Hablar de violencia estética es referirse a una de las expresiones más arraigadas a nuestra sociedad. Un tipo de agresión que apunta a la presión social que empuja a encajar en un prototipo estético específico, y que, como tantas otras, afecta mayoritariamente a las mujeres.
Sin embargo, su impacto aumenta de forma exponencial al interior de la industria del entretenimiento, donde las artistas son sometidas a extremos estándares de belleza que terminan siendo insostenibles.
Esa es la realidad que explora “La Sustancia“, largometraje dirigido por la cineasta francesa Coralie Fargeat que, a través de una narrativa directa, cruda y profundamente canalizada a través del “body horror“, representa el auge y caída de una estrella de Hollywood que se ve emplazada a abandonar la televisión al cumplir los 50.
Pero también podría ser la historia de su propia protagonista, Demi Moore, una de las más icónicas figuras del cine de los 90 que atravesó la mediana edad entre las críticas de los tabloides. “Cumple con las necesidades del rol. Es exactamente lo que se necesitaba: alguien que tuvo una gran carrera y que ya no la tiene porque, de alguna manera, Hollywood la retira“, comentó al respecto el crítico de cine y dueño de la tienda Fílmico, Cristian Briones.
“También es muy valorable que ella haya tenido el atrevimiento de tomar ese rol. Uno exigente, incluso más de lo que nos tenía acostumbrados. Había tenido una carrera pujante de estrella en los 90, pero con excepción de ‘G.I. Jane’, nunca se salió mucho de ciertos papeles. También era un sex symbol y eso a Hollywood le servía en su momento”, sumó el crítico.
Esta es una de las grandes razones que explican el éxito de “La Sustancia”, filme que ha sido bastante bien recibido en las salas de nuestro país -con un estimativo de más de 135 mil entradas vendidas- y que incluso la hizo merecedora del premio a Mejor guion en el Festival de Cannes.
El renacer de Demi Moore
“Demi Moore era una de las grandes actrices a seguir, con participación en temporadas de premios y muy popular en la taquilla, pero se vio bien opacada por su matrimonio con Bruce Willis, primero, y con Ashton Kutcher posteriormente. Sobre todo por esta crítica de que ella era mucho mayor que él. Estar en esa situación la puso mucho más bajo la lupa de las revistas tipo ‘gossip’, donde la apariencia física es un punto importante”, recapituló la crítica de cine y series, Sol Márquez, sobre la experiencia de la intérprete.
“Se le criticaba si no estaba lo suficientemente flaca, y si lo estaba también. Esta idea de que nunca se puede ganar, que nunca se va a ser suficientemente atractiva en la industria del entretenimiento, es una experiencia que ella vivió en carne propia. Por eso me parece genial que pueda encarnar este rol y que permita que se genere esta discusión que estamos teniendo hace semanas con ‘La Sustancia'”, afirmó en torno a la relevancia que tuvo su participación en el filme.
De hecho, una de las nociones transversales de las y los especialistas a la hora de revisar las virtudes de la película es, justamente, lo acertado que resultó el casting de Moore. “Es una gran actuación. Casi no tiene diálogos, como le pasa también a Margaret Qualley, pero su gestualidad, sus pasos, su manera de moverse y su rostro lo dice todo”, valoró el crítico de cine, Rodrigo González.
Por eso, predicen una eventual consideración de su trabajo en la próxima temporada de premios. “Tiene que ver con su historia personal y eso está muy bien volcado en la película. Yo espero nominación para ella porque siento que es una de las grandes actuaciones de lo que va del año“, sentenció Briones.
El horror como vehículo
Otro aspecto destacado por los críticos es la virtuosidad de la narrativa visual y sonora construida por Fargeat. “A nivel visual la película es bastante impresionante, sobre todo en la utilización del maquillaje y de los llamados ‘efectos prácticos'”, valoró González. “En ese rubro debería llevarse premios Oscar, sin duda. También se nota una fuerte influencia en la utilización de los espacios cerrados, con profundidad de campo acentuada, muy al estilo de lo que hizo Stanley Kubrick en ‘El Resplandor‘”.
Aunque también distingue otras referencias a filmes como “La naranja mecánica” en algunos de los primeros planos, además de la utilización del recurso del “ojo de pez” en las escenas del actor Dennis Quaid.
“También el uso del color es original, muy atrevido y hasta hiriente, con esos tonos satinados de los programas de televisión basura. Se nota que la realizadora sabe manejar la cámara y talento le sobra en eso”, expresó.
Todos, recursos que se ponen a disposición del mensaje. “Lo que logra hacer ‘La Sustancia’ es marinar perfectamente una historia y un mensaje súper potente que contar con una puesta en escena estéticamente muy atractiva y, también, muy aterradora. Esto hace que la película se transforme en toda una experiencia que uno quiere conversar y contar a los demás”, afirmó Márquez.
“Abordar la violencia estética de una forma tan gráfica, utilizando elementos del horror corporal, puede ser un viaje que nadie necesariamente esperaba, pero que sí sirve muy bien para dar cuenta de lo heavy que es, y que se trata de algo que, al parecer, hemos experimentado todas las mujeres. También lo hacen los hombres, pero esta película se concentra principalmente en esta idea de que nunca somos lo suficientemente delgadas, jóvenes o atractivas“, agregó la crítica.
Por su parte, Briones define el trabajo de Fargeat como uno “muy visual, frontal”: “Tiene un discurso sumamente claro y lo vuelve repetitivo. Lo que hace es machacarte la pantalla con lo que está diciendo sin tener miramiento por una audiencia que suele ser más convencional. Eso también es parte del éxito en la entrega de su discurso. Ella tiene súper claro lo que quiere decir. No le interesan los contrastes, no le interesa un contrapunto, tampoco que uno se despegue de lo que está en pantalla”.
“La gente que va, por mucho que en algún momento se sienta incómoda, no puede despegarse porque no tiene idea de dónde va a terminar. Y de ahí que haya tanta risa nerviosa y gente mirando a los costados para saber cómo reaccionar. Se agradece el nivel de frescura y de desparpajo de plantarlo”, agregó el crítico.
Aun así, González sentenció que igualmente hay reparos narrativos: “Todo es muy plano. No sabemos nada de los personajes más allá de lo que vemos y, en ese sentido, es una película simbólica. Los caracteres son arquetipos: la estrella que envejece, la joven y bella promesa, el productor que es un bastardo. No sé si es una opción o es porque Fargeat es francesa de origen y no domina lo suficiente el inglés como para hacer una historia diferente. Pero, a la larga, lo que hace atractiva a ‘La Sustancia’ es su capacidad de contar en forma eficiente y brutal la obsolescencia de nuestros propios cuerpos“.