Durante los últimos meses, las universidades públicas de Argentina se han posicionado fuertemente en la discusión pública. Todo, a raíz de una serie de manifestaciones replegadas a lo largo del país vecino en contra de los recortes anunciados por el presidente Javier Milei.
“Nosotros empezamos el año con un presupuesto prorrogado. En Argentina no se aprobó el año pasado la Ley de Presupuesto, lo que permitió como instrumento financiero que el presupuesto del año pasado se prorrogue automáticamente”, explicó el docente y presidente de la Universidad Nacional de La Plata, Martín López (UNLP) Armengol, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile.
“Esto, en un país con un índice de inflación que hizo que termináramos el año 2023 con el 211%, nos llevó a empezar en enero 2024 lógicamente con un presupuesto muy por debajo de lo que la realidad indicaba a partir del impacto que había tenido este proceso inflacionario”, sumó López.
La situación impulsó a las universidades del ecosistema público a buscar la apertura de diversos diálogos con el gobierno, siendo la necesidad de contar con mejoras en los recursos para los gastos de funcionamiento una de las urgencias más altas. “Nuestros presupuestos totales tienen un alto porcentaje de salarios, es algo así como el 90%, y un 10% de gasto de funcionamiento. Lo que empezamos a reclamar los rectores es una actualización de esos gastos de funcionamiento en virtud de que teníamos que pagar las tarifas de energía, el mantenimiento de nuestros edificios y demás insumos”, explicó el presidente de la UNLP.
Sin embargo, la falta de respuestas llevó al despliegue de masivas manifestaciones que han contado con un transversal apoyo ciudadano.
“Hicimos una marcha muy impactante en abril de todo el sistema universitario, apoyado por una parte importantísima de la comunidad y nuestra sociedad. Logramos un acuerdo, una propuesta del gobierno razonable en términos presupuestarios para los gastos de funcionamiento, pensando en un horizonte ahora del 31 de diciembre, si se sostienen y se mantienen estos niveles inflacionarios que han bajado mucho en Argentina”, dijo.
Aunque, según precisa el docente, todavía está pendiente “el tema de la recomposición salarial. En los procesos inflacionarios altos que tuvimos a fin de año y a principios de este, particularmente en enero, nosotros no vimos reflejado en los salarios de los trabajadores docentes y no docentes una actualización correspondiente al proceso inflacionario. Estamos en discusiones mensualmente, en ajustes de este aumento salarial, que está por debajo, lógicamente, de lo que fue el deterioro del poder adquisitivo de nuestros trabajadores docentes y no docentes”.
Una realidad que, al mismo tiempo, ha debido relegar las preocupaciones del ecosistema universitario a la resolución de problemáticas del corto plazo. “Nosotros tenemos, desde el sistema universitario de un país que está atravesando un momento muy difícil como la República Argentina, una agenda en temas estructurales a la que nuestra universidad no es ajena y que tiene que protagonizar. Y la coyuntura nos domina. Estamos horas y horas discutiendo sobre estas cuestiones cuando hay aspectos relevantes en nuestro sistema universitario”, reflexionó López sobre ese punto.
El protagonismo de la educación pública
Al margen de todos los conflictos que hoy someten a las y los miembros de la educación pública, el presidente de la UNLP es enfático al destacar el enorme apoyo emergido desde la ciudadanía.
“Cualquier opinión pública nos pone en altísimos grados de aprobación, lo que no significa que seamos perfectos. Tenemos nuestra agenda de mejora, nuestros cuestionamientos, nuestras herramientas para mejorar la situación actual de las universidades. Pero lo que seguramente también seguimos teniendo es una legitimación social que está construida a lo largo de toda la historia de las universidades públicas, de la educación pública en general de nuestro país, y particularmente de las universidades públicas”, explicó López.
Y sumó que es “ahí donde nosotros planteamos estas discusiones al mediano y largo plazo para seguir sosteniendo esta legitimación social que nos hace una referencia realmente trascendente en Argentina. Por eso somos siempre muy insistentes en decir esto. Nosotros nos debemos a la sociedad, rendimos cuentas ante la sociedad por nuestras acciones, y es lo que no tenemos que perder de vista”.
“Lo vemos diariamente en las aulas y en todas las actividades que trascienden y que agregan a la tradicional docencia de una universidad. Me refiero a investigación, extensión y transferencia. Todo lo que es una universidad pública en nuestro país. La historia de Argentina se construyó y se homogeneizó a partir del impacto de la educación pública hacia fines del siglo XIX. Y tenemos que cuidarla y sostenerla. La mejor manera de hacerlo es trabajar pensando en estos temas estructurales que necesita nuestro país, que también necesita de la educación pública para ser un país mejor”, afirmó el docente.
A la hora de profundizar en la importancia que tiene la existencia de las universidades públicas, el presidente de la UNLP explicó que estas “son las que generan el conocimiento, las que generan innovación, son las que dan la posibilidad de instrumentos concretos de desarrollo para un país y, fundamentalmente, porque son actores sociales trascendentes que se transforman, y esto también es un sello distintivo de nuestra Argentina y de todo lugar donde hay universidades públicas. Son un vehículo de transformación social“.
“Son instituciones que inspiran y fundamentalmente que permiten y posibilitan la movilidad social ascendente. Yo soy docente. Además de ser presidente de la Universidad sigo siendo docente en una facultad, en un primer año. Recibo más de 150 chicos en mi aula todos los años y conozco la demografía, los esfuerzos que hacen. Veo la diversidad social que tienen todos los que ocupan un lugar en nuestras aulas”, concluyó.