En los últimos años ha ganado terreno en la opinión pública el debate sobre la modalidad de la negociación por rama de actividad, que existió antes en nuestro país y que desde el Plan Laboral de 1979 fue reemplazada por la ‘negociación en la empresa’.
La razones son simples, no solo por el origen antidemocrático de ese plan, sino también porque el sueño neoliberal que adquirió rango constitucional de dar cobertura al derecho a negociar colectivamente a todos los trabajadores ha fracasado de manera estrepitosa.
Así lo afirma un comunicado de Confederación de Sindicatos Bancarios y del sector Financiero, agregando que “diferentes estimaciones acerca de la cobertura de la negociación en Chile indican que sólo una acotada proporción de trabajadores y trabajadoras consigue negociar colectivamente” (17,6%, según la OIT, al 19%, según la OCDE y al 7,2% según la estimación corregida de Durán y Gamonal (2019) (Dirección del Trabajo, 2022).
Con estos datos, aseguran, “es vergonzoso reconocer que nuestro país ocupa el último lugar en la OCDE (7% vs. 54% promedio) en cuanto al porcentaje de trabajadores y trabajadoras cubiertos por los acuerdos de negociación colectiva”.
Asimismo, el comunicado pone énfasis en que tales negociaciones son llevadas a cabo por múltiples sindicatos (según la misma Dirección del Trabajo, al 31 de diciembre de 2021, eran 9.922 los instrumentos colectivos negociados), situación agravada por la disminución año tras año de la proporción de personas involucradas en ese tipo de contrato (pasando desde el 72,1% en 2016, al 60,1% en 2021) en favor del convenio.
“Esto da cuenta que la mayoría de las organizaciones sindicales no posee el poder adecuado para negociar colectivamente con un mínimo de eficacia y hacer valer sus pretensiones de mejorar sus ingresos salariales, condiciones de trabajo y de participación frente al empleador”, señalan.
La propuesta para enfrentar esto, aseguran, pasa por “un sindicalismo fuerte y de una negociación colectiva de carácter ramal, que aumente la cobertura de la negociación colectiva en Chile y en sus diversos sectores económicos”. Razón por la cual, en conjunto con Fundación SOL, han construido en conjunto una propuesta de negociación colectiva por rama que fortalezca a las y los trabajadores del sector bancario y afines. Esta es una propuesta que no pretende eliminar los niveles sindicales inferiores (no son espacios de negociación antagónicos), respetando por ello los principios de solidaridad, unidad y participación.
“Esta no es una propuesta de fácil implementación en Chile, aunque muchos países latinoamericanos y la mayoría de los que conforman la OCDE cuentan con un sistema ramal. Es decir, nuestro país es una de las excepciones, no por razones económicas sino por el dominio de posturas ideológicas y políticas marcadamente retrogradas. Esto es evidente en el mundo de las finanzas donde ha predominado en los últimos años un discurso de “inclusión financiera” a los consumidores, pero no así a quienes la hacen posible. En vez de ‘inclusión’, los trabajadores y trabajadoras han venido sufriendo la ‘exclusión’ con olas masivas de despidos”, explican.
La propuesta se hará pública este martes 26 de marzo, desde las 18 horas, en el Teatro Camilo Henríquez (Amunátegui 31).