la OTAN y particularmente de los países más cercanos a ellos. Primero, porque esos países dependen de Rusia tanto en términos agrícolas como energéticos y, segundo, porque los países como Finlandia tienen un conflicto hace tiempo con Rusia”.
“Si la elección allá no está dentro de los estándares democráticos, pero sí está la de Estados Unidos, Rusia lo considera una ventaja geoestratégica para poder colocar su visión de negociación y, según el análisis de expertos, de colegas en Europa con los que coincido, es que están las condiciones para poder avanzar en una suerte de armisticio porque occidente no tiene capacidad de poder estar manejando la situación en Gaza, en África, en Asia, la potencial situación en Guyana”, planteó.
Desde esa perspectiva, el académico explicó que “Rusia se siente con la posibilidad de forzar un acuerdo para poder llegar a esta suerte de armisticio. Por su parte, occidente considera que la única forma de que esto termine es generando las condiciones para que Rusia finalmente se doblegue contra ellos y es lo que (Volodímir) Zelenski ha tratado de explotar. El tema es que es necesario reconocer que las conversaciones no oficiales al interior de la Unión Europea apuntan al hecho de que Europa se está desgastando y perdiendo no solamente el impulso de nuevo crecimiento y desarrollo económico, sino que también se encuentra en una situación cada vez más compleja en sus negociaciones con China”.
Respecto a cómo afectaría a la evolución del conflicto un potencial triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre próximo, Holzmann apuntó que “todo hace pensar que él va a colocar sobre la mesa un esquema de negociación, presionando a Putin para negociar bajo las condiciones de Trump. Pero él lo que va a exigir sí o sí va a ser que Rusia no signifique bajo ningún punto de vista una amenaza para Estados Unidos”.
Con todo, mencionó que “ahí quizá el mayor problema para llegar a un acuerdo bajo la presencia de Trump es contar con el apoyo de Reino Unido. Estados Unidos tiene bastante claro dentro de su análisis geoestratégico de la zona que la Unión Europea de alguna forma está resentida con ellos y ya con Trump gobernando, que no está dispuesto a subsidiar la defensa de Europa, en definitiva, les es mucho más simple llegar a un acuerdo con Putin”.
“Para un sector demócrata y para los republicanos no pasa desapercibido que la cohesión nacional dentro de Ucrania es un tema discutible. Si bien es cierto que Zelenski es el que aparece como el gran líder del país que se une para la guerra, ahora que Ucrania también va a elecciones, había por lo menos cinco candidatos adicionales aparte de él, y eso da cuenta de una fragmentación en su apoyo popular”, dijo.
Por lo mismo, remarcó que “no es real pensar que Ucrania está totalmente unida alrededor de Zelenski, pensando en que quieren transitar hacia un país democrático. En concreto, vamos a ver que, si Trump ganase, la probabilidad de que el conflicto acabe en condiciones que sean favorables para Rusia y para Trump es alta. Por lo tanto, cambia los ejes de la política exterior estadounidense a un mayor pragmatismo y si los demás países no están de acuerdo con lo que plantea Trump, simplemente Estados Unidos los deja abandonados. Ahí hay un tema, porque esto es tratar a las relaciones internacionales con un toque de brutalidad impresionante”.